SIEC - Actualidad Étnica. Bogotá, Colombia. En la localidad de Bosa, al sur de la capital, tuvo lugar la pasada semana la inauguración del megacolegio Kimy Pernía, que dará cabida a 3.620 niños y niñas de bajos recursos. Samuel Moreno, alcalde de Bogotá, destacó la "posibilidad de brindar una matrícula a todos los estudiantes que quieran ingresar en un colegio oficial", en un discurso que estuvo marcado por el elemento indígena, presente en todo el contexto general del acto.


Primero por el nombre de la institución, en homenaje al líder Embera Katío supuestamente asesinado por las autodefensas. Kimy Pernía fue un firme defensor de los derechos humanos de su pueblo ejerciendo un liderazgo fundamental contra el proyecto hidroeléctrico Urrá entre 1994 y 2001, año de su desaparición. Desde entonces es un símbolo de la resistencia y sabiduría ancestral para los Embera Katío y para todos los indígenas en su lucha diaria contra las violaciones a sus territorios y al sustento de sus culturas.
Kimy era nieto de Yari, cacique Embera Katío, e hijo de Manuelito Domicó, autoridad tradicional Embera. Aprendió el español y el derecho indígena de Gordon Horton, misionero norteamericano "cansado de atormentar las almas indígenas con doctrinas ajenas a su cultura", en sus propias palabras. Después de pasar por la cárcel (sin juicios previos o interrogatorio alguno) cerca de un año, decidió irse a vivir lejos del hombre blanco, a las cabeceras del río Esmeralda.
Poco a poco las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se fueron haciendo con el control de la zona, desatando luchas internas en las comunidades indígenas y el malestar de los paramilitares. Además, en 1993 el consorcio sueco-colombiano SKANSKA-CONCIVILES comienza a construir la represa hidroeléctrica Urrá I, desviando el cauce del río Sinú y provocando inundaciones en más de 7.500 ha, algunas pertenecientes a cementerios y lugares sagrados Embera.
Kimy, consciente de la gravedad de la situación y agitando el derecho internacional como caballo de batalla, lidera durante siete años una campaña nacional e internacional para sensibilizar a la opinión pública mundial sobre el daño humano y ambiental del megaproyecto, mientras algunos de sus compañeros son asesinados y el conflicto armado en la zona, en apogeo tras la construcción de la represa, hace estragos entre una población indígena que en su mayor parte se manifiesta neutral.
En junio de 2001 Kimy es secuestrado por miembros de las autodefensas y, hace apenas año y medio, Salvatore Mancuso declaraba en versión libre que "sus restos fueron arrojados a las aguas del río Sinú, cuando se enteraron que la fiscalía haría la exhumación del cadáver". Un final dudoso que en todo caso todavía pertenece a la ristra de crímenes impunes que las comunidades indígenas colombianas acumulan año tras año.
En el evento de apertura estuvieron presentes tanto el personero de Bogotá Francisco Rojas Birry, también indígena Embera, como las autoridades tradicionales del Cabildo Muisca de Bosa, que se mostraron muy satisfechas con lo que representa Kimy, "más unos ideales y un pensamiento de lucha, que un nombre", en palabras del gobernador Reynel Neuta Tunjo.
Todos los presentes partieron de la idea de hacer presente la figura de Kimy más allá de la simple denominación, a través de una enseñanza acorde con los valores de fortaleza y comunidad que hicieron de su vida un itinerario arduo y combativo pero siempre con la coherencia y la integridad del que sabe muy bien cuál es la causa que defiende.

El alcalde Samuel Moreno, acompañado del Secretario de Educación del Distrito Capital, Abel Rodríguez Céspedes, declaró que "con el nombre de este colegio hacemos realidad el compromiso ineludible de garantizar de una manera efectiva los derechos de los pueblos indígenas", mientras la palabra mágica, "homenaje", se repetía una y otra vez en el discurso.

 

 

Entrevista a Reynel Neuta Tunjo, Gobernador del Cabildo Muisca de Bosa

 

Revista El Personero: El megacolegio Kimy Pernía lleva el nombre de un dirigente indígena asesinado. ¿Qué valor tiene esta disposición en el contexto actual para usted?


Reynel Neuta Tunjo: es una situación muy importante, especialmente porque más que el nombre de una persona Kimy Pernía representa unos ideales, un pensamiento de lucha que siempre sostuvo. Además, entregó su vida por esa resistencia.

Esperamos que en los docentes y en todos los directivos se mantenga esa filosofía de Kimy, que luchó incansablemente por sus comunidades. Entonces, más que una persona es un ideal de resistencia que él personifica y del cual deberíamos aprender día a día.

 

R.E.P.: ¿Qué deberían saber los niños sobre Kimy Pernía?


R.N.T.: deberían conocer su vida, sus acciones, cómo fue ejemplo para muchos de los líderes indígenas que ahora estamos al frente de las organizaciones. Yo creo que deberían conocer el ejemplo de ayudar al otro y a la comunidad, para que los grupos puedan de ese modo ayudarse a sí mismos, además de tener una situación de vida en la cual todos puedan aportar su colaboración a la comunidad. Eso debe ser fundamental, unir todo el conocimiento que allí se maneja junto con los valores y las circunstancias en la cuales se desenvuelven los seres humanos.

R.E.P.: ¿Qué impacto cree que van a tener en este colegio las enseñanzas de Kimy?


R.N.T.: el impacto depende del compromiso que se genere dentro de la comunidad, de los padres de los estudiantes... en realidad es un cúmulo. El colegio por sí mismo sólo generará cambios cuando haya un compromiso de la comunidad, un compromiso de los estudiantes, un compromiso de los líderes... eso sí puede generar que ese colegio sea algo más que una simple estructura física.


R.E.P.: ¿Qué significado tiene el ritual que hicieron en el humedal?


R.N.T.: es una cuestión relativa al territorio, un territorio que sirve para hacer muchas actividades, para pedir la protección de los abuelos espirituales mediante un permiso, eso es lo que se ha venido haciendo aquí, aunque irónicamente poco podemos hacer en este humedal porque usted se da cuenta de que permanece cerrado.

La idea es pedir la protección de los espíritus para que empiecen otra vez y vuelvan al territorio de donde salieron y donde deben estar, que son todos estos espacios de la madre naturaleza. La importancia viene dada por el propio ritual que se ha hecho y por la protección que se le
pide a los espíritus.


R.E.P.: ¿Qué proponen ustedes para recuperar los humedales?


R.N.T.: es fundamental tener una visión diferente a la visión occidental que se tiene de los humedales, en la medida que se entienda el valor de estos espacios y se implique a personas responsables en el tema.

Nosotros hemos venido planeando cómo las comunidades indígenas podemos apropiarnos de estos espacios; irónicamente son entidades privadas las que administran estos espacios, cuando los mismos pertenecen a la comunidad y los abuelos debieran estar presentes aquí.

Hemos planteado desde hace mucho tiempo que la comunidad se apropie con el orden, con el pensamiento, con la visión indígena que nos dejaron los abuelos. Nuestra idea es que estos espacios estén preparados para el uso de la comunidad a través de la conservación y el trabajo que pueda hacer el pueblo de manera organizada de cara a fortalecer el cuidado de los recursos naturales.

 

Entrevista cortesía de la revista El Personero, editada por la Personería de Bogotá D.C.


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