Dentro de las tradiciones alimenticias más antiguas que se conservan en varias culturas indígenas colombianas, el cazabe tiene un lugar privilegiado. Su consumo se extiende por los pueblos indígenas de la Orinoquía y la Amazonía, así como por las llanuras del caribe. Los Achaguas, Papocos, Sálivas, Sicuanis, y  los Zenúes, entre otros pueblos indígenas, consumen diariamente el cazabe, considerado popularmente como la arepa de los indígenas ya que es un acompañante de todas las comidas.

 

La torta o arepa de cazabe, es un alimento elaborado con la harina de la yuca amarga o yuca brava, denominada de esta forma por contener una alta cantidad de cianuro. Los pueblos indígenas que la elaboran, desarrollaron desde tiempos inmemoriales un proceso de extracción del veneno que les permitió el consumo de esta variedad de yuca.

 

El proceso consiste en extraer el cianuro, que se concentra en el jugo de la yuca. Una vez extraído el líquido, la yuca seca se pila y cierne hasta obtener la harina. El proceso inicia cuando las mujeres indígenas pelan, limpian y rayan la yuca amarga que posteriormente es  introducida en el cebucán (instrumento tejido con palma, que al ser estirado, comprime la yuca hasta extraer la última gota de líquido).

 

Los rollos de yuca seca, extraídos del cebucán, son conservados en hojas de plátano. La yuca rayada y seca se lleva al pilón para pulverizarla. Después se pasa por un cernidor para separar los trozos gruesos de  la harina. Posteriormente se va calentando el budare (una especie de horno artesanal conformado por un plato que descansa sobre una base, elaborada con paja y barro, dentro de la cual se coloca la leña).

 

Una vez obtenida la harina, ésta se pone a asar en el budare para que el calor la compacte, formando poco a poco una arepa. Por último ésta se deja secar unas horas al sol, y así la arepa de cazabe estará lista para el consumo.

 

La elaboración de este alimento es un oficio básicamente femenino. Los procesos más pesados como la limpieza y rayado de la yuca se hacen en grupos familiares, por lo cual esta tradición es un importante espacio de transmisión de la cultura de las mujeres más ancianas hacia las más jóvenes.

 

Gran parte del tiempo de las mujeres indígenas que pertenecen a pueblos consumidores de cazabe, se dedica a este oficio, que se intercala con otras responsabilidades como el cuidado de los niños,  las labores del hogar y la siembra.

 

Vea las fotos en la sección de reportaje gráfico.

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