El pasado 30 de Abril publicasteis en este mismo periódico un artículo que nuevamente hacia alusión a los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, el cual concluía con la siguiente pregunta: "¿por qué los arhuacos no aceptarán que todos somos iguales?".En este sentido queremos aclarar algunos puntos.

 

1. En primer lugar consideramos que somos iguales -o al menos lo deberíamos ser- en derechos humanos y en dignidad, mientras que al mismo tiempo somos diferentes en nuestras tradiciones culturales .Si todos fuésemos iguales culturalmente hablando, no se podría dar una interacción entre las diferentes tradiciones.. ¿pero qué estamos dispuestos a intercambiar por nuestra parte?. Si analizamos un poco veremos que no es ético exigir igualdad esperando que sea el otro el que se adapte a nosotros. 

 

2. En segundo lugar, conviene recordar que para que se propicie un entendimiento intercultural  es importante intentar comprender lo que el otro hace y siente, y más allá de obtener esa comprensión, debe haber una buena disposición, aceptación, respeto y humildad ante todo lo que desconocemos. Sólo así habrá un intento de acercamiento y no de separatividad, como la que a veces se siembra. El pueblo arhuaco se ha podido sentir dolido con tales afirmaciones, lo cual es más bien un freno hacia dicho entendimiento.

 

Son momentos de ayudarnos a borrar el pasado, de emprender de forma Positiva un nuevo camino hacia nosotros mismos, hacia la paz, la sabiduría y la buena voluntad, la cual ya poseían algunos antepasados. Pensar positivamente es una forma de conectarnos con la unidad de la vida. Recordemos que es la mente la que separa y el corazón el que une. Y será una actitud de amistad la que nos llevará hacia dicha Unidad. Sabemos que nadie que tenga un corazón puro se abre ante un enemigo, pues sabe a lo que se expone. Es comprensible por tanto, la actitud de muchos pueblos indígenas, entre ellos el arhuaco, al tener a veces una conducta reservada y prudente. Ellos desde siempre han reconocido que el poder de la sabiduría es el mayor tesoro del mundo.

 

Todos estamos montados en el mismo barco ya que la tierra y la humanidad son UNA. Anhelamos la llegada de una nueva ética del género humano ya que Hemos comprobado que el desarrollo tecnológico y científico no siempre ha ido acompañado de un crecimiento moral y humano. Se hace por tanto necesario reflexionar sobre lo que hasta ahora ha sido valioso en cada una de nuestras culturas, qué sigue siendo importante y qué secundario, de cara a la verdad y a la autenticidad en el siglo XXI. O sea, una toma de conciencia sobre lo que nuestras colectividades han sido con, lo que proyectan ser .Y en este sentido la única globalización que respetamos es la de los corazones que vibran al unísono más allá de diferencias culturales pero para ello es necesario que atesoremos valores humanos en nosotros, para poder respetar lo diferente y así enriquecernos ,ya que como dice el filósofo Fernando Savater: "no somos ni tenemos por qué empeñarnos en ser idénticos. ¡menudo aburrimiento y menuda tortura generalizada!".

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