Más de 3 mil partituras de música barroca antigua, en su mayoría originales, fueron recuperadas por comunidades indígenas del área amazónica del norte de Bolivia, en lo que constituye uno de los hallazgos más importantes de la historia cultural del país. El descubrimiento fue realizado en la zona del río Ichoa, en el departamento boliviano del Beni, informó Antonio Puerta, representante de la organización no gubernamental española Taupadak (“latidos”, en lengua vasca), uno de los impulsores del proyecto.

 

Tomado de: Agencia EFE

 

Encuentran música barroca antigua

 

Más de 3 mil partituras de música barroca antigua, en su mayoría originales, fueron recuperadas por comunidades indígenas del área amazónica del norte de Bolivia, en lo que constituye uno de los hallazgos más importantes de la historia cultural del país.

 

El descubrimiento fue realizado en la zona del río Ichoa, en el departamento boliviano del Beni, informó Antonio Puerta, representante de la organización no gubernamental española Taupadak (“latidos”, en lengua vasca), uno de los impulsores del proyecto.

 

Con ese hallazgo, el Archivo Musical de Mojos casi dobla su contenido y, según sus responsables, probablemente se convertirá en el más grande de Bolivia, por encima del de Chiquitos, la otra región donde estuvieron los jesuitas, en el este del país. Los textos musicales encontrados corresponden a principios del siglo XX, pero hay muchos del siglo XIX, dijo Puerta, al destacar la importancia de los documentos pertenecientes a la época jesuítica desarrollada en Bolivia, Paraguay y el norte de Argentina entre los siglos XVII y XVIII.


“Se trata de misas, cantos de alabanza, cantos de penitencia y de celebración de santos que tienen un valor enorme porque completa, al menos en la mitad o más, lo que podría ser considerado el Archivo Musical de Mojos”, destacó.

 

Además, “hay piezas muy importantes que, tal vez, corresponden al año 1700 o quizá al 1800 pero son mínimas”, reveló. Las partituras fueron recogidas por el propio Puerta y representantes de la Pastoral Indígena y del Equipo Pastoral Rural del Vicariato Católico del Beni, con la cooperación del Servicio Nacional de Areas Protegidas.

 

Explicó que una parte de los textos fueron recibidos en catorce carpetas de manos del indígena Nemesio Guaji, de 82 años, uno de los pocos ancianos que siguió la tradición “copista” de algunos nativos. Guaji vive en San Antonio de Imose, comunidad ubicada a orillas del río Ichoa, en la jurisdicción del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).


El resto del material lo proporcionaron los nietos de Primitivo Guaji, en la población de San José del Sécure, y de Manuel Espíritu Mae, de San Lorenzo de Mojos, ambos indios que en el siglo pasado todavía seguían buscando la “Loma Santa”, la ilusión del paraíso que les inculcaron.
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