Fuente: Centro de Documentación Mapuche, Ñuke Mapu

Al igual que en millones de chilenos los tres años de gobierno de la Unidad Popular despertaron en el pueblo mapuche aspiraciones de bienestar y esperanza. En circunstancias históricas muy especiales, convergieron dos objetivos históricos, el de la Nación Mapuche y el de los sectores progresistas de la nación chilena. Mapuche y chilenos sufrieron las consecuencias de una promesa aplastada una madrugada de septiembre del año 1973.


 

Al igual que en millones de chilenos los tres años de gobierno de la Unidad Popular despertaron en el pueblo mapuche aspiraciones de bienestar y esperanza. En circunstancias históricas muy especiales, convergieron dos objetivos históricos, el de la Nación Mapuche y el de los sectores progresistas de la nación chilena. Mapuche y chilenos sufrieron las consecuencias de una promesa aplastada una madrugada de septiembre del año 1973.

Reflexionar sobre la dictadura que se instaura en septiembre; 1973 nos lleva revivir la historia mapuche. Y por aquellos que no están nos corresponde contar sus historias, los detalles de sus días.
Las promesas de la revolución de esos tiempos era un camino a recorrer y miles de voluntades se sumaron, hermanados por la esperanza. Chile era y es un país sometido al capitalismo depredador y excluyente. Tal como es, y estaba; Chile no es un proyecto de país aceptable.
Aquellos revolucionarios no estaban equivocados. Nuestros hermanos y hermanas mapuche asumieron la causa de hacer una revolución y dar pasos hacia el socialismo, se trataba de cambiar la sociedad chilena; era lo que había que hacer. La nación mapuche iniciaba su batalla para vencer el colonialismo, para transitar por un país humano y justo. A ese proyecto, se sumó esa generación de comuner@s mapuche revolucionarios. Llegaron convencidos que era ese el camino, que la alternativa revolucionaria tenía su espacio en la nación mapuche. Entre consignas aguerridas y tanta esperanza, todo era fundamental y trascendente y así una causa justa forjó un ciclo más de historia mapuche.
Al advenimiento de los años 70, la lucha reivindicativa tomó fuerza y los partidos de izquierda chilena buscaban clientela electoral y fuerza social revolucionaria para su proyecto político. La diversidad de los derechos sociales, culturales y políticos del pueblo mapuche, nunca estuvieron presentes en ningún programa de los partidos de la izquierda chilena de aquella época. Todo ello expresaba la ausencia de acuerdos básicos para enfrentar este nuevo ciclo.
La Unidad Popular implementó un programa especial de educación para la juventud campesina y mapuche. Se entregaron becas de estudios que costeaban matrículas, materiales de estudio, hospedaje y alimentación para estudiantes de la enseñanza media y universitaria. En 1973, fueron beneficiarios 10.230 estudiantes campesinos y mapuche.
El presidente Salvador Allende continuó el proceso de reforma agraria usando la Ley de Reforma Agraria promulgada en 1967 por el gobierno Demócrata Cristiano de Eduardo Frei. Mediante la aplicación de esta ley, hasta 1973 fueron expropiados 4.401 latifundios y las reservas indígenas mapuche recuperaron 30.000 hectáreas de tierra. En septiembre de 1972, se promulgó una Nueva Ley Indígena que –a pesar de su corta duración- fue un efectivo instrumento para resolver los litigios por usurpación de tierras a los mapuche.
Durante el período 1970-73; la Unidad Popular, transfirió a las comunidades mapuches; 30.000 hectáreas de tierra, sin embargo la acción directa de las corridas de cercos en las provincias de Malleco, Arauco, Cautín y Valdivia logró recuperar más de 70.000 hectáreas de tierra usurpada por los terratenientes. Todo un tiempo de hombres y mujeres mapuche visionarios convencidos de que era posible aunar fuerza, valentía y trascendencia fueron los que llevaron adelante la iniciativa de las corridas de cercos. Una vez más quedaba demostrado que la nación mapuche no estaba rendida. La consigna era: ¡Tierra o muerte!, ¡Nadie nos trancará el paso! 
La primera corrida de cerco, se realizó en Cautín el 15 de mayo de 1970 por la comunidad Mañío Manzanal (Comunidad Quinchavil-Santibáñez). Después de dos meses de ocupación y juicio, el Tribunal de Justicia falló a favor de los comuneros mapuche. La autoría de la corrida de cerco le corresponde al lonko Luis Quinchavil, que antes de llevar a cabo la acción, expresó hay que recuperar las tierras usurpadas corriendo los cercos a sus límites originales. Desde esta primera corrida de cercos nace la modalidad que se repetirá en todas las sucesivas acciones; desalambrar, sacar las estacas y correrlas a los límites establecidos por el Título de Merced de Tierras. El 8 de septiembre de 1970 de manera simultánea se realizan diez corridas de cerco y en el curso de los meses posteriores se ejecutan cientos de corridas de cercos. La consigna de las comunidades mapuche es: La lucha nos da lo que la ley nos niega. 
El 11 de septiembre de 1973 da inicio a una guerra interna que divide a los chilenos; Chile deja de ser el hogar de todos los seres humanos, la mitad de la población del país es despojada de sus derechos más elementales. Las organizaciones mapuche son prohibidas y puestas fuera de la ley. Las víctimas de la nación mapuche -ejecutados políticos- llegan alrededor de 300 y aproximadamente 50 detenidos desaparecidos. El número de los que sufrieron cárcel y tortura es desconocido.
La reforma agraria de la Unidad Popular resultó en la expropiación de 10 millones de hectáreas. La contra reforma agraria de los militares devolvió seis millones de hectáreas a sus antiguos dueños. La Corporación de Reforma Agraria remató al mejor postor tres millones hectáreas y alrededor de un millón hectáreas se repartieron entre los organismos estatales; Corporación Nacional Forestal y Fuerzas Armadas de Chile.

