1. CÓMO SE INICIÓ LA CONSTRUCCIÓN DE LA POLÍTICA

 

Como es de conocimiento público, la política de participación social en la conservación se formuló de forma participativa a partir de múltiples talleres realizados entre funcionarios de la Unidad.  Dicho proceso también tuvo una dimensión importante: la participación social, que contó con la racionalización de algunas de las experiencias de participación que existían en la entidad, especialmente entre los jefes de programa; con aportes de los procesos sociales que se fueron articulando en el primer año de trabajo del empeño de parques con la gente; y con  la discusión y concertación directa con algunos de los actores sociales relacionados con las áreas, dentro de los cuales fueron decisivos algunos pueblos y organizaciones indígenas, y algunos sectores campesinos e institucionales (1).

 

En el caso de los pueblos y organizaciones indígenas, la construcción de la política partió de cuatro líneas de trabajo preliminar:

 

a)       La propuesta jurídica y política de algunos criterios centrales sobre la relación entre pueblos indígenas y áreas protegidas, que permitieran establecer puentes de comunicación y concertación, y fundamentar confluencias y confianzas  que potenciaran positivamente dicha relación;

 

b)       Una revisión participativa de las relaciones históricas entre algunas áreas protegidas y los pueblos indígenas dentro de cuyos territorios se ubican aquellas;

 

c)       La búsqueda de articulaciones institucionales a procesos territoriales indígenas  en marcha  a partir de las fortalezas históricas de la relación mutua, y/o de convocatorias o invitaciones a la institución por parte de organizaciones y autoridades indígenas que alientan nuevos procesos territoriales orientados hacia la conservación; 

 

d)       Procesos de concertación regional específicamente orientados hacia las propuestas de la política de parques con la gente.

 

En el primer caso, después de haber establecido algunos contactos formales y de haber iniciado acuerdos de trabajo con las organizaciones y pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, el Piedemonte Amazónico, la Selva de Matavén, el norte del Cauca, el Catatumbo y el medio río Caquetá, en el Amazonas (Cahuinarí), se realizaron dos eventos sobre territorios indígenas y áreas protegidas (2):

 

1. El Seminario “Experiencias de confluencia intercultural en torno a la conservación y al manejo ambiental en parques nacionales traslapados con territorios indígenas. Seminario de análisis  e intercambio de experiencias” (Bogotá, Uaespnn, noviembre de 1999), en el cual participaron los jefes de programa de 10 parques, y delegados de 10 pueblos y 8 organizaciones indígenas. Este evento estableció una especie de línea base de propósitos comunes o específicos de cada sector indígena (3).

 

2. El “Taller sobre experiencias prácticas en gestión de áreas protegidas por los pueblos indígenas en Iberoamérica” (Cartagena, diciembre de 1999) con participación de delegados gubernamentales e indígenas de 12 países  y de algunas organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales relacionadas con la conservación, tales  como WWF, UICN, ACT, y Ecodesarrollo (España), entre  otras. Dicho taller permitió una actualización institucional  nacional sobre el tema relacionada con la vigencia mundial de la búsqueda de confluencia entre territorios étnicos y conservación (4).

 

En cuanto a la revisión participativa de las relaciones históricas entre algunas áreas protegidas y los pueblos indígenas, una serie de reuniones con delegados y miembros de organizaciones indígenas, y la revisión de la literatura producida sobre el tema por investigadores, Ong´s, asesores y  los propios indígenas en los últimos años,  junto con los eventos citados, permitieron reconocer y caracterizar los tres aspectos centrales de  los conflictos existentes entre parques e indígenas: a) la superposición del denominado “traslape” entre áreas protegidas y territorios  indígenas, sobre todas las otras dimensiones, los   problemas y las fortalezas históricas de la relación entre conservación y pueblos y organizaciones indígenas; b) la centralidad y potencialidad constructiva del concepto de territorio dentro del tema de la conservación, y dentro de  las reivindicaciones indígenas, enfrentadas ambas de forma cada vez más aguda al tema del reordenamiento territorial del país, y a la construcción de la sostenibilidad de las actividades socio-económicas y del posible bienestar de los colombianos (5); y c) Las experiencias locales positivas de dicha relación, a las cuales se irá haciendo referencia en estas notas..

