Más de cien mil personas marcharon el pasado 12 de diciembre de 2009 por las calles de Copenhage, capital de Dinamarca, para juntos exigir un alto a la crisis climática que viene afectando a nuestro planeta. Entre ellos se encontraban 60 activistas de todo el mundo que participaron a lo largo de 8 días de una caravana que visitó diversas ciudades de Europa, hasta llegar a la capital danesa,  para expresar su preocupación y propuestas para enfrentar el cambio climático.

Dentro de este grupo destacó la presencia de representantes de pueblos indígenas latinoamericanos que lejos de solo expresar su rechazo a la forma como los países y grupos empresariales más poderosos del mundo vienen pensando en seguir haciendo negocios y continuar saqueando los recursos naturales.

Giuseppe Villalaz, indígena panameño, representante de la Alianza Mundial de Pueblos Indígenas, señala que se unió a esta caravana en Ginebra para llevar la voz de su organización a cada una de las ciudades que visitaron.

Además, expreso su interés por lo que puedan decidir los políticos que están participando en la Cumbre de Cambio Climático COP15, acerca del futuro del planeta.

La esperanza de Giuseppe es la misma que los indígenas del resto del mundo. Que su voz se escuche y que cualquier decisión que se tome se haga respetando los derechos indígenas.

“Aunque eso es lo que espero no tengo mucha esperanza que suceda, no aquí al menos. Muchos políticos, empresarios están hablando ya de un nuevo protocolo sobre medio ambiente, pero que se firmaría en la próxima cumbre sobre cambio climático que se desarrollará en México”,  aseguró.

Agregó que lo que en verdad se está haciendo en la cumbre oficial es negociando como pueden seguir contaminando, mientras los pueblos indígenas piensan en como salvar al planeta y a toda la humanidad.

Leonor Viloria González es representante de Fuerza de Mujeres Wayúu, organización indígena colombiana, dijo: “Estamos aquí aportando un granito de arena a la resistencia civil que vienen haciendo muchas organizaciones de manera global para expresar nuestro descontento por las malas decisiones que han tomado los países y grupos poderosos en el planeta".

Aseguró que los más perjudicados con estas medidas erradas solo han perjudicado a la Madre Tierra  y a los pueblos indígenas, por eso su voz debe ser escuchada.

“Sabemos que eso es difícil y que no habrá ninguna novedad en esta reunión aquí en Copenhage, porque los países desarrollados tienen una agenda que quieren imponer a las demás naciones”, ratificó.

Por ello, explicó, los pueblos del sur están planteando que el próximo protocolo que se firme deba tener un carácter vinculante y debe ser judicializable, de manera que se asegure que aquellos que dañan a la madre tierra sean sancionados.

Por su parte, Benito Calixto, representante de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), señaló que la crisis climática es producto de un modelo neoliberal que ha mostrado una vez más que ha fracasado.

“Este modelo y sus políticas mercantilistas que concentran la riqueza en unos cuantos ha fracasado. La mejor muestra es la pobreza en la que se encuentran nuestros pueblos producto del saqueo de nuestros recursos”, indicó.

Por ello, los pueblos indígenas vienen planteando el Buen Vivir como una alternativa de solución a la crisis sistémica.

“Esta propuesta es para retomar los conocimientos ancestrales, nuestras costumbres, para vivir en armonía con la naturaleza, sin dañar a la Pachamama, redistribuyendo la riqueza, pero por sobre todos respetando el derecho de los pueblos indígenas a que sus territorios sean protegidos y se evite la contaminación”, reiteró.

La lucha de los pueblos indígenas nos debe ser entendida como la lucha exclusiva de un sector de la población, sino como la lucha de todos y cada uno de los habitantes del planeta, después de todo lo único que se busca es proteger a la Madre tierra y todo lo que en ella habita.

Esta fue la propuesta que llevaron a lo largo de siete días por diversas ciudades europeas tratando de concientizar a una población que cada día es más consciente que nuestro la Pachamama pide que no la afectemos más.

Militarización y paramilitarización son imposiciones que vienen de la mano con los TLC’s

La imposición de los Tratados de Libre Comercio entre Estados Unidos Perú y Colombia han traído consigo no solo la imposición de una serie de medidas económicas que terminarán afectando a nuestros pueblos, sino la imposición de la presencia de tropas militares dentro de nuestros territorios, ya sea bajo el pretexto de la ayuda en el combate del narcotráfico o acciones de apoyo en la lucha contra la pobreza.

Sin embargo, el verdadero interés de la presencia militar estadounidense en la región es otro. Mario Palacios Panéz, presidente de la Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería (CONACAMI PERU), sostiene que esta presencia militar en Perú y Colombia tiene como objetivo quebrar el eje andino.

Agrega que en estos momentos las demandas y propuestas que surgen desde los movimientos, en especial de los pueblos indígenas representan  una amenaza para los intereses del país del norte.

Por ello, considera, es peligroso para ellos que se hable del reconocimiento de los derechos de los pueblos ancestrales, que se reconozca los derechos de la Pachamama, que se plantee el buen vivir como una alternativa a la crisis sistémica que afecta el planeta.

Palacios Panéz reiteró que es por estas razones que se cuestiona la presencia de los militares extranjeros en territorio peruano y colombiano, cuyos gobiernos son aliados incondicionales en esta nueva oleada colonializadora.

La paramilitarización es también un problema

De otro lado, el presidente de CONACAMI PERU, sostuvo que si bien la militarización es un problema que preocupa a todos los sectores de la sociedad, hay un tema que está afectando directamente a los pueblos indígenas.

Y es que la presencia de grupos paramilitares en zonas donde se desarrollan actividades extractivas es más frecuente.

Según comenta, esto se debe a que las empresas multinacionales que operan ilegalmente dentro de territorios indígenas vienen promoviendo la aparición o formación de estos grupos.

Explicó que el soporte de este brazo armado de las empresas que buscan imponerse en lugares donde la población se ha manifestado en contra de las actividades extractivas, son los servicios de seguridad particular.

Ellos, bajo esta nueva fachada están operando con total impunidad golpeando, torturando, violando los derechos y hasta matando a los pobladores de estos pueblos, incluso contando con la complicidad, en algunos casos, del propio Ministerio Público.

Mencionó como ejemplo lo que viene sucediendo en la zona de Ayabaca y Huancabamba, donde pretende imponerse un proyecto minero por parte de la empresa Río Blanco (de capitales chinos e ingleses). Ahí se ha torturado y asesinado a varios comuneros, sin que nadie responda por esos hechos. Lo mismo sucede en la zona de Cajamarca, donde se desarrolla el proyecto minero Yanacocha.

Cabe señalar que además de esta presencia de las empresas de seguridad mencionadas como el soporte de estos grupos paramilitares, las empresas vienen promoviendo la creación de organizaciones paralelas a las ya existente en las comunidades.

Se sabe que en la zona de Huancabamba y en muchos otros lugares se ha promovido la creación de rondas campesinas paralelas, las mismas que reciben armas de fuego de parte de las empresas. Claro está que estas rondas están conformadas por personas que trabajan para las mineras.

De Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Tomado de: http://indigenaslibertarios.blogcindario.com/2009/12/00050-llevando-la-voz-de-los-pueblos-indigenas-por-toda-europa.html

 

Escribir un comentario

Código de seguridad
Refescar