Unos 100 niños y niñas aborígenes, acompañados de sus familias, mendigan por su sustento en las calles de Asunción. Los movilizados, que llegaron a la capital hace tres semanas para reclamar cambios en la política indígena del gobierno de Fernando Lugo, se sienten cada día más desamparados.

avaguarani-300x224-flickrLos indígenas cubren con sus tiendas las plazas Uruguaya, Italia y la vereda del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI). Según informaciones del diario Abc, las familias no tienen medios para subsistir, los niños no pueden alimentarse de forma saludable y soportan el frío y la lluvia prácticamente a la intemperie.

Los tres centros se han ido transformando poco a poco en focos de mendicidad. Los niños, que ya han perdido el año escolar, cogen el vicio de la limosna con facilidad y se desentienden cada vez más de su cultura.

Los indígenas comenzaron la movilización cuando Lugo nombró, hace tres semanas, a Hugo Medina, un funcionario desconocido y ajeno a las comunidades, como nuevo director del INDI.

Desde entonces las quejas de los colectivos de pueblos originarios no han dejado de escucharse, principalmente por la inoperancia y falta de planificación del Instituto.

Esta misma semana varios diputados de la oposición criticaron a Lugo por mentir a los indígenas y "no cumplir la promesa que les hizo cuando asumió como primer mandatario", afirmó Olga Ferreira, parlamentaria de Patria Querida.

Además, todavía colea el plante de Lugo a un grupo de indígenas hace dos semanas, cuando se movilizaron frente a la casa presidencial durante varias horas, bajo la lluvia, pidiendo una audiencia que nunca llegó.

"El primer mandatario tiene olvidados a quienes supuestamente serían prioridad en su gobierno", reconocía Ferreira poco después de hacer sonar de nuevo en el Parlamento el discurso de toma de posesión presidencial, en el que Lugo decía "iba a cumplir los sueños de los indígenas".

A las críticas se sumó también el diputado de la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (Unace) Artemio Barros, que manifestó su desaprobación con Lugo "por la desatención a los indígenas y por mentir a la población adulta sobre la pensión que les había prometido".

Por su parte, el dirigente indígena Avá Guaraní Panta Piris dijo que las movilizaciones de los aborígenes pueden finalizar en cualquier momento, pero su desenlace está condicionado a una audiencia con Lugo que todavía no ha sido concedida.

Sobre los planes de la Secretaría de Acción Social (SAS) de repartir víveres durante tres meses a los indígenas paraguayos que más lo necesiten muchos ya han mostrado sus reticencias por tratarse de una idea completamente asistencialista.

Los nativos consideran que necesitan trabajar la tierra que tienen y destacan el papel que deben detentar las instituciones del Estado en lo referente a la enseñanza de las labores del campo que muchos indígenas desconocen.

Si no, alegan, dentro de tres meses volverán a morirse de hambre. Por eso es tan importante el Instituto.

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