A casi una semana de que Álvaro Uribe Vélez fuera reelecto como presidente de los colombianos en la primera vuelta y con mas del 62% de la votación, representantes de los diferentes grupos étnicos del país, opinan sobre los efectos que esta decisión tendrá en sus pueblos. Luis Evelis Andrade Casama, presidente de la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC; Gerardo Jumí, congresista indígena; Carlos Rúa, líder de las comunidades afro y Ricardo Cristo Zerda del proceso organizativo del Pueblo Rom (gitano) de Colombia, PROROM, compartieron con Actualidad Étnica sus impresiones sobre la reelección de Uribe y los retos que deberá asumir en el periodo 2006-2010.

 

Héctor Mondragón, economista y conocedor de los pueblos indígenas de Colombia, en un su artículo Lucharon contra el gobierno de Uribe en las carreteras y lo derrotaron en las urnas”, analizó los resultados electorales a la luz de la votación indígena demostrando, que si bien Uribe arrasó con más 60% de la votación, dentro de este porcentaje no hubo un respaldo de los pueblos indígenas, por el contrario estas comunidades apoyaron a la opción diametralmente opuesta al actual mandatario, Carlos Gaviria, candidato del partido de izquierda, Polo Democrático Alternativo, PDA. Un claro ejemplo de ello se vio en el Cauca.

 

“En Toribío, símbolo de la resistencia indígena, Carlos Gaviria recibió 5.186 votos (80% de los votos válidos), contra 368 de Uribe. En Jambaló, municipio casi totalmente poblado por indígenas Nasa, el resultado fue Gaviria 3056, Uribe 182, otros 0. Carlos Gaviria también venció a Uribe en municipios de alto porcentaje de población indígena, como Silvia (4.432 - 1.890); Corinto (4.144 - 1.130); Caldono (4.463 - 1.600); Puracé e Inzá (por más de 1.300 votos, Gaviria ganó en 12 de los 15 puestos y en el 80 % de las mesas). Fuera del Cauca Gaviria ganó en Cumbal, Guachucal y otros de Nariño y en Tubará (Atlántico, indígenas Mocaná) donde Gaviria obtuvo 1.437, Uribe 1.234 y Serpa 1.027”. La votación de los indígenas para Mockus alcanzó en Belalcázar (Cauca) y en Calderas un número importante pero no representativo del sentir de estas comunidades.

 

Los indígenas no apoyaron al candidato presidente, dice Mondragón, “porque tienen una gran conciencia sobre los perjuicios que el TLC causa a Colombia. Porque el gobierno ha presentado proyectos de ley y reforma constitucional adversos a los indígenas, algunos de los cuales son ley. Especialmente porque han luchado y han concebido que tenían que expresar institucionalmente esa lucha y su resistencia, en las urnas.” Estas son precisamente las razones que esgrimen los representantes de los grupos étnicos al referirse sobre la reelección, al tiempo que planten cuáles serán los retos de de Uribe en el nuevo período presidencial.

 

Los retos de Uribe según los indígenas

 

“La votación indígena por Carlos Gaviria refleja un nivel de coherencia del movimiento indígena y sus organizaciones. Estos votos no hubieran podido ser para el Uribe o Serpa. Sin que hubiese definido una clara propuesta para los indígenas, Carlos Gaviria, representaba una alternativa para nuestros pueblos, una cercanía y un diálogo  claro y sincero. Los indígenas dijeron con su voto, que las políticas de Uribe nos le son favorables, y eso es un reflejo del alto número de líderes asesinados, desplazados, la violación de los derechos fundamentales de nuestras comunidades, la aprobación de medidas como la Ley Forestal y la implementación de del Tratado de Libre Comercio, TLC”, afirmó Luis Evelis Andrade, presidente de la ONIC.

 

Andrade señaló que Uribe, en su nuevo periodo como presidente, deberá definir con claridad una política pública de protección a los pueblos indígenas, a su integridad física y cultural. “A pesar del avance de los pueblos indígenas, de su reconocimiento constitucional y de que Colombia es un estado social de derecho, los pueblos indígenas se están extinguiendo por el abandono del estado, las fumigaciones y la guerra”. A pesar de que el presidente Uribe ha dicho que bajo presión no negocia, es necesario que se siente a dialogar de manera franca y directa con los indígenas, indicó Andrade, será uno de los retos más importantes que debe asumir Uribe, “ese diálogo debe estar encaminado la consolidación de una política pública que se vea en los presupuestos de estado, los planes de desarrollo y en los procesos de concertación”.

