Se realizó en Cartagena el Encuentro Académico Cultural Afrocolombiano, evento preparatorio al Foro Social Mundial Temático. El encuentro, organizado por la Comisión de Agenda Cultural, contó con la participación de aproximadamente 150 personas que escucharon la intervención del historiador cartagenero Alfonso Múnera, profesor de la Universidad de Cartagena, quien reflexionó sobre el vínculo entre lo afrocolombiano, en especial lo afrocartagenero, y la lucha por la democracia en una perspectiva histórica de largo plazo.

Múnera señaló la necesidad de que los afrocartageneros (ellos y ellas) reconozcan su protagonismo histórico en la lucha por la democracia en Colombia. Desde finales del siglo XV, recién traídos de África, los esclavos y las esclavas negras han estado luchando por la libertad, hasta el punto de que a mediados del siglo XIX, cuando se decretó la abolición de la esclavitud, la inmensa mayoría de negros y negras habían logrado su libertad y los esclavos no llegaban a 1.000. Esta es una de las razones por las que la celebración de esa fecha “no produce ni frío ni calor” en la Costa Caribe, comentó el historiador. En segundo lugar, Múnera considera que habría que rescribir la historia de nuestro país para revelar cómo muchos de nuestros “héroes” nacionales no tuvieron ningún interés en la libertad de los esclavos negros, y, por el contrario, trataron de prolongar la esclavitud, como se puede deducir, por ejemplo, de la distancia que separa las fechas de la independencia (1821) y la de la abolición (1851).

En particular, Cartagena de Indias fue el sitio en donde se produjo la gran lucha por la independencia nacional. Y fueron los negros y mulatos de Cartagena, liderados por Pedro Romero, quienes obligaron a los aristócratas blancos a firmar la declaración de independencia. Está claro para Alfonso Múnera que ya desde 1810 y 1811 los negros y los mulatos estaban luchando por la ciudadanía. Una carta de Octubre de 1817, dirigida al pueblo cartagenero por el sacerdote Juan Marimón, constituye una prueba de que esta lucha por la ciudadanía de los negros y mulatos estaban en el centro del movimiento social, pues aunque era reconocida en la Constitución de Cartagena, de hecho les era negada por las clases dominantes.

En conclusión, dice Múnera, aunque la independencia y la libertad se lograron con las luchas de los negros y mulatos, de los pobres en general, cuando la élite blanca logra el poder y se afianza en él, niega los derechos ciudadanos a estos mismos grupos. El siglo XIX se cierra con la retrógrada Constitución de Rafael Núñez, y los siglos XX y XXI son escenarios de las luchas por los derechos ciudadanos de los grupos.

Respecto de la participación de la mujer en las luchas por la libertad, es preciso romper el mito de que tanto en el trabajo de las plantaciones y la minas, como en las luchas sociales, el hombre negro estaba solo. Recientes investigaciones sobre la esclavitud en el Chocó han demostrado, por el contrario, que la mujer negra siempre trabajó a la par con el hombre.

En Cartagena se sabe, por ejemplo, aunque nunca se menciona en los relatos oficiales, que alrededor de 1630 una mujer negra de nombre Leonor, era muy temida por los españoles y dirigía grandes grupos de esclavos sublevados que atacaban las plantaciones de los esclavistas. Es necesario recuperar la historia de los héroes y las heroínas humildes que han sido olvidadas por la historia oficial. Una noticia publicada en El Universal recientemente, según la cual a algunas personas negras les fue prohibido el ingreso a una discoteca, sólo por ser negras, da cuenta de la ignominia que todavía prevalece en esta ciudad.

En Cartagena es urgente la lucha contra la discriminación y la desigualdad, pues aún hoy se vive una ciudadanía negada para los grupos discriminados, los afrocartageneros principalmente.

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