Este artículo expone el proceso de las elecciones presidenciales en Perú. El candidato del Partido Nacionalista Peruano (PNP) Ollanta Humala, ha denunciado que desde hace meses las fuerzas de la oligarquía han iniciado acciones para desprestigiarlo e impedir su postulación. La candidata derechista Lourdes Flores, aparece en las encuestas como posible triunfadora de las elecciones de abril, mientras el presidente Alejandro Toledo, encabeza desde hace dos años o más, el peor índice de evaluación de gestión de todos los presidentes del continente.

 

Elecciones presidenciales el 9 de abril

Perú entre el nacionalismo indigenista y el retorno de la derecha

Por: Ernesto Tamara

 

Tomado de www.liberacion.press.se

 

La campaña electoral en Perú ha entrado en su última etapa con la guerra de las encuestas centradas ahora en tres candidatos, Lourdes Flores por la derechista alianza Unidad Nacional (UN), Alan García, candidato del Partido Aprista Peruano (PAP), y Ollanta Humala por el Partido Nacionalista Peruano (PNP). La última encuesta sitúa a Flores con el 27%, García con el 20% y Huamala con el 19%, después de una serie de denuncias contra el ex militar y candidato nacionalista por supuestas violaciones a los derechos humanos cuando combatía a Sendero Luminoso.

 

La candidatura del militar retirado a la presidencia de Perú, Ollanta Humala, ha desatado una campaña mediática para desacreditarlo, sin entrar a discutir su proyecto político ni su programa de gobierno, al tiempo que observadores políticos denuncian un acuerdo entre los empresarios, los medios de comunicación y la embajada norteamericana para frenar cualquier posibilidad de triunfo del candidato nacionalista, que hasta ahora ha evitado formar acuerdos con la izquierda.

 

La guerra de encuestas en Perú lo ubican un día en el primer lugar o empatado con la candidata derechista Lourdes Flores, otro día en segundo lugar, y ahora ya detrás del ex presidente Alán García. La candidatura de Humala preocupa a los sectores más poderosos del país, aunque no han definido porqué.

 

Quizás sus últimas apariciones cercanas al presidente venezolano Hugo Chávez, o su anunciado deseo de entrevistarse con el mandatario cubano Fidel Castro haya despertado esos temores, ya que el candidato presidencial ha mantenido su discurso en el ámbito del nacionalismo y el populismo.

 

Es que Perú, ha sido a lo largo del siglo pasado, una fuente de desarrollo del populismo y el nacionalismo, a veces vinculado al marxismo latinoamericano, que ha contagiado a otros países de la región y que desató procesos que cuestionaron las bases de las relaciones de dependencia.

 

Tanto el populismo del fundador del APRA, Víctor Raúl Haya de la Torre, el renovado marxismo latinoamericano de José Carlos Mariátegui, hasta el proceso militar del general Juan Velasco Alvarado, contagiaron e impulsaron proceso de lucha en todo el continente.

 

Humala no ha reivindicado un hilo conductor de su proyecto con esas experiencias, aunque se ha manifestado admirador de Velazco Alvarado, pero la sola mención de nacionalismo y populismo en Perú, despierta dormidos temores en la cúpula de poder.

 

La candidata derechista Lourdes Flores, aparece en las encuestas como posible triunfadora de las elecciones de abril, mientras el presidente Alejandro Toledo, que no ha desarrollado una política muy diferente a la propuesta por Flores, encabeza desde hace dos años o más, el peor índice de evaluación de gestión de todos los presidentes del continente, con pico de apenas un 7 por ciento de aceptación entre la población y promedios que no superan el 10 por ciento. De hecho, aunque Flores no encabece la lista del partido oficialista -su candidato renunció- es la opción más oficialista en las próximas elecciones.

 

Desde este punto de partida, resulta difícil aceptar las encuestas que otorgan a Flores el primer lugar, y hacen más creíble las denuncias de una maniobra entre la embajada norteamericana, los medios de comunicación y los empresarios, para asegurarle el triunfo e impedir que la candidatura de Humala sea una alternativa real.

