. La población indígena del Cabildo Cerro Tijeras se pronuncia frente a la decisión del gobierno de Estados Unidos de construir un muro en la frontera con México para detener el ingreso de inmigrantes al país; pero a su vez manifiestan que el presupuesto es limitado para tal fin, por lo cual la comunidad indígena Nasa da a conocer su visión respecto al tema.

Por: Cabildo Cerro Tijeras

La Pared

Santander de Quilichao, 08/10/2006. El presidente George Bush dio el primer paso en su congreso para construir un muro que detendrá el flujo de ilegales. Se trata de una pared de 370 millas de inexpugnable longitud, fría y gris coronada en su cumbre con alambre de púa enrollado. Cada tanto garitas y cámaras, perros y policías, requisas y preguntas, polígrafos y advertencias. La muralla se levantará en el estado de Arizona y atravesará una reservación indígena.

De inmediato Rubén Rodríguez – vocero del presidente mejicano Vicente Fox, aseveró que por su costo el muro no será levantado. “No hay dinero y entonces no se va a construir” – dijo el funcionario a la prensa dejando en entredicho la construcción de la pared que detendrá a esa diáspora de indeseables, noticia que despertó reacciones contundentes por parte de la opinión publica:

“Reunamos los dólares necesarios para que terminen cuanto antes el muro” -dijeron en México…. y es urgente porque con esa pared se le detendrá el paso a sus máquinas y motosierras que destrozan nuestros bosques y descuartizan a la naturaleza. “Hagamos una minga y vamos a ayudarles a terminar la pared” – aseguraron en Paraguay. Y que sea rápido para cerrarle cuanto antes el paso a sus tanques de guerra, a sus marines. “Que llegue al cosmos y a las profundidades para que sus aviones, submarinos y satélites no nos alcancen” –afirmaron en Brasil.

Definitivo que sea fuerte, en hormigón de todas las pulgadas, con hierro fundido y entrecruzado, cemento por doquier, cascajo por toneladas, de esta forma se le cortará el camino a sus malsanos modelos de vida, a su biotecnología que patenta la vida. Un muro fuerte que atraviese de costa a costa la frontera entre Estados Unidos y Mesoamérica le detendrá el paso a tanta doble moral, exigencias, maltrato, condicionamientos y abusos que hoy por hoy atraviesan la frontera a su antojo. Como el viento en el desierto. Del norte al sur.

Hagamos un bingo, una feria, un bazar, una colecta o una “vaca”, es urgente recoger el dinero faltante para terminar el muro. Así le impediremos el camino al mal ejemplo que recibimos a diario. De allá para acá. Es importante que la pared no tenga puertas para que no ingresen a la América Latina sus camiones y contenedores con Coca Cola, agroquímicos, glifosato, armas, doctrinas, filantropía, leyes, dictámenes, tecnología, imposiciones, tratados comerciales, dólares, multinacionales, soldados. Habilitemos una cuenta a donde cada cual consigne lo que pueda. En soles, en pesos, en cruceiros, en guaraníes, en bolívares, en quetzales, en colones… Toda moneda suma, todo billete vale, de a poco redondearemos miles. Millones.

El muro no tendrá puertas. Solo ventanas. Y no será para detenernos a nosotros, será para frenarlos a ellos.
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