Los Centros Culturales Mapuche 
Para todos los gobiernos de Chile la cuestión mapuche, es tema de Estado. En 1978 existían en Chile 2.216 comunidades mapuche con una superficie alrededor de 250.000 hectáreas. Los militares chilenos -por razón de Estado- se proponen introducir reformas a la Ley Indígena 17.729 para terminar de una vez por todas con el problema indígena, según propia definición.
Antes de la promulgación de la Nueva Ley Indígena, el Instituto Indígena del obispado católico de Temuco tuvo acceso al texto de la nueva Ley, que hace llegar a dirigentes mapuche. Es así que el 12 de septiembre de 1978, en representación las Comunidades Indígenas de la IX y X Región se reúnen 155 dirigentes mapuche para discutir el proyecto de Ley 2.568. En ese mismo año por iniciativa de Melillan Painemal se inicia la creación de los Centros Culturales Mapuche con el objetivo de promover la cultura y la organización mapuche. En 1978, en 900 de las 2.216 comunidades mapuche se crearon Centros Culturales Mapuche.
El 23 de Marzo de 1979 se promulga la Ley 2.568 que liquida el derecho de propiedad colectiva de las reservas indígenas. Ese mismo año, el Instituto de Desarrollo Agropecuario comienza la división de las tierras; la privatización de las reservas indígenas. Los Centros Culturales Mapuche resistieron oponiéndose a la aplicación de ley indígena de la dictadura. En aquella oportunidad Melillan Painemal destacaba que Los Centros Culturales fueron la expresión de, Como pueblo que nuevamente comenzábamos a levantar cabeza. Así se cierra e inicia un nuevo ciclo en la larga lucha de la nación mapuche.
Muchas son las explicaciones para entender lo que pasó posteriormente en Chile. Para la nación mapuche los 40 años del Golpe de Estado en Chile se resumen en las palabras de nuestro peñi Moisés Huentelaf (asesinado en 1971); nada ha cambiado tampoco en las tierras de Lautaro, donde la dignidad mantiene por siglos la demanda de la tierra justa y en nuestra memoria….

Jorge Calbucura
Domingo Paine
Centro de Documentación Mapuche, Ñuke Mapu
Victor M. Gavilan 
Comite de Apoyo al Pueblo Mapuche.
Calgary. Canadá
Miguel Utreras
Center for Innovative Development, Noruega
Oscar Loncochino
Carlos Contreras Painemal

11 Septiembre, 2013

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