Titta Vadala, delegada oficial del Partido Verde Italiano y quien hizo parte de la Misión de Acompañamiento al Pueblo Kankuamo que se llevó a cabo entre el 13 y el 18 de julio en Valledupar (Colombia), calificó de “paraíso para los ecologistas” al resguardo de esta comunidad indígena. Enclavado en la Sierra Nevada de Santa Marta y bañado por los ríos Badillo y Guatapurí, el territorio de los kankuamo posee una gran biodiversidad y una riqueza étnica y cultural que se refleja en los rostros y saberes de cada uno de sus habitantes.

Alicia Chocué, líder indígena del pueblo Nasa, (Cuaca, Colombia), compartió sus experiencias con los kankuamo en el marco de la Misión. “Indio sin tierra no es indio; indio sin territorio, es indio sin patria”, afirmó Chocué, quien ha sido testigo y protagonista de la lucha y resistencia de los indígenas del Cauca por la recuperación de su territorio ancestral. Del mismo modo, el rescate de la identidad cultural, espiritual y política de los kankuamo, uno de los cuatro pueblos indígenas que habitan la Sierra, tiene una estrecha relación con la tierra, expresó Chocué. La pervivencia de los kankuamo, está por lo tanto, ligada al territorio.

Atanquez, Chemesquemena, Guatapurí y La Mina, cuatro de las doce comunidades que conforman el resguardo indígena kankuamo, fueron el escenario del encuentro entre más de 60 delegados de organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos y los habitantes de la zona. En esta edición presentamos el registro de algunos de los momentos más emotivos de la visita al pueblo kankuamo, como una antesala a los artículos y el reportaje gráfico que en próximos números compartiremos con los lectores de Actualidad Étnica.

Atanquez

El 14 de julio de 2006, la Misión de Acompañamiento al Pueblo Kankuamo, conformada por más de 50 delegados de diversas organizaciones sociales y de derechos humanos del ámbito nacional e internacional, llegó a Atanquez, una de las doce comunidades del pueblo kankuamo.

Chemesquemena

Los integrantes de la Misión, emprendieron una caminata de casi tres horas para llegar a Chemesquemena, comunidad kankuama que también se baña con las frías aguas del Guatapurí, río y lugar sagrado para los indígenas de la Sierra.

Guatapurí

En esta comunidad, al igual que en Atanquez y Chemesquemena, los mamos orientaron los rituales de pagamento a la madre naturaleza. Allí, “Mamá Ucha”, indígena kankuama, es una de las ancianas que conserva el acervo cultural de los kankuamos.

La Mina

Es una de las comunidades más duramente golpeadas por la violencia. Sin embargo, al igual que en todo el territorio kankuamo la dignidad, la armonía con la naturaleza y la alegría son sus mejores armas para continuar en su lucha como pueblo indígena.

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