Redacción Actualidad Étnica

Bogotá. Junio 5 de 2006

 

Tomado de: www.pnuma.org

 

El Día Mundial del Medio Ambiente (DMMA), se conmemora del 5 de junio de cada año, siendo el vehículo a través del cual las Naciones Unidas estimulan la concientización sobre el ambiente a nivel mundial, además de promover la atención y acción política.

 

El tema seleccionado para el Día Mundial del Medio Ambiente 2006 es Desiertos y Desertificación y el lema, ¡No Abandones a los desiertos! El lema enfatiza la importancia de proteger a las tierras áridas, las cuales cubren más del 40% de la superficie del planeta. Este ecosistema es el hogar de una tercera parte de la población mundial que es la más vulnerable de la sociedad. Las celebraciones principales del DMMA 2006 se llevarán acabo en Argelia, por lo cual la Ciudad de Argel será la anfitriona de este día de las Naciones Unidas.

 

Se busca una sociedad que pretenda que todas las naciones y personas disfruten de un futuro más prospero y seguro. El Día Mundial del Medio Ambiente es un evento en que participa la sociedad civil con actividades coloridas como paseos callejeros, desfiles de bicicletas, conciertos ambientalistas, competencias de ensayos y carteles en escuelas, plantaciones de árboles así como campañas de reciclaje y limpia.

 

El Día Mundial del Medio Ambiente fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972, con motivo de la apertura de la Conferencia de Estocolmo sobre Medio Ambiente Humano. Otra resolución, adoptada por la Asamblea General el mismo día, llevó a la creación del PNUMA.

 

Los Jefes de Estado, primeros ministros y ministros de Medio Ambiente hacen declaraciones y se comprometen a cuidar la Tierra. Se hacen compromisos más serios que llevan a la creación de estructuras gubernamentales permanentes, las cuales se dedican al manejo ambiental y la planeación económica. Esto también ofrece una oportunidad para firmar o ratificar convenciones ambientales internacionales.

 

El mensaje del Secretario General de la ONU, Kofi Annan para este día fue enfático en cuanto a recordar los problemas ambientales que se sufren hoy en día y las funestas consecuencias que ya se están presentando hoy en día “Las tierras áridas se encuentran en todas las regiones, cubren más del 40% de la superficie de la Tierra y albergan a casi 2.000 millones de personas, la tercera parte de la población mundial. Para la mayoría de los habitantes de las tierras áridas, la vida es dura y el futuro suele ser precario. Viven al margen en los ámbitos ecológico, económico y social. Es fundamental que no descuidemos a esas personas ni a los frágiles hábitats de que dependen”.

 

También recalcó que en todo el planeta, la pobreza, la ordenación insostenible de la tierra y el cambio climático están haciendo de las tierras áridas desiertos, y la desertificación a su vez conduce a la pobreza o la exacerba. Se estima que entre el 10 y el 20% de las tierras áridas ya están degradadas. “El problema es particularmente agudo en el África subsahariana y el Asia meridional, donde la degradación de las tierras áridas es un grave obstáculo para la erradicación de la pobreza y el hambre extremas y pone en peligro los esfuerzos encaminados a asegurar la sostenibilidad del medio ambiente”, aseguró el Secretario General de la Onu. Quien aseveró que esos objetivos, que los gobiernos del mundo se han comprometido a alcanzar para 2015, son componentes indispensables del compromiso más general de lograr un futuro más seguro para la humanidad.

 

La ONU asegura que también hay un cúmulo cada vez más grande de pruebas de que la degradación de las tierras áridas y la competencia por recursos cada vez más escasos pueden llevar a las comunidades al conflicto. Además, las personas cuya supervivencia y cuyo sustento dependen de las tierras áridas se están sumando al sinnúmero de personas convertidas en refugiados por motivos ambientales y económicos, las cuales ponen a prueba los recursos cada vez más insuficientes de aldeas y ciudades de todo el mundo en desarrollo.

 

La desertificación es un proceso difícil de invertir, pero puede prevenirse. Proteger y restaurar las tierras áridas no sólo aliviará a las zonas urbanas del mundo de su carga cada vez mayor, sino que además contribuirá a lograr un mundo más pacífico y más seguro. También ayudará a preservar paisajes y culturas que se remontan a los orígenes de la civilización y forman una parte indispensable de nuestro patrimonio cultural.

 

En este Día Mundial del Medio Ambiente, en el año que marca el décimo aniversario de la entrada en vigor de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, insto a los gobiernos y a las comunidades de todo el mundo a prestar atención a los problemas que plantea la vida en las márgenes de los desiertos, para que las personas que allí viven puedan vislumbrar un futuro de paz, salud y progreso social.

 

Las tierras áridas contienen 43% de las tierras cultivadas en el mundo. La degradación de los suelos causa una pérdida anual calculada en $42 mil millones de dólares como consecuencia de la producción agrícola. En los últimos 40 años se ha abandonado casi una tercera parte de las tierras de cultivo del planeta porque la erosión las ha vuelto improductivas. Cada año, 20 millones de hectáreas más de tierras agrícolas se degradan al punto de ser inútiles para el cultivo o se pierden por la expansión de las manchas urbanas.

 

Más de 100 países sufren los adversos efectos sociales y económicos de la degradación de sus tierras secas. Se calcula que la superficie total de tierras afectadas por la desertificación es entre 6 y 12 millones de kilómetros cuadrados (como referencia comparativa las superficies de Brasil, Canadá y China suman entre 8 y 10 millones de kilómetros cuadrados.)

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