Solo después de que la comunidad achagua interpuso una tutela, las entidades estatales propiciaron la construcción de un pozo. Habrá que poner otra para que lo terminen.

Marcos Arrepiche, gobernador del Resguardo Indígena Achagua Turpial La Victoria, en el departamento del Meta, ha participado en diversos talleres de comunicación y derechos humanos que ofrecen organizaciones de derechos humanos y organismos estatales como la Procuraduría. Estos escenarios, le han brindado herramientas para ejercer un mejor papel como gobernador indígena y para velar por los intereses, derechos y deberes de su comunidad.

Por ejemplo, señala Arrepiche, su comunidad lleva más de un año sin servicio de agua, y tuvo que recurrir a estrategias legales y de comunicación para exigir a las autoridades que tomaran las medidas necesarias para solucionar esta vulneración a sus derechos. En este caso, el Proyecto de Fortalecimiento Sistema de Información Etnias de Colombia – SIEC y Asesoría Legal a indígenas, orientó a la comunidad para presentar una tutela; además, Actualidad Étnica publicó una noticia denunciando la situación, que fue replicada por medios de comunicación alternativos como Indymedia y Prensa Indígena. Sólo tras estas dos acciones, la alcaldía de Puerto López atendió la solicitud de esta población indígena, que exigía a las autoridades tomar las medidas necesarias para la solución al problema de abastecimiento de agua.

La tutela fue interpuesta en contra de la Gobernación del Meta, la Alcaldía Municipal de Puerto López y la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena Cormacarena, por violación de los derechos fundamentales, a la dignidad humana, a la vida que, en este caso, está enlazada con los derechos a la salud, al agua, y a un medio ambiente sano; así mismo, esa situación atropellaba los derechos fundamentales de los niños y de la tercera edad, el derecho a la integridad étnica y cultural de la Nación, y al Convenio 169 de la OIT, ratificado por la Ley 21 de 1991.

El suministro de agua fue suspendido el 24 de mayo de 2008. Ese día, según datos de Ingeominas, se presentó un sismo de magnitud 5.5 con epicentro a 10.2 Km. al noreste de la cabecera municipal de El Calvario, Meta. El temblor perjudicó la zona donde habita el pueblo indígena achagua y derrumbó el pozo de agua de donde se proveía la comunidad. Hasta la presentación de la tutela, en junio de 2009, la alcaldía no adelantó gestiones para la construcción de un nuevo pozo de agua, pese a que en diferentes oportunidades, representantes del pueblo achagua se dirigieron por escrito ante la Alcaldía, con el fin de poner en conocimiento de la administración municipal la situación, sin encontrar respuesta alguna.

“Cuando cumplidos nueve meses sin agua, nos reunimos, en compañía de nuestra asesora legal del Proyecto SIEC, con el alcalde municipal de Puerto López, Juan Gualteros, ante quien expusimos nuevamente la situación; el alcalde propuso realizar un acuerdo con la Empresa Oleoductos de los Llanos Orientales, que opera muy cerca del resguardo, para que ésta colaborara”, dice el gobernador achagua.

En ese momento, la Alcaldía Municipal decidió contratar carro tanques de agua que luego prestaron el servicio durante 45 días, mientras que la empresa se comprometió a realizar la perforación del pozo; sin embargo, “las obras comenzaron en julio, cuando radicamos la tutela”, explica Marcos Arrepiche.

Mientras tanto, no hubo una solución definitiva, la única alternativa de acceso al preciado líquido fue el caño Humapo, el cual no ofrece las condiciones sanitarias que se requieren para el consumo humano, pues sus aguas se presumen contaminadas porque que allí bebe agua el ganado, los campesinos de la zona lavan la ropa y se bañan, además, como denunció Martha Gaitán, líder achagua, “el paso de vehículos de la empresa petrolera genera gran cantidad del polvillo que cae al agua y se hace imposible acercarse al caño en ciertas horas”.

La comunidad y en especial los niños, mujeres embarazadas y lactantes  y ancianos, han estado expuestos a un grave riesgo de contraer cualquier tipo de enfermedad o adquirir infecciones. Así mismo, la  escasez de agua viene afectando dos proyectos productivos que estaba adelantando la comunidad achagua.

Pozo sin terminar

Por: Ramón Martínez / Reportero comunidad indígena Achagua/SIEC

En nuestra comunidad indígena ubicada entre Puerto López y Puerto Gaitán, en el Meta, se está construyendo un pozo profundo que surtirá del servicio de agua a toda la comunidad.

La perforación del pozo terminó el pasado 23 de agosto. Los contratistas quedaron comprometidos en volver 3 días después de terminada la perforación para poner tubos de pvc y hacer la conexión al tanque elevado para dar suministro de agua a la comunidad.

La ingeniera María Cristina, de la empresa Oleoductos del Llano, ODL le dijo a un miembro del cabildo que en 15 días sería restablecido el suministro de agua para la comunidad, pero desde que recogieron los equipos no se ha tenido noticias de qué va pasar con el agua, ni ninguna persona nos ha venido a decir cuándo y cómo nos pondrán en servicio dicho pozo que se perforó.

*Esta nota hace parte del trabajo periodístico de los reporteros indígenas de la comunidad achagua, en el marco del Proyecto SIEC.

 

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