Más que mejorar las condiciones de inequidad en el acceso al ciclo superior, los indígenas del Cauca demandan que los esfuerzos trasciendan a fomentar una educación que articule la interculturalidad. "Es permear nuestras propuestas hacia la transformación del sistema universitario, que tenga apertura a la discusión y aflore la diversidad cultural", señaló Avelina Pancho, responsable del proyecto Universidad Indígena desde el Cric.

 

La reflexión la realizó en el III Encuentro sobre Políticas Públicas de Educación Superior Indígena, que se realizó la semana pasada en la Sede de Investigación Universitaria (SIU) de la U. de A. Reconoció que el Gobierno tiene receptividad en generar mecanismos de acceso, pero que no es suficiente pues los indígenas entran, pero salen desarticulados de los procesos de sus comunidades.

 

"El sueño de la educación superior lo venimos haciendo realidad mediante un proceso muy lento, pero también seguro y proyectado a largo plazo". Aplaudió iniciativas de algunas universidades, pero también reclamó el derecho a construir la Universidad Indígena.

 

La propuesta, dijo, ya existe en la práctica a partir de varios programas en desarrollo. "Tenemos como una célula de la Universidad Indígena". Y agregó que es importante "que los estudiantes que ingresen a las universidades tengan la posibilidad de mantener su identidad cultural".

 

Programa en la U. de A

 

Con la orientación que mencionó la líder se consolida la propuesta de creación del Programa de Educación Indígena de la U. de A., adscrito a la facultad de Educación.

 

Zayda Sierra, Coordinadora del Grupo de Investigación Diverser, explicó que la propuesta no sólo busca apoyar los procesos de los estudiantes actuales (cerca de 300), sino generar programas más pertinentes. "Cuando los indígenas entran a las IES no hay un acompañamiento continuo, las carreras no están adecuadas a las necesidades de los pueblos y al regresar entran en choque con sus comunidades".

 

La directiva expuso que se requieren programas que permitan el contacto directo con sus comunidades, tarea que trabajarán con las sedes regionales del Alma Mater. En materia de acceso, la Universidad Nacional en sus sedes de Bogotá, Manizales, Palmira y Medellín también tiene una trayectoria importante con el programa de admisión especial.

 

La coordinadora, Martha Lilia Mayorga, expuso que hay matriculados 700 indígenas. El programa, explicó, pretende recibirlos con condiciones especiales como un puntaje mínimo en el examen de admisión, inscripción gratuita y, para asegurar que permanezcan, se les hace un préstamo cercano a 250 mil pesos mensuales que es condonable cuando se gradúan y prestan servicios a la comunidad de origen.

 

Víctor Ávila, de la Universidad y Distrital, informó que su institución también da los primeros pasos en la vinculación del joven indígena con ajustes a las estructuras curriculares y nuevos planes de atención. Lo suyo hacen, además, las Universidades del Valle y el Cauca. Esta última no como política especial para indígenas, sino general a los alumnos de lugares marginales. CSR

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