Amado Rivas sustituye a Galeano Perrone a la cabeza de una institución muy cuestionada dentro y fuera de las comunidades indígenas. Su desafío, en sus propias palabras, es el de "buscar soluciones para que los pueblos puedan llevar una vida más digna".

El nuevo titular del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI), Amado Rivas, ha llegado al cargo con una clara voluntad conciliadora. Lo primero que ha anunciado es la titulación de 100 nuevos terrenos indígenas, una cuestión que considera "prioritaria". Además, se ha mostrado dispuesto a buscar soluciones a los problemas de los pueblos indígenas "para que puedan llevar una vida más digna", en sus propias palabras.

¿Cuál es el cambio? Rivas sustituye a Horacio Galeano Perrone, que estaba ejerciendo el cargo en interinidad desde noviembre pasado. El nuevo Presidente habla de "buscar un diálogo con las ONGs, con organizaciones indígenas y líderes auténticos para buscar soluciones a los problemas", pero aclara que todos deben dejar de lado las amenazas de movilizaciones para trabajar unidos, por unos objetivos comunes.

La situación es más compleja por cuanto el INDI, que deber dar cuenta de los más de 100.000 indígenas del país, no ha hecho bien sus deberes desde la llegada a la presidencia del obispo Fernando Lugo en agosto del pasado año.

Las disputas comenzaron con el nombramiento de Margarita Mbywangui para coordinar el Instituto, la primera indígena que ostentaba el cargo desde su creación en los años ochenta. Pocos meses después de su nombramiento, alrededor de 200 indígenas de los departamentos de Caaguazú, San Pedro y Canindeyú se movilizaron en la capital paraguaya para solicitar su renuncia, denunciando una "inoperancia total" con respecto a los asuntos indígenas del país. Otros, como el pueblo mbyá, se quejaban de "atropellos continuados a las comunidades indígenas" durante el mandato de Mbywangui y de no hacer caso a los reclamos de mayor asistencia y acceso a tierras que demandaban las comunidades.

Sustituyendo a Mbywangui llegó, de forma temporal, el ex ministro de Educación Galeano Perrone, un hombre clave en las negociaciones que evitaron el enfrentamiento entre los nativos que pedían la marcha de Mbywangui y quienes la apoyaban. Perrone llegó sabiendo que no iba a permanecer mucho tiempo en el cargo, pero trató de organizar lo que su antecesora había puesto patas arriba: rencillas entre los funcionarios, problemas con comunidades indígenas...

Otra piedra de toque en el asunto llegó cuando, el pasado mes de enero, algunas organizaciones indígenas, entre ellas la Coordinadora por la Autodeterminación de los Pueblos Indígenas (CAPI) y la Federación de Asociaciones Guaraníes de la Región Oriental, instaron al Gobierno a suprimir el INDI y crear un ministerio que se ocupase de los problemas de los pueblos indígenas.

Estas organizaciones creen que cambiando al director del Instituto no se consigue nada porque el problema es institucional y se muestran cansadas ante la "lamentable manosea de la dignidad y los derechos de sus comunidades" por parte del Gobierno del país. Incluso llegaron a tachar de "ilegal" al congreso que se realizó en febrero y del que salió el nuevo presidente, Amado Rivas.

Este último se ha mostrado claro con respecto a las urgencias del cargo: "lo importante ahora es restablecer la institucionalidad de la institución, para que se normalice y regularice la vida del INDI en un proceso de transición". Además, destacó que "esto ya no puede ser un supermercado ni una agencia de viajes", trayendo a colación la política asistencialista de los anteriores titulares de la entidad.

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