Hoy 19 de abril toda América celebra, recordando a los indígenas que habitaron este territorio antes de la llegada de los colonizadores europeos, que dieron como consecuencia la mezcla  actual de la raza latinoamericana. El 19 de abril de 1940 se celebró en Patzcuaro (México) el primer Congreso Indigenista Interamericano para una Conferencia Interamericana Indigenista, con el objetivo de salvaguardar y perpetuar las culturas aborígenes de todo el continente.

 

Participaron indígenas representantes de poblaciones autóctonas de diversas regiones de América. Se habló de la situación social y económica de estos pueblos, de sus problemas y sus necesidades. Esta conferencia produjo un documento que creó el Instituto Indigenista Interamericano, con sede en esta ciudad de México y dependiente de la OEA. Así se instituyó el Día Americano del Indio, en conmemoración a este acontecimiento.

 

Argentina es hoy quien más celebrará este día, las comunidades indígenas de la provincia realizarán un acto público en la Plaza Independencia, y desde hoy y hasta el jueves 20 de abril, los aborígenes mantendrán reuniones en el teatro Orestes Caviglia para trabajar sobre la inclusión de sus derechos en la Constitución, la regularización territorial y la formación de sus jóvenes y consejeros. Durante el encuentro trabajarán con organizaciones locales como ANDHES (Abogados y Abogadas del Noroeste Argentino en Derechos Humanos y Asuntos Sociales) y con el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas).

 

Una constante lucha por la igualdad

 

Los indígenas aún 500 años después piden no ser discriminados, piden ser respetados, los aborígenes americanos de hoy ya no pretenden privilegios por su condición de primeros habitantes del continente, sólo aspiran a que se los trate como iguales, que se les reconozca el derecho a la tierra donde habitan, igualdad de oportunidades laborales y de estudio y el respeto a los valores de sus culturas.

 

En la época de la conquista, lo que debió ser un histórico encuentro que beneficiará y enriquecerá a ambos continentes (Europa y América), se transformó, en la Conquista de América. Cuando llegaron los europeos encontraron un pueblo disperso. La diversidad de lenguas, costumbres, religiones y la posición geográfica se convirtieron en desventaja para que los nativos enfrentaran a los invasores quienes además poseían mayor poder bélico, y finalmente  despojaron a los habitantes no sólo de las tierras que habitaban desde milenios sino destruyendo y demoliendo todo, e imponiendo por la fuerza su cultura, procurando aniquilar a la existente.

 

En Colombia habitan 80 grupos étnicos. Su diversidad cultural se refleja en la existencia de más de 64 idiomas y unas 300 formas dialectales. Según un estudio del Departamento Nacional de Estadística, realizado luego del Censo de 1993 y con ajustes a 1997, la población indígena asciende a 701.860 personas que tienen presencia en 32 departamentos del país, especialmente en aquellos de selva tropical húmeda. Sus procesos de organización y lucha, aunque datan de la época de la conquista, han tomado mayor fuerza y coherencia en los últimos veinte años en los que se han consolidado organizaciones de diverso orden con fines reivindicativos y de autogestión bajo los principios unidad, tierra, cultura y autonomía.

 

Los valores de las antiguas culturas aborígenes perduraron en los restos de templos y construcciones, que por su ubicación no fueron destruidos por los hombres blancos; en la pirámides que por su magnitud no eran fáciles de demoler; en los códices mayas y aztecas salvados de la hoguera; en los testimonios de mestizos como el Inca Garcilaso de la Vega o de españoles como Fray Bartolomé de las Casas; en las artesanías desenterradas o encontradas, y que especialmente en la memoria de los pueblos autóctonos, que fieles a sus sentimientos y convicciones, continúan amando a la tierra que habitaron Desde el Origen y a la que en sus diferentes lenguas, siguen llamando Madre.

 

Los pueblos han sobrevivido a la colonización europea y 500 años después de la llegada de Colón, sus reclamos resurgen con fuerza en todos los países de Latinoamérica. En Guatemala, Ecuador y Perú los indígenas son más de la mitad de la población; en Bolivia, el 45% y en México, el 30%. En todos estos países lo indígena forma parte de la identidad nacional.

 

Pese al reconocimiento de la multietnicidad, Colombia es un país que registra los mayores índices de pobreza en comunidades negras e indígenas. El Estado y las clases dirigentes continúan conservando, desde la abolición de la esclavitud hasta hoy, a las comunidades negras e indígenas en condiciones de aislamiento territorial, atraso y desigualdad de oportunidades en todos los niveles, dentro de la sociedad, en síntesis, en condiciones de exclusión. Y sumado a esto, en los colombianos persiste el prejuicio racista, el racismo verbal contra negros e indígenas, demostrable en estereotipos y expresiones lingüísticas que denigran e inferiorizan su igualdad y dignidad humana.

 

Fuentes: www.etniasdecolombia.org, www.me.gov.ar, www.mendoza.edu.ar, www.primerafuente.com.ar.

Escribir un comentario

Código de seguridad
Refescar