La Organización Indígena de Antioquia –OIA- denunció el pasado 27 de mayo el asesinato del joven Yamid Bailarín Suescún, indígena Embera perteneciente al resguardo Jaikerazabi del municipio de Mutatá.
Bailarín Suescun se venia desempeñando como coordinador del colectivo de comunicaciones en el resguardo Jaikerazabi y había llegado a Medellín para participar de un nuevo proceso de formación y capacitación en la Escuela de Realización Audiovisual, delegado por la Organización Indígena de Antioquia. El proceso de capacitación reunía delegados indígenas y campesinos del Cauca, Norte de Santander, Caldas, Nariño y Antioquia, quienes estaban iniciando una nueva etapa de formación como realizadores audiovisuales.
Según fuentes indígenas, el joven comunicador participó en la noche del sábado en una reunión social en el corregimiento San Cristóbal, en las lomas occidentales de Medellín. A su regreso a la ciudad “y el hecho de transitar en horas nocturnas por el sector, sin conocer que en algunos sectores de la ciudad existen las llamadas barreras invisibles lo llevó ser victima de las bandas delincuenciales”. Su cuerpo fue hallado el domingo 27 de mayo en los bajos de uno de los edificios de la Ciudadela Nuevo Occidente.
Sus compañeros de escuela fueron sorprendidos por la triste noticia de la muerte del Embera, expresando que “los indígenas son vulnerables en sus territorios, pues estos “interesan a empresas multinacionales y en los cuales hacen presencia grupos armados que atentan contra la vida e integridad de los procesos comunitarios que resisten de manera ancestral”. “Nos duele este hecho pero nos reafirma, en memoria de Yamid, para continuar este esfuerzo por hacer memoria de aquellos que no pudieron seguir siendo”, señala el comunicado.
La Organización Indígena de Antioquia - OIA, rechazó este asesinato, denunciando “que a las graves violaciones a los derechos humanos que se vienen presentando en los territorios indígenas del departamento, se suman también los actos de violencia en contra de la población indígena en las ciudades y cascos urbanos”.
La OIA exigió del Estado colombiano “la implementación urgente de los planes de salvaguarda tendientes a mitigar la situación de exterminio físico y cultural de los pueblos indígenas que se viene dando a lo largo y ancho del país a causa del conflicto armado y de la misma manera exigió a los organismos judiciales, Fiscalía, Procuraduría y Personería la completa investigación y posterior judicialización de las personas responsables del hecho”.
Los indígenas también exigieron de los actores armados “el respeto a la vida y a la libertad de los comunicadores populares que denuncian y hacen visible la realidad de sus comunidades.
“Yamid visibilizaba el movimiento indígena. Siempre investigaba las denuncias de maltrato a indígenas y a mujeres. Se encontraba haciendo un documental sobre la violación de los derechos humanos en Urabá“, manifestó William Carupia, presidente de la Organización Indígena de Antioquia.
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