Abstract: La educación Intercultural Bilingüe (EIB) constituye una de las principales herramientas de lucha para la reivindicación de una educación pertinente de los pueblos indígenas, basándose en la articulación de un sistema educativo que aspire a la igualdad de condiciones entre las distintas culturas, desde un mutuo conocimiento.

 

Desde esta perspectiva, este trabajo surge ante la necesidad de diagnosticar la situación de las políticas generales en cuanto a la planificación de la EIB, específicamente en la Primera Región de Chile, habitada por población indígena aymara. Por otra parte se describe las principales demandas  acerca de la lengua aymara y de la EIB por parte de las comunidades indígenas.

 

Esta investigación se enmarca dentro de lo que fue la realización de la Tesis para optar al  grado de Licenciada en Antropología en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Este trabajo es un estudio cualitativo,  de observación participante, basado en la participación en jornadas de evaluación con comuneros aymaras sobre EIB, y la realización de entrevistas a profesores, alumnos y dirigentes aymaras.

 

Se incluyó el análisis de  programas comprendidos entre 1999 y el 2002, y los resultados de tres jornadas sobre planificación lingüística para la revitalización de la lengua aymara.

 

Introducción

 

Desde mediados de la década de los setenta se ha acelerado un proceso de emergencia  indígena en toda América Latina, que se ha expresado en una lucha por el reconocimiento al interior de cada uno de los Estados Nacionales. En varios países de la región, esto ha significado fuertes conflictos y nuevas leyes y reformas constitucionales donde se garantizan los derechos indígenas. Dentro de este marco, la reivindicación de una educación intercultural bilingüe para los distintos pueblos indígenas aparece como central para la construcción de una sociedad pluricultural y multilingüe.

 

A principios del siglo XX  en América Latina, con la consolidación de los Estados Nacionales, se impone un orden hegemónico criollo, a través de una educación homogeneizante que desconoce las diversas culturas existentes, mediante la implementación de escuelas públicas en las poblaciones indígenas, estableciéndose una relación asimétrica entre el uso de las lenguas indígenas y del castellano, imponiéndose el castellano como el idioma formal.

 

Por otra parte, la estigmatización de los  indígenas como ciudadanos de segunda clase nos sitúa frente a un proceso de exclusión de las diversidades culturales, generando una incapacidad por parte de la educación formal de considerar experiencias, saberes y conocimientos de los educandos indígenas.

 

Después de quinientos años de colonización, surgen diversas experiencias de emergencia indígena como forma de reivindicar su cultura y su lengua, apelando a la reparación de la deuda histórica por parte de los Estados Nacionales, siendo uno de los principales bastiones de lucha la conformación de una educación intercultural bilingüe como propuesta educativa destinada a generar una transformación radical del sistema educativo imperante.

 

La educación intercultural bilingüe es percibida como un nuevo enfoque pedagógico de revalorización y rescate de las culturas indígenas, como un modo de convivencia entre las diferentes culturas, dentro de una lógica de una sociedad pluralista que aspira hacia la búsqueda de un diálogo entre ellas.

 

En este contexto, la educación intercultural bilingüe se plantea primeramente el fortalecimiento de lo propio, del mundo indígena en este caso, para luego integrar la participación activa de ambas culturas, tanto de la indígena como de la no indígena, en la comprensión de la realidad.

 

Antecedentes de la Educación Intercultural Bilingüe

 

En las décadas de los ochenta y noventa las organizaciones indígenas  (mapuche, aymara, quechua, ...) exigen tanto al Estado como a la sociedad chilena en su conjunto, que los  reconozcan como pueblos indígenas, constituyendo en la práctica una lucha por una serie de derechos indígenas, como la autonomía, la autodeterminación, los derechos territoriales, entre otros.

 

Una de las principales demandas de las organizaciones indígenas nacionales será la  implementación de una educación adecuada a la realidad de los alumnos indígenas,  fundamentalmente en el ámbito rural, surgiendo programas en Educación Intercultural Bilingüe (EIB).

 

Durante este período diversas ONG´s comenzaron a trabajar en torno a la elaboración de una educación más pertinente para las comunidades indígenas.

 

En el norte de Chile, específicamente en Arica e Iquique, diversas organizaciones relacionadas al ámbito indígena y a la reivindicación de una educación indígena, como las organizaciones Pacha Aru, Aymarmarka, y el Centro Cultural Aymara,  colaboran en la consolidación de programas educativos para las comunidades aymaras.

 

A fines de los años ochenta, un hito de gran importancia en cuanto al  proceso de emergencia indígena, es la realización de un Encuentro Nacional Indígena, realizado en Nueva Imperial, con el candidato presidencial de la Concertación, Patricio Aylwin. Los representantes de las organizaciones indígenas se comprometían a apoyar los esfuerzos del futuro gobierno en favor de la democratización del país, en tanto Patricio Aylwin se comprometía a instar por el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas, a la creación por ley de una Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, y a la creación de una Comisión Especial de Pueblos Indígenas para estudiar una nueva legislación sobre la materia.

 

Asumido el gobierno de la Concertación, éste dictó, con fecha 27 de mayo de 1990, un decreto supremo (Nº 30) mediante el cual creó la Comisión Especial de Pueblos Indígenas (CEPI) con el objeto de que esta entidad asumiera la coordinación de las políticas del Estado en el ámbito indígena y elaborase un proyecto de legislación para sus pueblos y comunidades.

