En su editorial de hoy, Septiembre 5 de 2004, titulada ARS: la conexión 'para', usted se refiere a la corrupción y aberrante malversación de fondos de las ARS y su desviación hacia las arcas de los paramilitares. Aunque no podemos más que compartir por principio esta posición, como seguramente lo harán la mayoría de los lectores, hay sin embargo algo reprochable y distorsionado en su contenido que debe ser rectificado de inmediato.

 

Introducir una mentira y emitir una condena a un inocente en medio del señalamiento a un hecho criminal es doblemente injusto por cuanto endilga un cargo indiscutible a quienes no cometieron falta alguna y con ello no solo se deja de reparar un mal cometido sino que se comete otro contra quienes dan ejemplo contra la corrupción y la guerra.

 

Nos referimos a la siguiente frase que aparece en su editorial: “Con el insólito ingrediente, además, de que una entidad que debería estar atendiendo a los indígenas de un departamento termine operando fraudulentamente en el otro extremo del país.”


Esto, tal como lo aseguran los comunicados públicos del CRIC, de la ACIN y de la propia AIC, no tiene ningún sustento en la realidad.


La Fiscalía ha detenido al Mayor Indígena Paez Alcibíades Escué bajo cargos que corresponden con la aseveración sin fundamento que aparece en su editorial y que usted repite sin cuestionar o siquiera tomarse el trabajo de examinar la veracidad de su contenido. Esta es una condena anticipada a un líder, a una institución y a un Pueblo, el Nasa, que ha dado y viene dando ejemplo de Dignidad, Democracia y Transparencia y que se ha convertido en la autoridad moral y ética de este país en la Resistencia Civil contra todos los actores armados y a favor de la autonomía de los pueblos por la vía de la autodeterminación y el respeto a la vida.

 

Es precisamente el pueblo Nasa bajo el liderazgo de Alcibíades Escué quien enfrentó la Masacre del Nilo donde fueron asesinados 21 comuneros y comuneras por Militares, Policías, Narcotraficantes y Paramilitares. El liderazgo de Alcibíades es impecable. La AIC, bajo su gerencia, se ha destacado como la excepción a la regla de corrupción y mal manejo que caracteriza a este tipo de entidades. Es por esto, que su labor se ha extendido a otros departamentos por todo el país. A la AIC, la controlan y manejan las propias comunidades de usuarios y su gerencia responde a Asambleas y respeta su mandato con una transparencia que debería impregnar a las demás entidades del país. Pero, como lee el título del Comunicado del CRIC, LOS CULPABLES PERSIGUEN A SUS VICTIMAS A NOMBRE DE LA JUSTICIA, y en esto cae usted en su nota Editorial.

 

Ni Alcibíades, ni la AIC han financiado ni financiarán a grupo armado alguno y menos a los paramilitares de quienes han sido víctimas constantes y recurrentes. Este es un insulto inaceptable para el Pueblo Nasa y para todas las comunidades indígenas del país. Esta detención, la difamación del líder indígena y de la AIC se dan en el momento en que se moviliza la solidaridad nacional e internacional en apoyo al rescate por la vía de la Resistencia Civil Indígena del Alcalde de Toribío y de la Comisión de 5 líderes Paeces, retenidos por las FARC y mientras las comunidades indígenas se preparan para una gran Minga por la Vida que se inicia con una Marcha Pacífica que parte el 12 de Septiembre de Santander de Quilichao hacia Cali donde se realizará una Asamblea Popular. Al mismo tiempo, se cierra por parte de la Fuerza Pública, la primera emisora indígena comunitaria del Cauca, Radio Nasa. Se pone a riesgo la vida de los lideres plagiados, se reprime el derecho a la comunicación y se condena sin juicio a la organización.

 

 

Editorial del periódico El Tiempo

Señor Editor. Le invitamos a respetar el derecho de información de sus lectores y el derecho al debido proceso de un ciudadano y líder intachable. Por lo menos averigüe e infórmese antes de condenar. Si de encontrar culpables de desviar fondos públicos hacia los paramilitares se trata, señale a quienes son a todas luces culpables de este delito, desde la creación de estos escuadrones de la muerte, su legalización, su financiamiento, su dotación y luego, la imposición de un pseudo-proceso de paz que les concede impunidad y los reconoce como héroes ante el Congreso de la República en un acto vergonzoso. Los culpables, señor, andan persiguiendo a sus víctimas. Alcibíades Escué merece un juicio justo y RESPETO. Va a empeñarse usted en limpiar la imagen del Mayor cuando se haga justicia? O estará entonces en las páginas editoriales otro escándalo transitorio para esconder culpables y condenar en golpes de opinión a los inocentes?
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