En este fuerte usted no solo se divierte y descansa, también aprende sobre esa fibra que le da nombre y su potencial artesanal. Un parque que recupera el valor de la naturaleza en el oriente de Antioquia.
Hace 29 años Cesar Augusto Londoño pasó de vender seguros de vida en empresas de los Estados Unidos a asegurarle la vida al fique en Guarne. Este hombre viene a ser algo así como el "amo de llaves" de ese atractivo turístico que cuenta con 3.000 hectáreas de bosques, cuatro kilómetros de senderos, seis lagos de pesca, cuatro cabañas para alojar a por lo menos 150 personas y dos complejos habitacionales para hospedar a otras tantas.

Como si fuera poco, en este lugar, donde el fique es rey, hay una placa que Londoño exhibe con orgullo, la cual lo determina como ganador del concurso Antójate de Antioquia 2009. El fuerte ocupó el segundo lugar en el certamen, luego del Parque Temático Hacienda Nápoles.

¿Qué tiene de particular el fique para hacerle un palacio? Según Cesar -hijo de un hombre que durante 42 años fue alcalde de distintos municipios de la región y que además fue presidente de Asmefique-, entre 1920 y 1980 Guarne tuvo una gran tradición alrededor de esa fibra natural. Muchos de los campesinos de la zona cultivaban esta planta y la vendían convertida en el producto con el que se tejen costales para empacar granos como el arroz, el maíz y el fríjol. Sin embargo, después de la década del ochenta, estos empaques fueron reemplazados por los de polietileno.

"Como la cultura del fique se estaba acabando y ya no había nada que ofrecer que fuera representativo de Guarne, pensamos que debíamos impulsar el fique desde otra perspectiva". A partir de allí se dieron a la tarea de mostrar su riqueza artesanal por medio ese complejo turístico que no solo se encarga de divertir a sus visitantes. Hasta él también llegan niños de escuelas de la región que reciben su clase de manualidades en las tejedoras del museo y aprenden a hacer manillas y artesanías con esta fibra.

Londoño explica que con ello pretenden darle un valor agregado a su tradición. Hoy día, un costal de fique cuesta 2.000 pesos, mientras que uno de polietileno se vende por 300. Cifras que no son optimistas si se considera que después de sembrada la planta hay que esperar cuatro años para que la fibra esté en condiciones de extraerse. Cada planta produce por lo menos un kilo cada año, cantidad que cuesta 1.700 pesos en el mercado.

Este parque turístico es propiedad de 25 socios, del que Cesar es representante legal y quien junto con su familia posee el 14 por ciento de las acciones.

El fique potencia

El Fuerte Ecológico hace parte de las 13 entidades que promueven el Parque Arví y es al mismo tiempo uno de los beneficiarios del Metrocable que actualmente se construye en esa zona.

Gracias al reconocimiento de Antójate de Antioquia, el complejo turístico recibe acompañamiento para la consecución del Registro Nacional de Turismo (RNT) y el diseño de su portafolio de servicios. Además, cuenta con el certificado integral de servicios turísticos "Antioquia un tesoro por descubrir", el cual les otorga prioridad en los procesos de promoción y vinculación con aliados estratégicos y en la agenda turística del departamento.

Las perspectivas del negocio fiquero son saludables si se tiene en cuenta que la Unión Europea le apuesta a las exportaciones que utilizan empaques biodegradables. "Aquí vino un holandés y nos pegó una perjudicada tremenda: aunque nos compró una millonada en artesanías, nos dejó el museo vacío", recuerda Londoño.

El lugar cuenta con cinco empleados de planta y genera también un número significativo de trabajos indirectos con habitantes del sector. Por un lado, un grupo de mujeres desplazadas que se hicieron expertas artesanas del fique, se encargan de enseñar sobre ello a niños de escuelas, grupos cristianos y visitantes de paseos empresariales. De otra parte, hay un relevo de empleados que durante las visitas de grupos numerosos -hasta 200-, se encarga de atender la cocina, mantener el hotel y las cabañas en orden, además de cuidar que los campos estén en perfectas condiciones.

"Hecho a mano, artesanía viva" es el lema del Fuerte Ecológico Palacio Nacional del Fique. Con ello como mandamiento, cada visitante sale con una manilla o artesanía hecha por él mismo.

Allí no solo se aprende que el proceso de producción del fique inicia desde que se corta su hoja en el campo y pasa por la desfibradora, la hiladora y el tejedor, también se puede disfrutar de una cabalgata por la región, darse un paseo en bote, caminar por los senderos y pescar.

Los scouts son asiduos visitantes, además de numerosos grupos de universitarios y de empresas que eligen ese lugar para sus capacitaciones, al tiempo que aprovechan para conocer un poco del fique. El lugar cuenta también con lagos y pista de aeromodelismo.

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