Reflexionar sobre el papel de la mujer indígena, de manera que se pueda trascender el discurso para pasar a la práctica en las comunidades indígenas, fue el principal objetivo del I Congreso de Mujeres Indígenas  Amazónicas realizado del 11 al 14 de octubre en Bogotá.

 

“El tema político organizativo de la mujer indígena amazónica se ha trabajado muy poco”, dice  Oswaldo Zafirekudo, ex presidente de la ORUCAPO, quien asegura que no se trata de recuperar la cultura, sino de fortalecer lo que se tiene, de construir y desarrollar procesos sociales.

 

Para las representantes de la llamada “Media Colombia” asistentes al Congreso, más allá de ser mujeres generadoras de vida, están dispuestas a aportar desde su sabiduría para la pervivencia de las culturas de las selvas amazónicas en temas de políticas de Estado.

 

“No sólo queremos seguir siendo el símbolo de concepto de la Madre Tierra, de la totuma, de la yuca dulce, sino estamos dispuestas a seguir manejando el concepto de la realidad y así estrechar la mano derecha con la mano izquierda y empezar a trabajar juntos, siendo apoyo y no carga en el tema de mujer indígena amazónica”, expresaron las mujeres de los seis departamentos que conforman la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana OPIAC (Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Putumayo y Vaupés).

 

A pesar de la falta de apoyo del Comité Ejecutivo de la OPIAC y de los problemas presentados en la logística para la realización de este primer Congreso, la fiscal de la organización Bernardita Remuy, logró su objetivo al reunir en el encuentro a las organizaciones regionales filiales, dirigentes y líderes de las comunidades indígenas, sabedores, ancianas y ex presidentes de la organización.

 

Uno de los principales señalamientos expuestos es que “como mujeres indígenas amazónicas nos caracterizamos como el fogón, que brinda el calor y abrigo en el refugio de la Madre Tierra; que une la comunidad en la cual no sólo preparamos los alimentos materiales sino espirituales para la unión de la familia, donde cada uno de nosotros hace parte de la comunidad, donde se comparte la sabiduría de los viejos como enseñanza para la vida”.

 

Las asistentes, en su mayoría jóvenes, mostraron interés en empezar a aplicar esta sabiduría de enseñanza, al igual que aprender de las demás compañeras que van más avanzadas  en el manejo de la interculturalidad.

 

En el marco del evento también se hizo evidente el inconformismo de la comunidad indígena amazónica contra el egoísmo y la envidia que enferma a sus compañeros dirigentes. “No queremos seguir siendo víctimas de esa enfermedad que nos hace pensar en uno solo y no en la colectividad. Es una epidemia que, de no controlar a tiempo, nos puede llevar a la destrucción como culturas, más que las mismas políticas de gobierno”.

 

Según una de las asistentes, “contamos con profesionales preparadas en los diferentes campos de estudios. De igual manera esperamos que nuestros grandes dirigentes nos llamen a formar parte del equipo de la organización, pero antes de esto estamos dispuestas a ser apoyo para curar esa enfermedad de envidias y egoísmo que no nos ha permitido surgir como organización”.

 

El propósito de los pueblos indígenas amazónicos se encamina a fortalecer las culturas para seguir perviviendo, y como mujeres, ser apoyo y no carga para las comunidades.

 

Esta reflexión es para que cada una de las mujeres indígenas de la Amazonía nos pongamos la mano en el corazón. La organización está enferma y depende de la aplicación de las enseñanzas de los viejos. Hay que volver a ellas, recordar las noches de los mambeaderos, del calor al lado del fogón, de las palabras sabias, donde nos recuerdan que somos hijos de la Madre Tierra,  gente de la coca y el tabaco, del yopo, del jagé, de los animales y de los ríos.

 

Durante el Congreso, realizado en la sede de Juventud Trabajadora Colombiana, JTC,  también se eligió a Nubia Estela Suárez como la Coordinadora del Área Mujer y Juventud del Consejo Regional del Guaviare CRIGUA II, quien tendrá la responsabilidad de representarlas en los diferentes espacios a nivel nacional e internacional.

 

El pueblo indígena de la Amazonía ha depositado su confianza y su voz de aliento en la compañera Nubia Estela, e hizo un llamado para no dejarla sola “lejos de la comunidad,  pues en una ciudad tan grande, se llega a sentir a diario que nuestro espíritu se pierde, nos hace falta el calor de la región, el ruido de los animales, nuestro pescao, mañoco y casabe”.

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