 

Los sectores de izquierda de Perú, reconocen diferencias importantes con el proyecto político de Humala, pero han estado dispuesto a apoyarlo para fortalecer la posibilidad de cortar la continuidad del modelo neoliberal impulsado antes por Alberto Fujimori, después por el presidente Toledo, y ahora por su designada sucesora, Flores.

 

Las expectativas de cambios al asumir Toledo la presidencia se dilapidaron en poco tiempo. Su imagen de opositor a gobierno de Fujimori, sus denuncias de fraude electoral, de violaciones a los derechos humanos, habían creado la ilusión de que durante su mandato las cosas iban a cambiar. Sin embargo, en un travestismo político ya acostumbrado en la región, Toledo mantuvo el proyecto económico de su antecesor, sólo maquilló aspectos de la política de derechos humanos creando la Comisión de la Verdad pero sin aplicar decididamente sus recomendaciones, y hasta utilizó las mismas prácticas de corrupción para mantenerse en el poder y hacer ascender a sus allegados.

 

Humala estuvo a punto de perder su postulación el pasado mes de enero, en vísperas del cierre del plazo electoral, cuando su presentación fue impugnada por el abogado Julio Quintanilla cercano al candidato presidencial -que después renunció- Fernando Olivera del Frente Independiente Moralizador (FIM), por violación de la ley electoral.

 

Según Quintanilla, Humala no podía, como promotor, fundador y presidente del PNP, inscribirse y presentar por otra organización su aspirantura a la presidencia del país, como hizo con Unión por el Perú.

 

El legista alega que tal acto está prohibido por la Ley Electoral, que establece que una persona inscrita en un partido solo puede postular por otro si renuncia al primero cinco meses antes o recibe de aquel expresa autorización.

 

Sin embargo, la Corte Electoral rechazó la impugnación. Humala ha denunciado que desde hace meses las fuerzas de la oligarquía han iniciado acciones para desprestigiarlo e impedir su postulación.

 

El líder del Partido Nacionalista Peruano (PNP) señaló que las maniobras contra su candidatura comenzaron desde que a inicios de año se consagró a crear esa organización. Dijo que desde entonces es objeto de seguimiento por el servicio nacional de inteligencia -"de lo que tengo pruebas", aseveró- y recordó que también se ha permitido a un general hacer contra él "declaraciones francamente beligerantes".

 

Indicó que "hasta el primer ministro, el ciudadano norteamericano (Pedro Pablo) Kuczynski" ha arremetido contra él "en flagrante violación de la ley electoral y sin que el sistema político reaccionara, porque se trata de Humala". Ni siquiera se ha dudado en tocar a mi familia, utilizándola políticamente en mi contra, denunció.

 

El candidato presidencial sostuvo que "estas maniobras demuestran la desesperación y el extravío moral del gobierno de (Alejandro) Toledo y de las clases políticas del país" ante el ascenso del nacionalismo en la apreciación del electorado.

 

Hemos logrado un gran caudal de aceptación en la ciudadanía, detrás de nosotros hay cinco millones de electores, ya somos la primera fuerza electoral del país, proclamó. Aseveró que tal realidad tiene desesperados a los políticos tradicionales peruanos, quienes ante el fracaso de sus anteriores maniobras -dijo- recurren ahora a una "leguleyada" para descalificar a la corriente nacionalista y su candidato.

 

El etnocacerismo

 

El movimiento etnocacerismo promueve una patria indígena que comprenda territorios que hoy están en Perú, Bolivia, Ecuador, Chile y parte de Argentina. El nombre de este movimiento, al cual el padre y algunos hermanos del candidato presidencial Ollanta Humala pertecenen, está inspirado en la figura de mariscal Andrés Avelino Cáceres, que encabezó las "montoneras", formadas en su mayor parte por indígenas, que resistieron la ocupación chilena del Perú en la época de la guerra del Pacífico. Debido a ello algunos lo consideran un movimiento "antichileno", especialmente entre sus seguidos en Bolivia.

 

El padre de Ollanta, es el abogado Isaac Humala, fundador del Instituto de Estudios Etnogeopolíticos, quien reivindica orgulloso sus ancestros curacas (jefes administrativos del Imperio Inca). Parte de la fuerza del movimiento etnocacerista es reivindicar al indígena y el cholo frente al "blanco" en un país de fuerte discriminación racial.

