La realidad es contundente: la salud de los niños indígenas en el mundo es crítica. Las enfermedades endémicas y infecciones respiratorias agudas siguen cobrando la vida de cientos de menores, situación agravada por aspectos como la ausencia de servicios de salud adecuados. Además, el hecho de que los menores no sean educados dentro de sus patrones culturales, donde se incluye la medicina tradicional, se constituye en un factor que, de acuerdo con los expertos, conducirá a que la cultura de los pueblos no sobreviva en el mundo globalizado.

Es por ello que el Comité de Salud Indígena, adscrito al Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, instó a los organismos de las Naciones Unidas a incorporar a los curanderos indígenas y sus perspectivas culturales sobre la salud y las enfermedades en las políticas del organismo, como también a emprender consultas regionales con los pueblos indígenas acerca de esos temas. Asimismo instó a los Estados miembros a expandir sus sistemas nacionales de salud para proporcionar programas integrales de salud para la infancia indígena. Además, los Estados deben adoptar medidas especiales para asegurar y proteger la labranza de los cultivos tradicionales y erradicar la malnutrición en la infancia indígena.

“Los niños indígenas están en una situación de desproporcionada desventaja en muchos países debido a todas las formas de discriminación, incluida la discriminación racial. Tomaremos las medidas adecuadas para terminar con la discriminación, para proporcionar un apoyo especial y para garantizar un acceso equitativo a los servicios para estos niños”, sostuvo la ONU.

Nils Kasberg, Director de la Oficina de Programas de Emergencia del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), afirmó que los niños indígenas enfrentan muchos obstáculos al tratar de tener acceso a servicios básicos. De igual forma, experimentan discriminación en lengua, etnicidad, género y cultura pudiendo afectar su acceso a la educación o a los cuidados de salud.

La problemática de la población indígena se ha visibilizado permanentemente dentro de las discusiones de la ONU. Se ha aceptado sin cuestionamientos que los niños indígenas están entre los más vulnerables, y ocupan los lugares más bajos en casi cualquier estadística de indicadores de salud disponibles en prácticamente todos los países.

Sin embargo, las cifras sobre el estado de la salud indígena son muy escasas, y esto es reconocido por el Comité. “No hay todavía información fiable y coherente con datos en casi ningún país, por no hablar a nivel mundial, sobre la salud de los niños indígenas”.

Para el Foro esta total falta de datos e información es causa de la negligencia y falta de voluntad política de los países donde habitan comunidades indígenas.

El Comité de Salud Indígena reconoce ampliamente que los niños indígenas sufren de forma especial de morbilidad y mortalidad prenatal e infantil, a menudo causada por falta de salud e higiene maternal, falta de acceso a los servicios sanitarios y al tratamiento médico, malnutrición y escasez de inmunización, atribuyéndose esto último a las inaccesibilidad del terreno, con falta de cadena de frío, personal capacitado y otros servicios.

Este Organismo internacional asegura que el número de conflictos armados, alzamientos civiles y conflictos armados intercomunitarios está aumentando con rapidez. Estos conflictos impactan cada vez más sobre los niños, y sólo ahora se empiezan a reconocer y entender las consecuencias sobre su salud. “Una gran proporción de estos conflictos están ligados a iniciativas de desarrollo o a disputas sobre la libre determinación sobre el territorio y sobre la posesión y uso de los recursos, por lo que preocupan a los pueblos indígenas y se producen en nuestras tierras”.

Sobre Colombia se ratifica el papel negativo que tiene los grupos armados sobre la salud indígena. “Hay informes sobre grupos armados que impiden que el material médico y el personal sanitario puedan acceder a las comunidades indígenas, y las agencias gubernamentales hacen muy pocos esfuerzos para asegurar que estos pueblos indígenas, no implicados en el conflicto, son protegidos de daños”. Sin embargo, el Comité considera que los grupos de presión internacional, aunque son activos en otros aspectos de este conflicto, no han hecho suficiente presión ni sobre el gobierno ni sobre los grupos armados para que tomen medidas correctivas.

El Comité de Salud Indígena instó a los gobiernos nacionales a desarrollar sistemas adecuados de relación con los poseedores del conocimiento indígena, respetando tanto los derechos individuales como los derechos comunitarios depositados en el poseedor individual de este conocimiento. “Las instituciones indígenas que tradicionalmente conservan ese conocimiento, bien de forma estructurada o menos tangible, deben ser totalmente respetadas como las poseedoras y transmisoras de este conocimiento y sistemas de conocimiento. Los derechos de nuestros hijos y de las generaciones futuras a ese conocimiento y a los beneficios derivados del mismo, deben ser plenamente protegidos”.

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