 

Frente al TLC, tratado que según Andrade afectará negativa y directamente a los pueblos indígenas de Colombia, Uribe tiene que demostrar que éste si va a favorecer a los colombianos y no sólo a algunos sectores y en consecuencia se debe desarrollar reales procesos de consulta con los pueblos indígenas en esta materia.

 

Con relación a conflicto armado, Uribe tiene la responsabilidad de demostrar al país procesos de verdad, justicia y reparación. Esclarecer los hechos en los que los paramilitares y cualquier otro grupo armado han sido partícipes. Mostrar resultados con cifras en la devolución de las tierras a los desplazados, puntualizó el presidente de la ONIC.

 

Por otra parte, Gerardo Jumí, indígena Embera Katio y senador de la república, quien tuvo una abierta confrontación con el ahora presidente reelecto por causa de su apoyo a las movilizaciones indígenas en el Cauca, dijo que el temor para los indígenas y para el estado social de derecho es que Uribe y sus representantes en el congreso menoscaben los  presentes proyectos de ley y reformas constitucionales que van cercenen los derechos ganados en la constitución del 91; que continúe la primacía del uso de la fuerza sobre el dialogo, especialmente en lo que tiene que ver con la protestas social y de los indígenas. “Cuando una persona logra un reconocimiento tan alto por una parte de la sociedad puede caer en hechos desmedidos, puede abusar del poder”, afirmó.

 

Uribe debe hacer lo contrario a lo que ha hecho en estos años con los pueblos indígenas, sostuvo Jumí. “Debe, trabajar más bien, en la real protección de los derechos humanos y colectivos de los pueblos indígenas, concertando con esta comunidades una política pública pare lograr este propósito. Su principal reto es afrontar y solucionar fenómenos como el desplazamiento forzado, homicidios, agresiones y retenciones arbitrarias, situaciones que han sido denunciadas permanente por las organizaciones indígenas durante su mandato”, anotó el congresista, quien además lo instó a garantizar el aseguramiento territorial para los indígenas y aumentar el presupuesto para estas materias.

 

En el mismo sentido se manifestó Carlos Rúa Ángulo, representante legal de la Red de Justicia Comunitaria y Tratamiento de Conflictos, integrante del Nodo afrocolombiano de la red de justicia comunitaria y director de la organización afro, ECOTAMBOR.

 

El voto Afro

 

Rúa sostuvo que el voto afro estuvo del lado de Carlos Gaviria, pues existía un estrecho vínculo entre su programa de gobierno y el movimiento social afrocolombiano. Con Gaviria, dijo Rúa, las comunidades afroclombianas podrían avanzar en mejores condiciones en la construcción de un camino de reconocimiento de la diversidad, un camino de la lucha contra el racismo, un camino que haga posible la paz en los territorios ancestrales hoy convertidos en teatros de operaciones militares ofensivas, o las zonas de amplio asentamientos de población desplazadas. “La identidad cultural en el que hubiera sido en el gobierno de Gaviria, podría ser respetada no sólo por que se evite tomar lo negro como malo si no por que habrían políticas de transformación material y espiritual de las condiciones de desigualdad y exclusión”.

 

Según Rúa, la discriminación, es un problema que no distingue gobiernos, pero en el caso de Uribe aumentará “La discriminación  como imaginario se propone establecer una forma de racismo sociolingüístico que se encuentra presente en el inconsciente colectivo de la sociedad,  se reproduce por parejo y sólo necesita de papagayos que lo reproduzcan inconscientemente o planificadores racistas conscientes para extenderse  en los medios, en la escuela y en la sociedad, sin diferenciar a los constructores de sociedad democrática y pluralista  de los constructores de sociedad bonapartista, vertical y con fachada paternal, poncho y sombrero”.

