El pasado 19 de junio se dio comienzo en Ginebra la sesión inaugural del nuevo Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, la cual se extenderá hasta el próximo 30 de junio. La ceremonia de apertura del nuevo organismo de derechos humanos estuvo precedida por Jan Elliason, presidente de la Asamblea General de la ONU, Kofi Annan, Secretario General y Louise Arbour, Alta Comisionada para los Derechos Humanos.

El primer año del Consejo estará encabezado por Luis Alfonso de Alba, embajador de México, quien fue designado presidente del organismo. Durante la primera semana de la sesión los ministros de los Estados miembros y otras autoridades pronunciaron sus discursos ante el pleno del Consejo y en el día de hoy se presentó el informe anual preparado por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. La próxima semana se abordaran las temáticas requeridas para el buen funcionamiento del Consejo. Entre los temas pendientes que venía trabajando la Comisión de Derechos Humanos se encuentran los proyectos de la Convención contra las Desapariciones Forzadas y la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

El Consejo de Derechos Humanos hace parte de la reforma de la ONU propuesta por Kofi Annan en el mes de marzo de 2005, cuando presentó su informe, titulado “Un concepto más amplio de la libertad: desarrollo, seguridad y derechos humanos para todos”. En dicho documento, el secretario general planteó la necesidad de asignar a la causa de los derechos humanos la misma importancia que a las causas de la seguridad y el desarrollo. En concordancia con esa idea, el Consejo de Derechos Humanos fue planteado como el espacio requerido para otorgar la primacía y autoridad que ostentan los derechos humanos en la Carta de las Naciones Unidas.

Con esta reforma se da por finalizada la labor de la Comisión de Derechos Humanos, creada en 1946 como un órgano subsidiario del Consejo Económico y Social que desde hace varios años enfrentaba una crisis de legitimidad.

El Consejo es un órgano subsidiario de la Asamblea General, lo cual lo hace responsable ante todos los miembros de la Organización de Naciones Unidas. Este organismo “será responsable de promover el respeto universal por la protección de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de todas las personas, sin distinción de ningún tipo y de una manera justa y equitativa (...) y deberá ocuparse de las situaciones en que se violen los derechos humanos, incluidas las violaciones graves y sistemáticas, y hacer recomendaciones al respecto. También deberá promover la coordinación eficaz y la incorporación de los derechos humanos en la actividad general del sistema de las Naciones Unidas (...)”[1].

Los 47 miembros de dicho Consejo fueron elegidos de forma directa e individual en votación secreta por la mayoría de los miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas para un periodo de tres años. La misma Asamblea tiene la facultad de suspender los derechos inherentes a formar parte del Consejo de todo miembro de éste que cometa violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos.



[1] Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas. “Resolución 60/251”. 72ª sesión plenaria. 15 de marzo de 2006.

Palabras clave: ONU, Consejo de Derechos Humanos

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