. La minera brasileña Compañía Vale do Río Doce suspendió hoy su producción en la región de Carajás, porque unos 150 aborígenes que reivindican ayudas económicas ocuparon las instalaciones

La invasión de los indígenas de la etnia xikrin a Carajás, en el estado amazónico de Pará, ocurrió a finales de la noche del lunes y ayer afectó parcialmente la producción, pero la empresa se vio obligada a suspender hoy todas sus actividades en la región, dijeron portavoces de la compañía.

Vale, la mayor productora y exportadora mundial de hierro, extrae diariamente de Carajás cerca de 250.000 toneladas del mineral, principalmente para la exportación.

La compañía transporta el mineral hasta un puerto sobre el Atlántico mediante una vía férrea particular por la que cada día pasan cerca de trece trenes cargados con hierro, cada uno con capacidad para 21.000 toneladas, y cuyas operaciones también se suspendieron.

Los indios, procedentes de una reserva vecina conocida como Tierra Indígena Catete, ocuparon, de forma "violenta", según la empresa, el Núcleo Urbano de Carajás, una ciudadela construida por la compañía para albergar a sus trabajadores en esa región.

Los indígenas, que reciben anualmente cerca de 9 millones de reales (unos 4,2 millones de dólares) gracias a un acuerdo compensatorio con la empresa minera firmado en junio pasado, presionan por un aumento de esa ayuda.

"La compañía no comparte tales métodos ilegales -reiteradamente utilizados por los xikrins- y no cederá a ningún tipo de chantaje", informó la minera en un comunicado.

La empresa informó igualmente de que "utilizará todos los medios legales para defender sus derechos, especialmente la integridad de sus empleados y el patrimonio de la empresa.

La minera, pese a reafirmar su intención de ayudar a las comunidades de las áreas en las que actúa, amenazó con suspender el acuerdo con los indígenas que ocupan sus instalaciones.

En noviembre del año pasado, otro grupo de guerreros de la misma etnia ocupó por tres días parte del Núcleo Urbano de Carajás, igualmente para exigir más inversiones de la empresa en los proyectos que benefician a las comunidades vecinas.

En esa época reivindicaban incluso la entrega de un avión bimotor, según informó la empresa, que pidió en ese entonces la intervención del Gobierno para combatir un "crimen contra los intereses nacionales". La comunidad xikrin en la región asciende a cerca de 2.000 personas.

En febrero pasado, otro grupo de indios, pero de diferentes etnias, bloqueó por dos días en el estado de Marañón el ferrocarril operado por la minera para enviar el mineral a su puerto en el Atlántico y mantuvo secuestrados a cuatro de sus empleados.

Los indígenas, cerca de 200 y armados con arcos y flechas, exigían de las autoridades nacionales y regionales mejoras en la atención pública de salud para las poblaciones autóctonas en ese estado.

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