Bogotá, 17/08/2006. “Al encuentro de una historia”, es un artículo de reflexión de Marlene Victoria Holländer Cartes*, chilena y docente antropóloga, quien plantea la construcción de identidad de acuerdo a factores de diferencia y a través de la experiencia del pueblo Rom (Gitano), visualiza su estrategia de recuperación de la memoria cultural, expone el replanteamiento de los imaginarios individuales y evidencia la necesidad de escribir la historia humana a partir del concepto de diversidad.

Entre los apartes del editorial, cuyo eje central es la vida del pueblo Rom (Gitano), están las dominaciones, denominaciones y etnónimos; el comienzo de una historia; los Roma en nuestra América; historias por conocer; también hijos de la Pacha Mama; un Pueblo por conocer y reconocer; y como conclusión, para repensar. En los ítems se establece un hilo conductor para la reconstrucción global, de la cosmovisión gitana en Latinoamérica.

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Al encuentro de una historia, el pueblo Rom (Gitano) en nuestra América

Por: Marlene Victoria Holländer Cartes*

No sólo habitamos espacios físicos, sino que también convivimos entre diversos horizontes de sentido. Son muchos los grupos humanos que han hecho su aporte al a la densidad cultural que nos caracteriza, algunos prácticamente desconocidos, como el Pueblo Rom (Gitano), que a partir de un creciente esfuerzo organizativo emerge hoy con nueva voz. Este trabajo comparte antecedentes históricos cuyo hallazgo y/o relectura, hace parte de este proceso emergente. De la mano se suman reflexiones en torno a la necesidad de favorecer climas de auténticos encuentros interculturales, por tanto más justos y humanos. Finalmente, se invita a repasar nuestros propios imaginarios, a cuestionar la pretendida homogeneización de nuestros modelos idénticos y de sociedad, y a repensarnos desde nuestras semejanzas y diferencias.

Introducción

La posibilidad de compartir experiencias culturales afines dentro de nuestras propias sociedades, puede hacernos ignorar la coexistencia con numerosas tradiciones culturales, las que aun haciendo parte de nuestro cotidiano permanecen ajenas, extrañas, llegando a interpretar a esas otras visiones de mundo como anacrónicas y contradictorias, hasta reducirlas a realidades problemáticas. Orientadas bajo este enfoque, nuestras ciudades se han ido tornando espacios que albergan una heterogeneidad no dialogante, relegada en sus identidades a circuitos acotados. Desde allí elaboramos imaginarios construyendo suposiciones sobre lo que vemos, sobre aquellos “extraños otros” que se nos cruzan, o de quienes algo nos han contado.

La entrada a un nuevo milenio estremeció al mundo. Los fuertes impactos siguieron a sucesivas transformaciones políticas, económicas y sociales. Conflictos bélicos, vastos procesos de desterritorialización y desplazamientos migratorios, desbordes tecnológicos e incesantes flujos de capitales, que transforman sustantivamente el rol de los Estados, son fenómenos que traspasan todas las fronteras, alterando de tal forma el estilo de vida de las personas, que la desintegración y la renovación, la certeza y la contradicción, el asombro y la angustia, nos arrastra cual vértigo de paradojas.

En este nuevo escenario, las demandas de las minorías étnicas, tanto reivindicativas como de acceso a derechos de participación social, se han dado junto al recrudecimiento de antiguas formas de discriminación, prejuicio y exclusión, resituando en el ámbito de las ciencias humanas o sociales, tópicos conceptuales como el de la etnicidad, multiculturalismo e interculturalidad (Margulis 1977:33-34)

Históricamente los Rom (Gitanos), considerados como grupo étnico diferenciado 2 y minoritario, han estado insertos en sociedades dominantes, en medio de imaginarios que van desde la fascinación al abierto rechazo. Su particular condición de Pueblo disperso y sin la adopción por constituir Estado, le ha significado múltiples dificultades, principalmente para ejercer derechos de ciudadanía. Suelen recibir el trato de “Extranjeros”, “advenedizos”, en palabras de ellos, de “recién llegados a donde quiera que vivamos”, agregando que incluso, “se llega a los extremos de negarnos nuestra misma etnicidad e identidad cultural.”

Lo cierto es que explicaciones parciales e incompletas, basadas más en la ignorancia y en el desconocimiento, han dado fundamento a los Estado-naciones, y a sus respectivas sociedades, para desconocer los intrincados hilos históricos que nos hermanan con esta milenaria cultura de los Romà, o sea, de los gitanos. Sus prácticas y tradiciones se sustentan en un nomadismo estructural, articulando una compleja y riquísima trama cultural, con una opción civilizatoria de proyección transnacional, siendo el amor por la vida y la libertad sus mayores estímulos y referentes.

Artículo completo:

Al encuentro de una historia, el pueblo Rom (Gitano) en nuestra América

* Formada en Pedagogía en la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), y en Antropología Social, en la Escuela de Antropología de la Universidad Bolivariana, Chile (UNIBOL) con Especialización en Desarrollo Comunitario en el Centro de Extensión y Formación, de la UNIBOL, “ Yungay “, en Santiago de Chile. Actualmente acompaña y colabora con el proceso organizativo del Pueblo Rom (Gitano) de las Américas.

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