Con la participación de aproximadamente 2.600 comuneros del resguardo de Tacueyó, niños y jóvenes de las 33 veredas del resguardo se reunieron con el fin de escuchar, por parte de la autoridad indígena y los coordinadores de programas y proyectos del cabildo, el informe de las actividades adelantadas durante este año.

 

La asamblea, realizada el apsado 31 de julio, inició con el saludo de las autoridades presentes: la gobernadora del cabildo, Saray Vitonás; el coordinador del Proyecto Nasa, Luis Evelio Ipia; el alcalde municipal, Carlos Alberto Banguero; el consejero de la ACIN, Fredy Guevara y otras personas representantes de organizaciones públicas y comunitarias.

Luego, representantes del Cabildo Económico Ambiental, del Cabildo Etnoeducativo, del Cabildo de Etnosalud, del Cabildo de la Familia, del Comité de Investigación, de la Guardia Indígena, y del programa de sistemas y archivo, presentaron el informe de los avances y las actividades realizadas en pro de la comunidad.

En el encuentro se analizó la propuesta del fondo rotario, programa con el que se busca hacer préstamos hasta de 100 millones de pesos para comuneros que adelantan proyectos productivos familiares o comunitarios. Estos recursos deben ser reembolsados en un tiempo determinado para que otras personas de la comunidad puedan beneficiarse.

La resolución proponía nuevas normas para que estos reembolsos o pagos se hicieran efectivos en el tiempo estipulado, debido a las dificultades de pagar de algunas personas a quienes se les han facilitado los préstamos. Frente a esta nueva resolución la comunidad pidió más tiempo para analizar bien la propuesta y hacer las respectivas sugerencias.

También se analizó y discutió el tema de la estación de gasolina del cabildo, un tema que ha causado gran polémica en la comunidad, ya que fue una de las inquietudes más visibles en las visitas que el cabildo indígena realizó en los primeros meses del año en todas las veredas del resguardo.

Esta estación fue instalada y puesta en funcionamiento desde el 28 de junio de 2001, cuando el señor Uriel Solarte ejercía como Gobernador del resguardo de Tacueyó. En ese momento se realizó una sociedad de responsabilidad limitada ante la notaria de Caloto, que entró en dificultad cuando el señor Uriel Solarte incumplió con los términos pactados en la escritura, negando la participación efectiva al Cabildo. Así transcurrieron tres años, tiempo acordado en la sociedad, que luego fue prorrogada por un año más buscando un equilibrio en la repartición de utilidades. Sin embargo, nunca la comunidad y el cabildo quedaron satisfechos, terminando de esta manera el acuerdo, el 28 de junio de 2005.

Transcurridos cuatro años, la comunidad siguió preguntando en las asambleas sobre la situación de la estación de servicio y sus beneficios, por eso el cabildo realizó múltiples reuniones con el exgobernador sin llegar a ningún acuerdo, porque Uriel Solarte nunca quiso reconocer al cabildo como un socio legítimo, por el contrario; se aprovechó de la confianza que le dio la comunidad, usó el poder a su favor y engañó al cabildo. Además instaló otra estación de servicio en El Tierrero, municipio de Caloto, durante la sociedad con el Cabildo.

A principios del año 2009, Saray Vitonás con la directiva del Cabildo, en ejercicio del control territorial, adelantó una serie de visitas veredales, en las que nuevamente surgió como pregunta más repetida: ¿Qué pasó con la estación de servicio de gasolina?, situación que obligó al cabildo y al comité de apoyo a conformar una comisión para presentar una solución definitiva a este conflicto. Hecho que concluyó con un acta final el día 30 de julio, donde se dio por terminada la sociedad, obligando al señor Uriel Solarte a pagar al Cabildo la suma de 200 millones de pesos por daños, perjuicios y aprovechamiento del buen nombre de la organización para beneficio personal.

"Esta situación no se puede permitir, mucho menos de una autoridad, porque con el sudor de la comunidad no puede comer uno sólo", manifestó un presidente de junta veredal, quien se mostró satisfecho por la decisión tomada.

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