Se intensifica control paramilitar en el río Atrato, en medio de la presencia de la Fuerza de Tarea Conjunta del río Atrato, de la Brigada 15 del ejército. "Los pueblos están sufriendo la opresión. Sus enemigos los tienen presos y no quieren soltarlos" , Jeremías 50, 33.

Nuestra Constancia histórica y Censura Ética ante las operaciones de control paramilitar que continúan desarrollándose en el río Atrato y el crimen de que ha sido objeto un afrocolombianos en el paraje conocido como Tumaradó.

A pesar de la negativa a reconocer la existencia de estructuras paramilitares en el bajo Atrato las mismas continúan desarrollando sus operaciones criminales sobre este río y sus afluentes, inciden e influencian en los municipios de Turbo y de Río Sucio como ha ocurrido desde hace 14 años.

Nuestra Constancia Histórica y Censura Ética ante estas repudiables actuaciones de las estructuras paramilitares mientras se siguen promoviendo grandes proyectos ambientales, como la emisión de bonos de carbono.

*Viernes 28 de agosto nuestra Comisión de Justicia y Paz en Bogotá recibió testimonios de afrocolombianos sobre los mecanismos de control que desarrollan estructuras paramilitares en el caserío de Travesía, Tumaradó, Leoncito, Bocas de Atrato, en el puerto de Turbo y el municipio de Río Sucio.

En el punto conocido como Tumaradó, territorio colectivo del Cacarica, desde el mes de enero controlan la movilización de carga y de pasajeros que se transportan en las embarcaciones tipo chalupa que circulan por el río Atrato. Los afrocolombianos, mestizos e indígenas se ven obligados a parar en un retén ilegal y pagar el cobro de un impuesto por el ingreso de bienes de supervivencia a Cacarica o la salida de recursos maderables, excedentes de pan coger – maíz, arroz- que se dirigen hacia el municipio de Turbo.

Los paramilitares cobran la suma de $200.000 (U.S 100) por cada viaje de ingreso o de salida a Cacarica. A los pescadores que frecuentan el área les cobran 6 galones de gasolina por cada faena. Todas las embarcaciones tipo chalupas son obligadas a arribar al lugar, su conductor ingresar al caserío y adelantar el pago. De acuerdo con los testigos, estas operaciones paramilitares han ocurrido en medio de la presencia de la Fuerza de Tarea Conjunta del río Atrato integrada por el batallón Manosalva y la Armada Nacional coordinada por la Brigada 15.

El control de estructuras paramilitares sobre las personas y los ingresos de los comerciantes del municipio de Río Sucio se realiza en este pequeño casco urbano en medio de la significativa presencia policial y militar.

* Domingo 5 de julio entre 11:00 p.m. y 12:00 m. el pescador afrodescendiente conocido como “Chemita”, de 39 años de edad, quién se dirigía en un bote hacia su lugar de habitación en Bocas del Atrato fue abordado luego de cruzar el poblado de Tumaradó, por paramilitares que se identificaron como “Águilas Negras”, quiénes se movilizaban en otra embarcación.

Los paramilitares luego de preguntar por “Chemita” en medio de otros afrocolombianos que se transportaban con él, le dispararon con arma de fuego provocándole la muerte de manera inmediata. Luego de corroborar que estaba muerto, ataron las manos del cuerpo sin vida de “Chemita” y lo arrojaron al río Atrato. El cuerpo fue hallado flotando sobre el río Atrato tres días después.

*Martes 1 y Miércoles 2 de septiembre hacia las 3:00 p.m. en la comunidad de Limón, cerca a la Zona Humanitaria de Nueva Esperanza y en la Zona Humanitaria de Nueva Vida, respectivamente los afrocolombianos escucharon a un hombre que se presentó como DAVID, perteneciente a “Antrhotect”, promoviendo la inclusión de la cuenca de Cacarica en los contratos de Bonos de Carbono. Este manifestó que él era el contacto con grandes inversionistas de diversos países del mundo.