 

Entre las tareas desarrolladas por esta entidad durante su existencia hasta septiembre de 1993 cabe destacar la elaboración de las bases de lo que hoy conocemos como la Ley Indígena. La dictación de la Ley indígena número 19.23 (1993),  legitimó jurídicamente la Cultura y Educación Indígena, mediante el reconocimiento, respeto y protección de las culturas  indígenas contemplado en el artículo 28:

 

a) El uso y conservación de los idiomas indígenas, junto al español en las áreas de alta densidad indígena.

b) El establecimiento en el sistema educativo nacional de una unidad programática que posibilite a los educandos acceder a un conocimiento adecuado de las culturas e idiomas indígenas y que los capacite para valorarlas positivamente.

c) La promoción y el establecimiento de cátedras de historia, cultura e idiomas indígenas en la enseñanza superior.

 

Posteriormente, se crea la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena para el desarrollo integral de las comunidades y asociaciones indígenas en sus Culturas y Patrimonios, en lo económico y en lo social. Específicamente, el Fondo de Cultura y Educación estará encargada de fomentar, promover, administrar y ejecutar programas destinados a reconocer, respetar y proteger las culturas indígenas del país, mediante la implementación de programas y proyectos relacionados con la realidad de cada pueblo indígena.

En cuanto a la implementación de una Educación Intercultural bilingüe, ésta debía ser en "las áreas de alta densidad indígena y en coordinación con los servicios u organismos del Estado que correspondan, ... a fin de preparar a los educandos indígenas para desenvolverse en forma adecuada tanto en su sociedad de origen como en la sociedad global. Al efecto podrá financiar o convenir, con los gobiernos regionales, Municipalidades u organismo privados; programas permanentes o experimentales." (artículo 22, Ley Indígena)

 

Así, entre los años 95 y 97 se crea una unidad especializada en EIB dentro del Programa de  Básica Rural del Ministerio de Educación (MINEDUC). Para el MINEDUC la EIB se visualiza como una práctica educativa relacionada a la pertinencia de los aprendizajes, a la contextualización de los contenidos didácticos teniendo al niño como eje de orientación de la práctica pedagógica con la participación de la familia y de las comunidades.

 

El desafío de este programa es promover el fortalecimiento de la identidad y autoestima, con la incorporación de estrategias metodológicas para la enseñanza y aprendizaje de la lengua materna y una segunda lengua, mediante la  participación de las comunidades.

 

Actualmente en Chile se está desarrollando el  Programa Orígenes, convenio entre el Estado chileno y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo)  para el desarrollo de las comunidades indígenas de nuestro país, centrando  su trabajo en torno a diversas ADI (áreas de desarrollo indígena), siendo fundamentalmente cuatro sus componentes:

 

·         EIB (Educación Intercultural Bilingüe)

·         Desarrollo productivo (Corporación Nacional de Desarrollo Indígena)

·         Salud intercultural (Ministerio de Salud)

·         Fortalecimiento de bases sociales

 

El Ministerio de Educación es el organismo co-ejecutor en el componente Educación y Cultura, del subcomponente Educación Intercultural Bilingüe del Programa Orígenes, teniendo como cobertura en la primera fase (2001-2004) un total de 162 establecimientos educacionales vinculados a comunidades focalizadas por el Programa Orígenes.

La educación intercultural bilingüe

 

El concepto de interculturalidad se vincula con la capacidad de reconocer las diferencias, fomentando una actitud de respeto hacia las diversas culturas, remitiendo a un conjunto de principios: la aceptación de la alteridad, la conciencia de ser distintos, el respeto mutuo, el abandono del autoritarismo mediante la construcción de una relación dialógica entre los distintos actores; el fomento de la comunicación y la flexibilidad en las relaciones sociales entre el mundo "occidental" y los pueblos indígenas.

 

"Se debe entender como interculturalidad al respeto y reconocimiento mutuo de las diferencias, a la aceptación del otro como legítimo otro en la convivencia, al diálogo respetuoso y  permanente, la comunicación y la negociación para la búsqueda del bien común." (Cañulef, 1998: 206)

 

Podemos decir que este modelo educativo remite a una educación pertinente, a través del rescate de la lengua, la interacción y el diálogo de las diversas culturas existentes, llevando al alumno a reflexionar sobre su realidad más cercana, fomentando un proceso de identificación de los sujetos con la autoconciencia, autoestima y autodeterminación de ser un pueblo  indígena.

 

El lugar de la interculturalidad, más allá de ser una realidad objetiva, es un proyecto por  construir de diálogo entre las distintas culturas, para fortalecer la justicia y la solidaridad en las relaciones interculturales, incitando al niño a descubrir la diferencia en su propia sociedad y a reconocer lo propio en otras sociedades, dando cuenta del carácter relacional de las culturas. Se trata de valorizar la cultura dando acogida pedagógica a la identidad, por medio de la  descentralización, flexibilidad y pertinencia de la educación en torno, por ejemplo, a la vinculación de la ciencia universal con los saberes locales, incorporando la diferencia como una constante en la vida contemporánea.

 

La EIB debe poseer un carácter práctico y permanente en el aprender, contextualizando el ámbito en que se aplicará el programa. Y a su vez, debe favorecer el carácter democrático del saber. Por lo tanto, podemos decir que la educación intercultural bilingüe es, ante todo, un proceso que parte de la realidad observable, contemplando las múltiples relaciones con los diferentes mundos.

 

Desde la visión indígena, la EIB es un modo de convivencia entre las distintas culturas, que contribuye a mejorar la calidad y la equidad de la educación mediante la difusión del conocimiento

Escribir un comentario

Código de seguridad
Refescar