Con jornadas lúdicas y folclóricas se inicia la Primera Conferencia Nacional Afrocolombiana, un espacio que busca volver a potenciar el proceso organizativo de las comunidades negras, en momentos en que el conflicto armado tiende a agudizarse, la situación socioeconómica se torna más crítica y el gobierno le sigue apostando a dinámicas como la integración económica a través del Área de Libre Comercio (ALCA)

A diez años de expedirse la Ley 70 y a pesar de los múltiples avances constitucionales y legales, la situación de las comunidades negras sigue siendo dramática. La exclusión y la marginalidad son características que siguen primando en un grupo étnico cuya población es víctima directa del conflicto social y armado que azota al país. Las cifras hablan por sí solas: el 80 por ciento de su población vive por debajo de la línea de pobreza absoluta, según datos del Departamento de Planeación Nacional (DPN) Su ingreso percápita es de 500 dólares, o sea una tercera parte del promedio nacional; un alto porcentaje de su población, que habita en zonas rurales, presenta analfabetismo, siendo en proporción tres veces más alto que el del resto del país (DNP); de cada 100 jóvenes que terminan secundaria, sólo dos consiguen ingresar a la universidad; casi un 75% recibe menos de un salario mínimo legal como sueldo.

Actualidad Étnica conversó con los miembros de la Secretaría Ejecutiva del evento, José Santos y Jattam Mazot, sobre los propósitos de la conferencia, las temáticas que se abordarán y algunos de los problemas que hoy aquejan a las comunidades

¿Cuál es el sentido de la Conferencia tras casi 10 años de expedida la ley 70?

El objetivo es revisar el proceso organizativo que las organizaciones han venido dando en los últimos años, especialmente desde la promulgación de la Constitución Política de 1991, buscando retomar y consolidar el tumbo de una propuesta étnica que le permita a las comunidades afrocolombianas alcanzar mejores condiciones frente a los retos y desafíos que impone el conflicto armado. Tenemos un buen tiempo que no nos encontramos para analizar problemas que afectan a la etnia, problemas como lo organizativo, lo territorial, la identidad cultural, el desarrollo de modelos económicos y sociales ajustados a las necesidades y expectativas de las comunidades, los mecanismos de participación, los derechos humanos, entre otros tópicos.

Ustedes mencionan en la convocatoria como propuesta retomar el rumbo organizativo. ¿Cómo entender esas palabras y qué factores vienen incidiendo para que se presente esa situación?

El último proceso organizativo que en el ámbito nacional se posibilitó fue en el año 1993 con la promulgación de la Ley 70. De ahí para acá lo que ha sucedido es que cada organización, desde la esfera local y regional, ha trabajo las problemáticas desde sus propios contextos. Pero en momentos tan críticos como los que vive el país, consideramos necesario que las organizaciones se vuelvan a encontrar para formular planteamientos y propuestas conjuntas.

¿Cuál es el balance que las organizaciones hacen teniendo como referencia la expedición de la Ley 70?

Es positivo en lo que tiene que ver con titulación de territorios colectivos para comunidades negras, además de la reglamentación de la misma Ley 70. En el caso de la titulación, hasta la fecha se han otorgado título sobre alrededor de 4 millones de hectáreas en el Pacífico. Se está en trámite la titulación de 5 mil hectáreas más. Ahora, en relación con otros aspectos estructurales y esenciales ha sido muy poco lo que se ha avanzado, principalmente por la falta de interés y voluntad del Estado colombiano de permitir un desarrollo integral de la población afrocolombiana. Finalmente, hay que decir que se ha avanzado, aunque de manera muy pírrica, en la construcción de un movimiento político – electoral que responda a las verdaderas inquietudes de la población.

Sin embargo, está el caso de dos personas que llegan a la Cámara de Representantes por la circunscripción especial para comunidades negras que no son producto de las organizaciones ¿Cómo perciben esa situación?

Ellos son deportistas y no hacen parte de un proceso organizativo. Tienen la intención de querer involucrarse, pero ellos no conocen del trabajo que se ha venido desarrollando. Nos parece positivo que tengan la voluntad de aprender de las dinámicas organizativas trabajadas. Hay que esperar que sucede.

¿No obstante, nos les parece que hay una fractura, porque, para bien o para mal, ellos son los representantes de las comunidades negras en el parlamento?

Buena parte de reunirnos y de querer retomar el rumbo tiene que ver con esa situación. La culpa de esa situación recae sobre las mismas organizaciones por su dispersión, por trabajar desde lo regional. Esa discusión debe ser parte de los resultados que arroje la conferencia.

¿Cómo proyecta el proceso organizativo dinámicas como el Area de Libre de Comercio para las Amérocas (ALCA)?

Nuestros territorios están siendo “feriados”. La globalización en términos económicos es arrasar a las comunidades. Nosotros planteamos un modelo de desarrollo incluyente que contrasta con el modelo de apertura que planeta el gobierno, porque, por ejemplo, no hay respeto a los recursos naturales. Ese es uno de los puntos importantes para discutir en la Conferencia.

¿Las organizaciones perciben alguna relación entre el desarrollo de megaproyectos, ALCA y agudización en materia de derechos humanos, especialmente del desplazamiento forzado?

Creemos que la apertura y la implementación de megaproyectos en territorios de comunidades negras es un factor innegable de violencia. Cuando un territorio es titulado, posteriormente se convierte en escenario de sangre, muerte y desplazamiento. Eso es evidente en zonas donde se proyecta la construcción de proyectos como el Puerto de Tribugá, el Canal Interoceánico Atrato – Truandó o el puente terrestre Bahía Cupica – Bahpia Candelaria. En ese sentido, hay que valorar la responsabilidad que tiene el Estado no sólo en la violación a los derechos humanos; también en la violación a los derechos económicos, sociales y culturales.

¿Qué representa para la Conferencia Minga por la Vida?

Minga significa aportar y recomponer el deber ser de las comunidades afrocolombianas, trabajar en minga es lo que nos ha faltado para contar con mejores resultados.

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