 

En cuanto al tercer aspecto, la articulación institucional a procesos indígenas en marcha, o la invitación a la institución a forjar de modo conjunto o a fortalecer nuevos proyectos de protección ambiental,  los procesos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta y Cahuinarí, en el primer sentido, y de Catatumbo Barí, Nevado del Huila, Matavén y Piedemonte Amazónico, en el segundo, permitieron iniciar dicha articulación, y al mismo tiempo una adecuación institucional de la Uaespnn basada en la comprensión de las potencialidades hacia la conservación propias de las expectativas indígenas de consolidación territorial que se centran en el tema de la autoridad tradicional, los sistemas culturales tradicionales y un manejo territorial relacionado de forma íntima con la conservación natural.

 

El inicio de la articulación institucional propiamente dicha se dio a partir de la identificación de los procesos indígenas, y de criterios y objetivos de trabajo comunes, como sigue:

 

En la Sierra Nevada de Santa Marta, la búsqueda de explicitación pública de criterios tradicionales de gobierno y manejo territorial, en que estaba empeñada la OGT desde hacía varios años con el concurso de la Dirección de Asuntos Indígenas del Ministerio del Interior (6), dio piso al inicio del trabajo de construcción de lineamientos interculturales para el manejo de la Sierra, bajo dos criterios centrales: aclarar el tema de autoridad (“quién, hasta dónde y con base en qué leyes manda o debe mandar en la Sierra”), y aclarar la dimensión de territorio ancestral indígena de la Sierra (“el significado de la línea negra”);y adicionalmente, aclarar “qué es eso de conservación natural”; temas que serían tratados desde cada punto de vista: el kogui-wiwa, y el de la Uaespnn (7).

 

En Cahuinarí,  el proceso de reapropiación territorial del pueblo Miraña, iniciado desde hace aproximadamente 8 años, que incluyó la producción de mapas parlantes sobre su poblamiento y con propuestas de zonificación de su territorio con la participación de entidades como la OIMT, la Fundación Puerto Rastrojo, el Inderena y la  Uaespnn, así como acuerdos puntuales con el parque respecto del cuidado conjunto de algunas especies como la tortuga Charapa, había llegado al punto de formulación y discusión de lineamientos para un convenio de colaboración orientado hacia el co-manejo del parque, cuyos términos requirieron de ajustes conjuntos sobre  el rol de los modelos culturales y de las autoridades tradicionales en la construcción de los consensos internos Miraña para el gobierno de su territorio, y sobre el sentido de la construcción paulatina de la cooperación hacia el co-manejo del área como tal, a partir del reconocimiento de cada parte de las responsabilidades públicas que entraña el tema, centradas al mismo tiempo en: a)  la misión de conservación; b) la protección de la diversidad cultural y la autonomía indígena; c) el carácter de territorio ancestral que tiene el área, y la propiedad sobre el mismo que tiene el pueblo Miraña, reconocida como resguardo indígena.  Y finalmente, a partir de la importancia que cada parte le dio a contar con el apoyo mutuo para la protección de los recursos naturales en la zona. (8)

 

En Catatumbo-Barí, el proceso se inició  a partir de la solicitud de la Asociación de Autoridades Barí, Asocbarí, al Ministro del Medio Ambiente, de apoyo para la ampliación del parque y de los resguardos hasta coincidir entre ellos, sanear los resguardos, y fundamentar la gestión barí del territorio,  consolidando la reserva forestal existente, sobre la cual cursaban propuestas regionales de levantamiento o sustracción de segmentos significativos. Realizados algunas reuniones   iniciales con la participación de algunos   ... (autoridades tradicionales barí), se acordó por solicitud de ellos y de los cabildos de las 23 comunidades de dicho pueblo,  iniciar  un proceso de apoyo del equipo del parque a la formulación de las bases del  Plan de vida Barí, con base en talleres y reuniones en cada una de las comunidades, en dos perspectivas: a) hacia la Visibilización y participación  del pueblo barí en el proceso de formulación  del plan de desarrollo del Catatumbo, que el gobierno nacional había concertado algunos años antes con el gobierno regional y con el movimiento campesino; y b) establecer las bases para la formulación de un plan de manejo ambiental intercultural del territorio, orientado hacia la conservación y la consolidación territorial barí.