 

Medios de prensa de Chile han advertido, tiempo atrás, del supuesto peligro de una victoria de Ollanta Humala, al señalar que su hermano, Antauro, mencionado como posible ministro de Defensa si llega a la presidencia, ha anunciado que su país retomará Arica. Para ello citan una declaración de Antauro en julio de 2001, donde decía "Arica va a retornar a nuestro pueblo... aprovéchenla mientras puedan", y sostuvo que Chile es un país "formado casi sólo por inmigrantes" que "ha dejado arrinconado al pueblo araucano". Y en otra entrevista señaló: "Nosotros consideramos que el motor del cambio, antes que un Lenin o un Mao, es un Manco Capac..."

 

También la prensa peruana ha intentado asustar a los peruanos con el peligro de una guerra con Chile si Humala llega a la presidencia. Por ejemplo, la revista "Caretas" ha escrito que "Dentro del posible gobierno etnonacionalista sería inminente un enfrentamiento con Chile, así como con Ecuador, si es que no gobierna en el país norteño la Confederación Nacional Indígena". "Caso contrario -agrega-, el escenario más deseable, junto a una Bolivia de Evo Morales, sería el de la formación de un eje tahuantinsuyano (en alusión al Tahuantinsuyo, o reino de los cuatro suyos) entre los tres países, realizándose un sueño bolivariano de base incaica".

 

Qué piensa Ollanta

 

El candidato presidencial peruano ha tomado distancia de los extremos del etnocacerismo, y en declaraciones en diversos medios, ha mostrado una postura más pragmática. Se considera antiimperialista, "de donde sea", nacionalista, y dispuesto dice, a integrar izquierda y derecha en su gobierno.

 

"Mi nacionalismo lucha contra la globalización que neutraliza intereses nacionales, y en él caben fuerzas de izquierda y de derecha. No estamos discriminando por ideología. En Perú la izquierda está dividida y no suma un gran electorado. Sin embargo, yo les abro las puertas. Y el sector empresarial, nacional, esta ahora al borde de la quiebra por culpa del neoliberalismo. Estos que se consideraban de derechas, apoyan al nacionalismo. Y también les abrimos las puertas". Sostiene que Perú debe ser libre y soberano, administrar sus recursos naturales, pero asegura que no expropiará a las multinacionales.

 

"Tenemos recursos naturales pero los administran las multinacionales. En muchos casos no pagan impuestos y regalías. Mire el caso de Cajamarca. Es el segundo productor de oro mundial y el segundo departamento más pobre de Perú. Está en manos del consorcio Yanacocha, de la norteamericana Newmont. Pero también está la española Repsol, que ahora va a construir una nueva planta para comercializar nuestro gas de Camisea. En Camisea, donde están la argentina Pluspetrol y Repsol, se hizo un contrato sobre las regalías fijadas con el precio del año 2000. Entonces el millón de pies cúbicos de gas valía 1,25 dólares, y ahora está a 9 dólares, pero las regalías siguen como en el 2000". Sostiene que se deben nacionalizar esos recursos y aclara que "con nacionalización me refiero a participar como propietario, con un porcentaje del accionariado. Se trata de negociar con las empresas a fin de que sigan invirtiendo".

 

Para lograr ésto propone modificar la Constitución de la república. Esta constitución, sostiene, es "neoliberal" y es "una licencia para el abuso del gran capital multinacional". Recuerda que nuestra constitución es ilegal y delincuencial, porque la crea Fujimori mediante un golpe de Estado. Prohibe al Estado participar en la actividad empresarial y otorga igual condición al capital nacional y al extranjero".

 

Se reivindica antiimperialista "venga de donde venga" pero admite que tiene que comerciar y negociar con Estados Unidos. "Norteamérica es la economía mas importante del mundo y sería absurdo ir a espaldas de eso.

 

Tenemos asuntos comunes, como la coca, para el que hay que buscar una solución. Cultivamos unas 60.000 hectáreas de hoja de coca. Para el consumo nacional bastan 10.000 o 15.000, es decir, hay que erradicar el resto. La solución debe pasar por el ministerio de Agricultura, que debe abordar la sustitución rentable, y la industrialización de la hoja. Tiene 14 propiedades y solo se explota la que va al narcotráfico. Hay que encontrar un mercado para las otras 13".

