Desde ayer, comenzaron a retornar a sus resguardos más de mil 500 indígenas Emberas que desde el pasado 23 de agosto se sumaron a la Asamblea Permanente en el Hospital San Juan de Dios de Riosucio, Caldas.

Según el presidente del CRIDEC, “el desmonte de la Asamblea Permanente se dio al pactar con el jefe de la Dirección Territorial de Salud de Caldas, doctor Francisco González Baena, el cambio del director y otros puntos que conlleva un 98% de las peticiones tanto de trabajadores como de indígenas”.

Lo que indica que a partir de la fecha, “se estipuló tres meses para que los médicos Naranjo y Mauricio Mora, este último delegado por los indígenas, redefinan el direccionamiento del hospital, hasta que concertadamente se de la propiedad del cargo”.

Otro de los acuerdos es que “en ese mismo periodo se determinará la categorización del Hospital, lo que nos permitirá ser parte de la Junta Directiva de este, por ser los Emberas de los resguardos de Nuestra Señora Candelaria de La Montaña, Cañamomo y Lomaprieta, Escopetera y Pirza y San Lorenzo los usuarios más numerosos al pasar de los 43 mil en el departamento de Caldas (85% de la población), quienes no vamos a permitir que la institución siga por el camino de la quiebra a la que la estaba conduciendo la pasada administración”, recalcó Harvey Gañan, presidente del CRIDEC.

La presencia de los indígenas en la acción conjunta obedeció que la población nativa en el municipio de Riosucio Calda es del 85% de los 65 mil habitantes del municipio, quienes se quejan continuamente por las precarios servicios de salud y la pésima administración del centro asistencial.

Antecedentes:

Hace cuatro años los indígenas y los trabajadores realizaron una movilización similar, acompañados por la ciudadanía de Riosucio, para impedir que el Hospital fuera municipalizado y rebajado a la categoría de primer nivel de atención.

Hoy corremos el mismo riesgo de quedarnos los riosuceños sin hospital o con un establecimiento de categoría de un puesto de salud, porque, como lo ha demostrado el Sindicato de Trabajadores del Hospital (SINDESS), en los últimos tres años las administraciones del Hospital han dejado perder 3.723 millones de pesos que le adeudaban las EPS, ARS e IPS, y que ya no se pueden cobrar porque la Ley 100 dispone que dicho cobro sólo se puede hacer en un plazo determinado, que ya se venció.

Si el presupuesto para 2006 del Hospital es de diez mil millones de pesos, ya se ha reducido en un 30%. Y el déficit de este año se calcula en 2.971 millones. También se está perdiendo o malgastando plata en conciliaciones mal hechas, en servicios no cobrados, facturaciones incompletas, contratos de personal sin soportes, no pago de proveedores y de servicios públicos, fallas en la sistematización de datos, falta de mantenimiento a edificios y equipos, etc.

Esta mala administración se refleja en que para el momento no hay inversión en equipos médicos ni en medicamentos, hay 194 cirugías sin autorizar, disminuye la calidad de atención en los partos, los rayos X funcionan mal, es decir, todos los días la calidad de atención rebaja en lugar de mejorar.

Pero lo más grave es que tantos malos manejos juntos indican que no se trata sólo de una mala administración, sino de una política de hacer no viable el Hospital, de conducirlo a la quiebra, para poderlo cerrar, privatizar y reducir a primer nivel.

Escribir un comentario

Código de seguridad
Refescar