SIEC. Actualidad Étnica, 24/04/2008. Servindi. Nuevos tratamientos para enfermedades como el cáncer, la osteoporosis y otras dolencias se pueden perder para siempre si no se conserva la biodiversidad del planeta advirtieron ayer especialistas en la sede de las Naciones Unidas, en New York.

 

Tales afirmaciones se efectuaron durante la presentación del libro Sustaining Life: How Human Health Depends on Biodiversity (Para sostener la vida: Cómo la salud humana depende de la Biodiversidad), editado por Eric Chivian y Aaron Bernstein como parte de un proyecto de la Escuela Médica de Harvard.

 

La publicación tuvo el auspicio del Secretariado del Convenio de Diversidad Biológica (CBD), el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).

 

El volumen de más de 500 páginas se apoya en el trabajo de más de cien expertos y científicos quienes muestran con numerosos ejemplos cómo la naturaleza alberga miles de secretos para desarrollar nuevos tipos de analgésicos, tratamientos para la degeneración macular y vías inéditas para recuperar tejidos y órganos perdidos.

 

Los editores señalaron que una nueva generación de fármacos creados a partir de productos naturales podría desaparecer a menos que el mundo actúe para detener la pérdida de la biodiversidad. Entre los fármacos se encuentran desde antibióticos hasta tratamientos para el cáncer, indicaron.

 

Uno de los ejemplos mostrados en la presentación es el de la rana Rheobatrachus, cuya hembra incuba a sus crías en el estómago, donde están protegidas por una sustancia que inhibe la acción de los ácidos gástricos y enzimas.

 

Esta sustancia hubiera podido ser una valiosa contribución para el tratamiento de las úlceras humanas pero el batracio que podía encontrarse en los bosques húmedos de Australia en la década de 1980 actualmente se extinguió para siempre.

 

Así como el indicado, los editores presentaron siete grupos de especies que podrían ser especialmente valiosas para la medicina: los anfibios, osos, conidae (una familia de caracolas marinas), tiburones, primates, cangrejos de herradura y gimnospermas, una especie vegetal que incluye árboles como el pino y el ginkgo.

 

De las seis mil especies conocidas de anfibios casi un tercio se encuentran amenazadas con la extinción. Estos animales producen una amplia gama de nuevas sustancias, algunas de las cuales se obtienen únicamente de los anfibios que viven en el medio silvestre, no de los que están en cautiverio.

 

Algunos conidae producen un péptido que se estima es mil veces más potente que la morfina y que en pruebas clínicas alivió el dolor a pacientes con cáncer y sida avanzado. La ventaja de esta sustancia es que no genera dependencia.

 

De igual forma, los cangrejos de herradura, producen un péptido que ha mostrado indicios prometedores para tratar el cáncer de mama y próstata.

 

Otro ejemplo es que las personas pierden masa ósea cuando están confinadas a una cama, pero los osos producen nuevos huesos al hibernar, mediante una sustancia que podría emplearse en fracturas y en la osteoporosis.

 

Actualmente nueve especies de oso están en peligro de extinción entre ellos el oso polar, el Panda Gigante y los asiáticos Oso Negro. En tanto, el ginkgo podría luchar contra el Alzheimer y del hígado del tiburón se podrían producir antibióticos.

 

"Estos y numerosos valiosos secretos médicos se pueden perder para siempre debido a los cambios climáticos que están provocando la pérdida acelerada de hábitats y mutaciones en las especies" expresaron Eric Chivian y Aaron Bernstein, los principales autores del libro.

 

Para los expertos, no hay que tomar este libro como una licencia para recolectar seres vivos, sino como un estímulo para incrementar la conservación.

 

Su efecto real se verá a fines de mayo en Bonn, Alemania, en la novena reunión de las partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica, donde Naciones Unidas espera alcanzar un nuevo pacto climático que limite las emisiones de gases de efecto invernadero y un acuerdo sobre conservación.

 

Uno de los autores, el científico Jeffrey McNeely, de la Unión Mundial para la Naturaleza, señaló en una presentación anterior que si los Gobiernos necesitaban más justificaciones para conservar las especies, en este libro hay docenas de ejemplos dramáticos".

 

Fuente: Servindi, www.servindi.org

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