Cuando miembros las comunidades le interrogaban por las garantías que exigían de parte de las comunidades a cambio de preservar los bosques, por el texto del contrato para estudiarlo y por el nombre de los inversionistas, no se conocieron respuestas precisas.

El promotor manifestó que la certificación de los bosques la realiza Rainforest Alliance y el estudio satelital, la universidad de Stanfor. Insistió en que la comunidad ganaría mínimo $100.000 (US 50) por hectárea y que los contratos tendrían que firmarse por 25 o 30 años porque los inversionistas tienen que recuperar su dinero, pues las utilidades se reparten en unos porcentajes del 70% para las comunidades y el 30% para los inversionistas.

Al final manifestó que el trabajo que él podría adelantar era la elaboración del proyecto.

Cerca de 3 horas duraron las reuniones.

Nuestra Constancia Histórica ante la evidencia nuevamente de las operaciones paramilitares en las márgenes del territorio colectivo, actuaciones que se desarrollaron el año pasado dentro del territorio de las comunidades negras en medio, al lado y en conjunto con las estructuras de la Brigada 15, y que hoy tales operaciones continúan desarrollándose con el consentimiento, asentimiento, complicidad de estructuras regulares militares en lo rural y en lo policial en los cascos urbanos.

Nuestra Censura Ética ante el crimen del que ha sido victima el afrocolombiano “Chemita” por las operaciones paramilitares bajo el nombre de “Águilas Negras”, el que no hubiera ocurrido si la política de seguridad enfrentara transparente, coherente y realmente el paramilitarismo. El crimen de “Chemita”, daño irreparable a la vida e integridad del afrocolombiano refleja el enquistamiento de las lógicas paramilitares en la institucionalidad.

Este crimen no hubiera sucedido, si alguna vez, y por una única vez, el ente investigador hubiera atendido las demandas de justicia de los afrocolombianos, quiénes desde hace 14 años han reclamado verdad, justicia y reparación integral ante los más de 85 crímenes de los que han sido blanco y los 3 desplazamientos forzados que han sufrido; si alguna vez, el ente investigador hubiera recaudado las pruebas, que hoy están aún a la vista, de las operaciones paramilitares realizada en conjunto en las operaciones regulares de la fuerza pública; si se hubiera sancionado eficazmente a generales y comandantes que han ordenado, dirigido operaciones militares con unidades paramilitares.

Nuestra Constancia ante la afección y los daños irreparables al ambiente y al parque nacional de los katíos que continúan desarrollando desde hace más de un año personas ajenas a los Consejos Comunitarios y a los resguardos indígenas frente a los cuales las entidades responsables de la protección de parques se han negado a realizar una acción de control y de prevención.

Nuestra Constancia ante la inacción institucional para enfrentar de raíz los nefastos efectos de la desmovilización de estructuras paramilitares en el territorio Colectivo de Cacarica, la reingeniería paramilitar que se continúa desarrollando a través de empresas fachadas que pretenden usufructuar y desarrollar agronegocios con vicios profundos de ilegalidad.

Ante ustedes nuevamente nuestra Constancia y Censura Ética con la finalidad de que alguna vez, si no ustedes, la historia y los tribunales internacionales, reconozcan la sistematicidad de las operaciones criminales que se han desatado contra los habitantes de Cacarica con técnicas y mecanismos de destrucción de la vida humana –personal y comunitaria- . Operaciones criminales y de terror bajo los cuales se reflejan los intereses económicos de grupos de personas, algunos cuyos nombres son de conocimiento público, otros que permanecen en total anonimato gracias a la protección que genera la impunidad, y que al lado de la presión militar y las operaciones sociales bajo Acción Social, se convierten en parte del eslabón que pretende controlar la tierra, su uso con el control de la población para el enriquecimiento o la multiplicación de la riqueza con el desarrollo para uno.

Ante ustedes nuestra profunda indignación con las operaciones armadas paramilitares que continúan sucediendo en medio del control territorial de la Brigada 15.

COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ

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