En este día, la Coordinadora de Organizaciones de la Cuenca Amazónica COICA, reafirmando nuestra existencia de los 390 pueblos que vivimos desde tiempos  inmemoriales en la naturaleza, hoy comprendido en los países como Perú,  Ecuador, Colombia, Venezuela, Bolivia, Brasil, Guyana, Guyana Francesa,  Surinam.  Son 515 años que no han logrado romper con el canto del viento, de los  árboles.

 

No ha sido fácil arrancar la espiritualidad enraizada en cada murmullo  de agua, en cada canto del grillo, en cada paso de la hormiga, en cada canto de la  rana,  en cada vuelo del ave, en cada sueño profundo.  Durante estos años han utilizado diferentes formas en tentativa de nuestra extinción, como la religión que trajeron a un "Dios"  blanco, alto y  barbado, que vive en los cielos, castiga al malo, al pequeño, al feo, al que no habla el español y un  "Dios" que es bueno con unos pocos, después de la muerte.

 

En las manos  la Biblia  y en la mente nuestros recursos así se insertaron a robar los  territorios, creando la  miseria. Estas abstracciones nos han causado serios desarraigos de nuestra espiritualidad. Así es como adoctrinaron a nuestros hermanos para luego crear conflictos internos y poder someter.  Luego se inventaron leyes para legitimar sus invasiones a nuestros  territorios, las  masacre y otras atrocidades humanas, pero jamás hemos dejado caer. Hemos  sumergido al interior de las tierras del bosque en búsqueda de libertad  y paz.

 

Las leyes dicen "proteger" y denominan nuestros territorios como "intangibles",  "inalienables". En nombre del desarrollo  hace de la vida una mercancía,  negocian los derechos, y dan  paso a que las multinacionales entren y extraigan  los recursos  naturales existentes en los territorios.

 

Además se crean grupos de  trabajo sobre  nosotros en las Naciones Unidas, hasta declaran un Decenio Internacional  de  Pueblos Indígenas con el propósito de "apoyar en nuestros aspectos económicos,  social y político". Pero los que se aprovechan son los beneficiarios del tema indígenas  Sin embargo siguen entrando los  saqueadores en complicidad de  los gobiernos que nos califican de subversivos por defender la vida de nuestros hijos, amenazas cuando reclamamos nuestros derechos y obstáculos

cuando  defendemos la naturaleza.

 

Nos declaramos dignos y libres de las condenas de las leyes de los hombres que  solo legitima sus actos en contra de nosotros y no cansaremos de defender  nuestra continuidad, nuestro idioma, nuestro sueño, nuestra espiritualidad y vivir en  paz con  todo los seres que nos rodean Y aunque corte nuestros troncos,  brotaran  nuestras raíces como semillas sembrando la tierra.

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