 

Por otra parte sostiene que sus llamados a restaurar el imperio inca Tawantinsuyu, que comprende regiones de varios países andinos y el norte de Argentina, no es una reivindicación literal, sino un llamado a una integración "andinoamérica en un solo estado nacional". "Por ejemplo, Perú y Bolivia. Tenemos una cultura muy parecida, una historia, un idioma, incluso el reto del gas y la coca. Separados sólo tenemos 180 años. Juntos, más de 1.500 años. ¡Cómo no pensar en volver a integrarnos! Nos haríamos poderosos, como un solo estado".

 

También rechaza la acusación de antichileno, aunque a veces se le escapa cierta desconfianza al país vecino. "No odio a Chile, ni soy antichileno. Con Chile tenemos que construir una relación de integración pero transparente, equitativa y de respeto mutuo. Lo que me fastidia a mí es la prepotencia. Tampoco ayuda cuando, en pleno conflicto con Ecuador se descubre que Chile, siendo un país garante de la paz entre los dos países, está vendiendo armas al Ecuador".

 

Renuncias de candidatos

 

En las últimas semanas se han realizado varias denuncias de "compra de renuncias" de candidatos presidenciales para despejar el panorama electoral y centrar las baterías en la promoción de la candidatura de Lourdes Flores y en desprestigiar a Humala.

 

Estas versiones han sido desmentidas vehemente, y las renuncias ya anunciadas han sido explicadas por otros motivos. El líder del Frente Independiente Moralizador (FIM), Fernando Olivera, declinó su candidatura a la presidencia del Perú y anunció que encabezará la lista de candidatos al Congreso por ese partido.

 

Antes de Olivera, el otro candidato presidencial que renunció casi a las puertas de los comicios fue Rafael Belaúnde, quien postulaba por el oficialista Perú Posible. Coincidentemente, los dos partidos que hace cinco años formaron una alianza y llevaron al Palacio de Gobierno a Alejandro Toledo, se quedarán sin opciones presidenciales en las próximas elecciones.

 

Mientras tanto, una intensa campaña de prensa, al parecer con videos editados cuidadosamente, intenta presentar a Ollanta Humala con episodios de violaciones a los derechos humanos de los campesinos durante la campaña militar contra la guerrilla de Sendero Luminoso, a principios de los 90. En contrapartida, la candidata derechista debió salir a defender a varios personajes de su lista a diputados y senadores, vinculados a hechos de corrupción en el pasado régimen de Fujimori y al actual de Toledo.

 

Una televisora presentó hace días un video donde pobladores de la selva central peruana, identificaron a Humala como un tal capitán Carlos González que habría cometido varios crímenes contra los campesinos, mas varios de esos presuntos testigos alegan ahora que sus declaraciones fueron manipuladas.

 

De enero a julio de 1992, Humala fue jefe de la base antisubversiva Madre de Dios, en la selva central peruana. Sin embargo Humala niega ser el capitán González y anuncia que llegado al gobierno solicitará el desarchivo de documentos para probar su inocencia en estas denuncias.

 

 

Mientras, la candidata presidencial Lourdes Flores, respondió por "la calidad moral" de los candidatos al Congreso por los tres partidos que integran esa alianza derechista. Flores aseveró que las denuncias contra varios de los integrantes de la nómina precongresal carecen de pruebas contundentes o no están avaladas por suficiente información como para imputar responsabilidades.

 

Uno de los candidatos por el distrito electoral de Lima es José Luna Gálvez. El ex congresista tiene un juicio pendiente en la Sala Penal Especial de la Corte Suprema porque como a varios de sus colegas se le acusa de haber sido sobornado por Montesinos para cambiar de bancada y enrolarse en las filas oficialistas. Otro es Raúl Castro Stagnaro, vinculado a una empresa que usó la misma cuenta bancaria empleada para repatriar parte de los fondos con que se financió la campaña presidencial de Fujimori en el 2000.

Escribir un comentario

Código de seguridad
Refescar