 

“Esta reelección sin lugar a equivocarse traerá para los pueblos afrocolombianos retorno sin alternativa de muchos exiliados colombianos por razones económicas conocidos como polizones, léase hijos de la desesperanza que debieron partir desde los puertos de Buenaventura y  de Turbo con mayor angustia durante el periodo de Gobierno de Uribe y hoy no encuentran protección en las recientes políticas de atención migratoria  de Norteamérica”, agregó. Rúa, afirmó que con el TLC, se pondrán en marcha megaproyectos de expansión portuaria, explotación forestal, agua y biodiversidad, en desmedro de los bosques primarios. El conflicto armado seguirá su espiral con su punta de lanza “la seguridad democrática” y sus secuelas de  desplazamientos a los pueblos ancestrales. “En fin la reelección es para los pueblos afrocolombianos la guerra prolongado llena de tragedia y dolor”.

 

Entretanto, para el pueblo Rom de Colombia, la ratificación de Uribe como presidente no será muy beneficiosa para su comunidad.

Los gitanos y la reelección de Uribe

 

Ricardo Cristo Zerda, abogado Rom, miembro del Proceso Organizativo del Pueblo Rom (Gitano) de Colombia, PROROM e integrante de Miredes Internacional (actores migrantes, refugiados y desplazados en América), sostiene que la reelección de Álvaro Uribe afecta al pueblo Rom porque se continuará con la política de seguridad democrática. “A pesar de que la seguridad en las vías nacionales para facilitar nuestro desplazamiento y actividad comercial e itinerancia, se supone que es mejor, a la vez vemos que se fortalecería aún más el plan Colombia, las operaciones militares como el plan patriota, que lo que logran es exacerbar el conflicto armado, pues estamos seguros que las acciones de los paramilitares no van a detenerse, sino se aumentarán bajo la supuesta excusa de la contención de una arremetida guerrillera generalizada, la cual sabemos que puede ocurrir en respuesta a la propuesta que busca obtener favorabilidad en la opinión, del presidente que desea dialogar con las FARC”. 


Por otra parte, dijo que Cristo Zerda, a pesar de las buenas relaciones con Washington, Uribe no ha tenido una posición de apoyo a los colombianos frente a la Ley de Migración de EE.UU., que afecta de manera directa a los gitanos, pues muchos miembros de esta comunidad podrían ser deportados masivamente, y como es sabido habría más trabas para obtener visas hacia allá para que pudiésemos visitar a nuestras familias.

 

“Estos hechos atentan contra nuestro principio cultural de itinerancia, de unión de clanes familiares, y a pesar de la imposición del TLC, no tendríamos a cambio ese libre intercambio de personas y de mano de obra. Por todo lo anterior, el gobierno de Álvaro Uribe, aunado a que no tiene planes concretos para la inversión social que faciliten mecanismos de desarrollo alternativo que favorezca nuestra productividad económica, sino que favorece el interés del capital de los privilegiados, no era la mejor opción para nuestro pueblo Rom”, afirmó el asesor jurídico del Pueblo Rom.

 

Según Cristo Zerda, contrario a las propuestas de Uribe, Carlos Gaviria Díaz, “acogió en el seno de su campaña las propuestas de un verdadero Estado Social de Derecho pluriétnico, multicultural, tolerante, no excluyente que además generó en un amplio sector de la sociedad con voto de opinión y no de manipulación de medios ni de presiones paramilitares, una gran confianza en las políticas de inversión social, de modelo de desarrollo propio, del establecimiento de relaciones internacionales de respeto a la soberanía donde se produjera el intercambio sur-sur y no la imposición imperialista del Norte al patio trasero”.

 

Cabe anotar que los Rom no sólo apoyaron a Carlos Gaviria, sino que estuvieron vinculados activamente en su campaña. Ana Dalila Gómez Baos, mujer y líder de la comunidad gitana en Colombia, hizo parte de la lista del Polo Democrático Alternativo (PDA) al Senado de la República en marzo de este año.

 

Finalmente, el pueblo Rom ha expresado su inconformidad con el presidente Uribe. “Pese a que representantes de PROROM, en reunión celebrada en el Palacio de Nariño con Álvaro Uribe Vélez en enero de 2003, presentaron un documento para concretar el reconocimiento del pueblo Rom y avanzar en el reconocimiento de sus derechos colectivos y hubo compromisos del Gobierno Nacional al respecto, transcurridos tres años la situación sigue igual o peor para el pueblo Rom. Las promesas gubernamentales quedaron en el aire y los compromisos adquiridos no fueron cumplidos. Nada dice que cuatro años más de las mismas políticas, van a redundar en beneficio del pueblo Rom”, puntualizó Yoska Bimbay integrante de PROROM.

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