 

En el Nevado del Huila, el proceso de trabajo ambiental del proyecto Nasa, y de participación del pueblo Nasa en el gobierno de los municipios del norte del Cauca, había logrado interesantes avances, relacionados con el inicio de procesos de ordenamiento territorial con base en un censo de nacimientos y ojos de agua, y varias medidas para su cuidado, en  la cuenca del río Palo; la identificación de objetivos de conservación y protección ambiental en torno a los páramos, y de la necesidad de encontrar aliados para dicha tarea, especialmente del orden nacional y regional dentro de dicha cuenca; la formulación de planes de desarrollo y de estrategias de gestión municipal que habían logrado optimizar los recursos disponibles y alcanzar notoriedad nacional (el plan de desarrollo de Toribío premiado nacionalmente por el DNP como el mejor plan municipal), y la consolidación de los gobiernos indígenas de Toribío y Jambaló, entre otros.(9)

 

El proceso de trabajo conjunto se inició con base en la identificación de cuatro líneas de acción prioritarias: a) el ordenamiento de los páramos, replanteando la presencia de ganadería y consolidando y cualificando técnicamente el cuidado de ojos y nacimientos de agua; b) la recuperación del tul (chagra tradicional páez) y en torno a él, la formulación de estrategias agrarias sostenibles en la producción comunitaria; c) el manejo de la cuenca en su conjunto, buscando la articulación de  actores sociales asociados a ella y la sostenibilidad financiera del manejo ambiental de las partes altas de la misma cuenca (resguardos indígenas y parque); d) el establecimiento de las bases para la construcción de un régimen intercultural de manejo de la cuenca, con base en el derecho interno y la jurisdicción especial indígena Páez, y el diálogo con las leyes y los saberes nacionales sobre la conservación (10).

 

En la selva de Matavén, la articulación institucional de la Uaespnn se produjo cuando las autoridades de los 16 resguardos Sikuani, Piaroa, Piapoco, Puinave, Curripaco y Cubeo que se ubican sobre las riberas izquierda de los ríos Guaviare y Orinoco, y derecha del río Vichada, invitaron  a la Uaespnn y a otras entidades y programas (Incora, Plante) a concurrir al proceso de protección del territorio que han identificado como “selva corazón de la salud”, con la constitución de un resguardo indígena específicamente orientado a la conservación, y a fundamentar el camino de dicha protección a partir de la caracterización intercultural de la selva, y al mismo tiempo de la  construcción intercultural de los planes de manejo ambiental de los resguardos actuales. Dicho proceso llevaba varios años con el apoyo de la Fundación Etnollano (11).

 

En el Piedemonte amazónico, los  pueblos indígenas Inga, Coregaje y Kofán, caracterizados por el uso ancestral del yagé, a través de sus autoridades tradicionales y de sus organizaciones buscaron el apoyo de la Unidad de Parques y del Instituto Von Humboldt para la caracterización de algunos de sus ecosistemas y de su biodiversidad, y la fundamentación intercultural de algunas de sus estrategias de conservación y consolidación territorial, en un conjunto de proyectos del Piedemonte amazónico relacionados con el tema (12).

 

De otra parte, en cuanto a la adecuación institucional necesaria para afrontar el reto de la articulación a los anteriores procesos y en general de la construcción de la política de parques con la gente en relación con los pueblos indígenas, ésta se inició con la proposición de algunos puntos provisionales sobre el tema, que debían ser adoptadas formalmente por la institución, tales como la doble protección entrañada en la superposición de resguardos y parques, presentado tentativamente para el caso de Matavén; los conceptos articuladores de posibles confluencias y diálogos interculturales, tales como el de  territorio y áreas protegidas,  autoridades públicas, conservación y manejo ancestral, y zonificación y ordenamiento territorial propio de los pueblos indígenas, acordados en la vertiente norte de la Sierra Nevada de Santa Marta; la identificación de escenarios de complementariedades entre las figuras de protección natural propias de la UICN (parques, santuarios, reservas naturales etc), y las propias de la consolidación indígena (resguardos, entidades territoriales indígenas), en el contexto de sistemas regionales de áreas protegidas (SIRAPS), puestos en juego en el Piedemote Amazónico; o, incluso, el inicio del análisis sobre los traslapes mismos, desde los puntos de vista histórico, geográfico, político y jurídico, hacia la transformación de las conflictividades “tradicionales”, y la recuperación de las fortalezas o potencialidades de los mismos (Nevado del Huila o la Sierra Nevada de Santa Marta). (13)

 

