Dando continuidad al ciclo con expertos en la obra de Candelario Obeso y Jorge Artel, iniciado el 23 de abril, el Instituto Caro y Cuervo reunió el pasado 30 del mismo mes las voces de Álvaro Morales Aguilar, miembro de la asociación de escritores del Caribe y la Colombo-argentina Graciela Maglia, directora de la Maestría de literatura de la Universidad javeriana, dando cumplimiento así al segundo panel programado por esta entidad en homenaje a dos grandes poetas negros.

Las actividades culturales se cumplen los jueves a las 5 p.m. hasta el día 7 de mayo y se dan en apoyo a la declaración, por parte del Ministerio de Cultura, del año 2009, como año en homenaje a la vida y obra de los poetas Candelario Obeso y Jorge Artel.

Esta vez le correspondió a los dos invitados referirse a la trayectoria desarrollada por el segundo de los poetas mencionados, de quien en realidad no se tiene en Colombia un profundo conocimiento.

Al primero de los ponentes, Alvaro Morales, le correspondió iniciar el homenaje con datos biográficos destacando que hace precisamente cien años, 27 de abril de 1909, nació en la histórica Cartagena, en las entrañas del barrio Getsemaní, un barrio de artesanos, Agapito de Arcos, nombre bautismal de Jorge Artel.

La fecha de aniversario del poeta cartagenero pasó inadvertida en un mes dedicado a las efemérides literarias, al idioma y a los libros: Su trayectoria como creador literario se inició en medio de una intensa vida como activista político desde su época juvenil, perteneciendo en su comienzo, como secretario del primer comité obrero de Cartagena, a los primeros núcleos del movimiento socialista en Colombia, comandado por líderes como María Cano e IgnacioTorres Giraldo. En Cartagena conoció a los históricos fundadores del primer partido socialista en Colombia en una de las giras que éstos desarrollaron por la Costa Atlántica.

Según Morales, Artel mantuvo desde el comienzo en Cartagena contactos con el mundo de las letras a través del periodismo en diarios como "La Patria" y en otros pequeños periódicos locales que ayudó a conformar. Formó su perfil humano y de creador intelectual manteniendo un vivo interés por la realidad política nacional y la de su raza en una época de intenso movimiento social, estudiantil y obrero, como consecuencia del despertar de la modernidad, en los años veinte. Estando ligado a círculos intelectuales y obreros en estos primeros años fortaleció también su identidad y conciencia étnica irradiándola a través de distintos medios y formas de expresión literaria: en el ejercicio de la poesía, el ensayo, la colaboración periodística, la novela, la traducción. Posteriormente lo hará en su labor como profesional del derecho, una vez graduado en la afrocaribeña "Ciudad heróica", en el decenio de los convulsos años cuarenta.

Una década antes, en los años 30, se le ubica en Bogotá. Se traslada allí como estudiante de derecho y aparece como periodista en diarios de la ciudad, como El Tiempo. En 1937 figura como miembro de las juventudes gaitanistas. En 1947, tras su regreso a su ciudad natal, se gradúa de Abogado. Después vino el "bogotazo", es acusado de sedición y perseguido. Se refugia en el Chocó y en los años 50 inicia una larga correría desde Venezuela.

Trasegó por distintos países de Centroamérica y el Caribe alternando distintos oficios con la acción política, la literatura y el periodismo y en nueva York, ciudad en la que vivió a lo largo de seis años, se vinculó como traductor de la revista Reader's Digest.
La Colombo-argentina Graciela Maglia, le atribuye a la obra de Artel un sentido de resistencia cultural negra: "se sentía un digno representante de la poesía negra". Ël, dice de Artel, aparece en un país que entra en la modernización y no sucumbe, como se dice de Artel, ante movimientos literarios como piedra y cielo, contrario a lo que afirmó su compañero de panel Alvaro Morales. Según Maglia, Artel tiene dos tipos de incursión en formas poéticas:

En un primer tipo de escritos poéticos incursiona en formas dialectales de influjo caribeño: las reiteraciones son frecuentes y las figuras relacionadas con el mar, los motivos rítmicos, la alusión a la danza, las onomatopeyas y en general el mundo cultural negro son parte de ese lenguaje que la catedrática ubica dentro del terreno de las formas de resistencia.

Algunos críticos le endilgan a su poesía un tono, o un estilo "marino", por su recurso al mar, al tiempo que cuestionan su estilo de escritura "declamatoria", su "altisonancia rítmica" y su supuesta "retórica autorrefleja" que no le permitía a Artel, según estas voces, escribir para ser leído en voz baja.

La profesora Maglia a diferencia de estos comentarios hace alusión a un diverso mundo poético en el cual Artel hace gala de formas complejas del lenguaje en su poesía, valiéndose de formas sintácticas complejas, el uso frecuente de pronombres relativos y sintaxis subordinativa. Algunos ejemplos de esta poesía de Artel los encuentra Maglia en una de sus obras mas famosas: "Tambores en la noche":
Hace algunos pocos años con motivo de la celebración de la primera década de ausencia del poeta, muerto en 1994, su hijo, Jorge Artel Alcázar, evoca así un fragmento de su obra máxima:

" Mi padre acostumbraba desde los 13 años salir a los muelles a altas horas de la noche o en la madrugada, acompañado de su tío Joselito, y contemplando la bahía gestaba sus poemas, siete años después con tierna dulzura experimenta el vacío de la ausencia y en los mismos muelles escribe La Voz de los Ancestros".

"Mi pensamiento vuela sobre el ala/ mas fuerte/ de esos vientos ruidosos del puerto y miro las naves dolorosas donde acaso vinieron los que pudieron/ser nuestros abuelos/ -padres de la raza morena- / contemplo en sus pupilas caminos de nostalgia y rebelión".


Mas adelante Artel hijo, en su relato conmemorativo de su padre, con motivo de los diez años de su desaparición física, afirma:

"Se establecen entonces tres elementos esenciales en la poesía de Jorge Artel, el negro como instancia superior reivindicada, el mar y el niño, de igual forma evoca sus años de juventud y los atesora como se ovillan los veinte años."

"Éramos todos marineros y teníamos/veinte años, las almas alumbradas de luceros/radiantes,/la vida, un juguete azul en nuestras manos,...".


Finalmente, padre e hijo se unen en el tiempo y confluyen en sus nombres que se confunden con este pasaje tierno de sus vidas, evocado por J. Artel junior:

"La poesía de Jorge Artel tiene también otras connotaciones que el poeta con el tiempo les da el significado social que se merecen y transfigura la realidad de su pueblo en un mensaje diáfano y vigoroso".

"Mi hijo juega solitario,/con su tanque de guerra./Dispara./ingenuamente sabio,/imita el lenguaje de las balas./Finge un desembarco/y se toma la playa.../Da unos pasos./Cae muerto./Yo me digo, mirándolo,/en silencio:/hijo mío:/que nunca en la vida sea realidad tu juego,/que no suceda...!/pero si ha de ser cierto/-y aunque mucho te ame-/ sea sólo por la paz,/por un mundo sin clases/y una justicia total sobre la tierra".

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