Líderes religiosos conservadores de las comunidades hindú, cristiana e islámica condenaron la sentencia del Tribunal Supremo de Nueva Delhi que revocó, esta semana, la tipificación de la homosexualidad como delito.

El dictamen fue emitido el jueves, casi 150 años después de la introducción de la Sección 377 del Código Penal Indio, la cual describía las relaciones entre personas del mismo sexo como un "delito antinatural".

La sentencia cayó como una bomba entre los conservadores religiosos, para quienes las prácticas homosexuales constituyen "aberraciones".

El portavoz de la Conferencia de Obispos Católicos de India, Babu Joseph, se manifestó "decepcionado" por el fallo. Los homosexuales no deben ser tratados como "delincuentes", pero la ley tampoco puede "aprobar su comportamiento como normal y socialmente aceptable", sostuvo.

Por su parte, Maulana Mehmud Madani, de la islámica Organización de Eruditos Musulmanes de India, declaró que la homosexualidad está prohibida por la ley islámica (shariá), que la considera "un acto inmoral", "antinatural" y "un delito punible".

"Va en contra de las tradiciones ancestrales y la cultura de India y del Islam", agregó.

Líderes religiosos de la mayoritaria comunidad hindú también condenaron la sentencia.

Pawan Dhall, director de la organización no gubernamental Solidaridad y Acción Contra la Infección con VIH en India, radicada en Kolkata, sostuvo que los argumentos de carácter religioso "ignoran los derechos humanos"

"Si la cultura significa inclusión, ¿debe ser la ciudadanía prerrogativa de apenas un sector de la población?", se preguntó.

"Ahora se les reconoce a los homosexuales el derecho a vivir como cualquier otro ciudadano, sin ser tratados como delincuentes", se congratuló Anjali Gopalan, directora de la no gubernamental Fundación Naz.

Pero "el fallo no significa que la homosexualidad sea legal, sino que no se puede discriminar a adultos que mantienen una relación homosexual consentida", explicó.

Según la Sección 377, aprobada en 1860 (en plena era victoriana del Imperio Británico), la relación homosexual era una "relación carnal contra el orden de la naturaleza" y, por lo tanto, castigable. En Gran Bretaña, fue abolida en 1967, pero siguió vigente en las antiguas colonias.

Según Saeed, un activista de Pakistán por los derechos homosexuales, el veredicto también sienta un precedente para "todas las ex colonias británicas que adhieren a leyes absurdas".

Defensores de los derechos de las minorías sexuales reclamaban la modificación de la Sección 377, pero no su abolición total, pues también se refiere a delitos como la pedofilia.

El Tribunal Supremo recomendó en su fallo que las cláusulas de la Sección referidas a delitos sexuales como "sodomía no consensuada" sean transferidas a otros capítulos del Código Penal.

De todos modos, el veredicto aclara que la Sección 377 será aplicable a delitos sexuales que tengan como víctimas a menores de edad.

El fallo se ha convertido en una suerte de papa caliente en las altas esferas del gobierno de India, en el cual "hay varias opiniones" al respecto, dijo este viernes a la prensa el ministro de Justicia, Veerappa Moily.

El Ministerio de Salud, por su parte, aplaudió la sentencia.

El ministro de Salud de India, Anbumani Ramadoss, había expresado el año pasado, en la 17 Conferencia Internacional sobre Sida en México, que "debe eliminarse la discriminación contra quienes son vulnerables al VIH, como los trabajadores sexuales y los hombres que tienen sexo con hombres".

Las organizaciones de la sociedad civil son optimistas.

"Personalmente siento como si me hubieran sacado de los hombros una carga enorme", dijo Pawan Dhall, director de la organización no gubernamental Solidaridad y Acción Contra la Infección con VIH en India, radicada en Kolkata.

"Es una señal de que la India progresista es un lugar donde personas de diferentes orientaciones sexuales pueden vivir juntas", agregó.

Pero la batalla por los derechos de los homosexuales dista de haber terminado, advirtió.

"La decisión del Tribunal Supremo de Nueva Delhi es el primer obstáculo que hemos sorteado. Es un gran impulso moral para quienes trabajamos en este campo", sostuvo Dhall.

"La violencia contra los miembros de nuestra comunidad también ha sido común. No teníamos fuerza como par defendernos. Ahora la tenemos. El fallo también tendrá un impacto social" en ese sentido, añadió Pawan Dhall.

Tomado de IPS

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