Finalmente, concertaciones regionales como las del Piedemonte amazónico y la región Pacífico, permitieron reconocer las dimensiones de las potencialidades de las nuevas alianzas, y especialmente la importancia de la participación de las autoridades tradicionales de los pueblos indígenas y de sus sistemas de saber y de control  sobre los procesos iniciados, en el primer caso; y las formas actuales del conflicto tradicional parques-resguardos indígenas, en el segundo, en el cual se inició una concertación a comienzos del año 2000, en reunión realizada con las organizaciones indígenas del Pacífico, que supuso la explicitación por parte de algunos líderes indígenas de orden nacional  de puntos de vista opuestos a algunas de las proposiciones iniciales citadas atrás (el tema de la doble protección, por ejemplo, cuyas dimensiones más concretas fueron entonces relativizadas en la construcción de procesos locales); dicha concertación, ante cuyo aplazamiento la Dirección de la Uaespnn asumió una espera de casi  dos años para formalizar regionalmente relaciones con los pueblos indígenas de esta región que permitiera avanzar en los parques del Pacífico con la política de parques con la gente, vino a fructificar casi dos años más tarde, en el acuerdo “Principios de relacionamiento y agenda entre las organizaciones indígenas del Pacífico y la Uaespnn”, firmado el 21 de septiembre del 2001, según se verá más adelante.

 

Por último, hay que decir que todos estas líneas de acción preliminar se abordaron a partir de criterios metodológicos que se propusieron y concertaron con las organizaciones indígenas y no gubernamentales con las cuales se iniciaron relaciones de trabajo, que poco a poco se han ido consolidando y ajustando como propios de la política de parques con la gente, relacionados con la construcción paulatina de procesos de trabajo de abajo hacia arriba, es decir, de lo comunitario hacia lo institucional, y de lo local hacia lo regional y nacional, a partir de los procesos en marcha y de las expectativas de cada pueblo indígena, y en la perspectiva de perfilar de modo conjunto, institución y comunidades, objetivos de trabajo y procesos de formación mutua y de construcción de confianzas en torno al manejo efectivo del territorio, que conduzcan a la búsqueda de recursos financieros y materiales; rompiendo de este modo con el modelo convencional de intervención institucional basado en la oferta monetaria que justifica su inversión con proyectos o programas preestablecidos desde las necesidades y requerimientos de la planeación técnica y de la política nacional o internacional, dentro de los cuales en el mejor de los casos se “otorga” participación comunitaria en la fase de ejecución de los mismos (14).

 


 

* El documento fue elaborado en el año 2001.

1. Ver Uaespnn, Política de participación social en la conservación y consolidación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, Bogotá, Uaespnn, 2002; y Uaespnn, Parques con la gente. Política de participación social en la conservación. Avances 1998-2000. Bogotá, Uaespnn, 2002.

2. Sobre estos primeros contactos y acuerdos, véase la letra de los documentos conjuntos que los formalizaron o que dieron pié a los procesos de trabajo emprendidos, en el cuadro sobre los acuerdos Uaespnn-Organizaciones indígenas, incluido más adelante. Las memorias de ambos eventos están en proceso de preparación editorial para su publicación antes de abril de 2002.

3. Los parques participantes fueron: Catatumbo-Barí, Cahuinarí, Cocuy, La Paya, Macuira, Nevado del Huila, Paramillo, Puracé, Sierra Nevada de Santa Marta y Utría; los indígenas participantes pertenecen a los  pueblos indígenas: Arhuaco, Barí, Embera, Kogui, Inga, Kofán, Miraña, Páez, Piaroa y Wayuu; y las organizaciones indígenas: Unión de Médicos Indígenas Yageseros del Amazonas y el Caquetá, Umiyac, Cabildo Mayor Inga del Río Fragua, Organización Gonawindúa Tayrona OGT, PANID, Asociación de Cabildos del Norte de Cauca ACIN, Asocbarí, OPIAC, ONIC. Cfr. Las Memorias mencionadas.

4. Los países: Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, España, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela. Las organizaciones indígenas asistentes fueron: Asociación PANID, Colombia; Asociación de Cabildos Indígenas del Caquetá, Colombia; Consejo de Médicos Indígenas Tradicionales Guaymí-Bonté, Costa Rica; Coordinadora Mapuche de Neuquen, Argentina; Coodinadora de Comunidades Indígenas del Chaco, Paraguay; Coordinadora de Pueblos Indígenas del río Pilcomay, Paraguay; Federación Indígena de Bolívar, Venezuela; Kuna Yala Pemaski, Panamá,  Subcentral Indígena del Tipnis, Bolivia; Unión de Médicos Indígenas Yageseros del Amazonas y del Caquetá, UMIYAC, Colombia. Sobre la vigencia mundial del tema territorios étnicos-conservación, ver las ponencias del WWF, UICN y Uaespnn, y las  conclusiones del evento, en las memorias del mismo.

5. Un aspecto clave de este punto, es la relevancia del tema indígena en el tema de la biodiversidad en el mundo entero, y su reconocimiento cada vez mayor entre los actores de la conservación. Al respecto, ver ... donde se precisan las relaciones entre diversidad cultur

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