Unos 370 millones de indígenas habitan el planeta, todos pertenecen a 70 naciones -entre ellas México- y de ese total, nuestro país aporta poco más del 1% de gente con culturas, tradiciones y lenguas diversas.  Bastó -sin embargo- un sexenio para que este, el país "multicultural", perdiera registro de más de 30 mil de esos mexicanos cuyo paradero aún se desconoce.

 

El último censo de población registra en México seis millones 11 mil 202 hablantes de lenguas indígenas -la mayoría de ellos en pobreza extrema- que este miércoles son festejados con motivo del Día Internacional de las Poblaciones Indígenas, establecido por la ONU en 1994.

 

Las opiniones en torno a "los pobres de los pobres" disienten:

"El 9 de agosto es un espectáculo de simulación donde todos decimos que estamos interesados por los pueblos indígenas pero la mayoría de la información nos hace ver que están igual o peor que siempre, (su situación) no ha cambiado nada y, por más discursos, leyes y declaraciones, eso no tiene impactos en su vida cotidiana", reclama el etnólogo José del Val Blanco, director del Programa Universitario México Nación Pluricultural de la UNAM.

 

El experto y ex asesor gubernamental añade que la cultura indígena "no es el folklor, el huarache, el huipil ni la fiesta del domingo", sino que es el reconocimiento de sus derechos a la propiedad y a hacer negocios como cualquier otro mexicano.

 

Hoy, fustiga, "cuando hablan de indigenismo nos hablan de carreteras, electricidad, (pero) el indigenismo es mucho más que inversión en infraestructura. Eso es generalizado para todo el país pues lo que en realidad ocurre es que el gobierno trabaja para crear indicadores que, en las estadísticas, le reflejen alguna tendencia".

 

Sin embargo, los pueblos indios siguen siendo los más pobres de los pobres y los más sujetos al despojo sistemático de sus territorios en vez de plantear con ellos una asociación para el desarrollo de sus recursos y que participen de manera equitativa, ya sea con el Estado y las empresas. No, simple y sencillamente se les organiza un desalojo, se les da una supuesta indemnización y se les quita, critica Del Val en entrevista.

 

Xóchitl Gálvez, comisionada nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, externa sin embargo su desacuerdo con el académico y afirma que él participó en el diseño de la actual política que ahora critica.

 

Dice que se han implementado proyectos de infraestructura, caminos, electrificación y de desarrollo económico a petición de los propios pueblos, no por voluntad o imposición del Ejecutivo.

 

"Él fue asesor mío por tres años y coincidió con esa política pública. Estuvo trabajando en la Comisión y nunca me planteó un documento que dijera algo contrario. Lo único que puedo decir es que le pregunten a los pueblos y comunidades indígenas si se sienten satisfechos con la atención del gobierno y así evitamos cualquier polémica". Para Gálvez es falsa también la acusación de los despojos.

Por: Guillermina Guillén

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