Como personas, instituciones y organizaciones, preocupados por los problemas que atañen a nuestro mundo, y especialmente a los pueblos indígenas, debemos trabajar intensamente por propiciar una información plural y justa, favoreciendo la igualdad de tod@s al acceso a la información y defender en todo lugar la multiplicidad de mensajes y voces.

GLOBALIZACIÓN Y COMUNICACIÓN

Si bien este escrito no pretende analizar los problemas de la globalización, si parece necesario partir de ésta a la hora de introducirnos y profundizar en el papel que la comunicación, como sector y campo de trabajo, juega en los problemas del desarrollo y los pueblos indígenas.

De forma breve y aséptica, podríamos señalar que la globalización define las conexiones rápidas que se producen entre países y gentes en el sistema mundial, el cual se caracteriza por su interrelación económica, política, social y cultural.

Presentemos, también brevemente, algunos aspectos positivos y negativos de este proceso de globalización:

 

 

 

  •  En la parte negativa indicaremos dos características fundamentales, como son: su carácter de desigualdad, pues no incorpora a todo el mundo al proceso, dejando fuera a personas y grupos que no interesan económica ni políticamente, y el hecho de que es un proceso altamente jerarquizado.

En este panorama es fácil entender el importante papel que juegan los medios de comunicación, su posesión, su desarrollo y sus mensajes.

Demos un paso más adelante y veamos, también brevemente, qué es la comunicación humana y cómo se articula.

De una parte, la comunicación es un proceso complejo, en la que "se distinguen ciertos elementos básicos: un emisor, un receptor y un mensaje". Será necesario que tanto el primero como el segundo compartan los mismos códigos para que el significado del mensaje pueda ser descodificado y, por lo tanto, entendido. En la misma línea, debemos decir que el mensaje se constituye por la sumatoria de símbolos: "algo a lo que un grupo de personas han asignado un significado arbitrario que puede no tener conexión con el objeto en sí" (las palabras, banderas, sistemas de señales, etc.).

Esto nos permite vislumbrar ya un primer punto que entronca directamente con el asunto que nos ocupa, cual es la importancia que deben tener los proyectos de formación en comunicación y desarrollo en los pueblos indígenas. La comunicación se debería articular primeramente entre miembros de la misma cultura, los cuales conocen perfectamente el código y significados que constituyen la complejidad de los símbolos que usa un determinado pueblo. Evidentemente, esto no quiere decir que nadie extraño a un pueblo concreto no pueda hacer comunicación, pero resalta, en este caso, la importancia de dar cobertura a la posibilidad de que sean los propios pueblos indígenas los que trabajen la comunicación en el desarrollo.

En esta situación hay dos elementos más a tener en cuenta por su papel destacado: el proceso de retroalimentación, y la aculturación.

"en muchas ocasiones las respuestas del receptor no tienen cabida en el universo de experiencias del emisor y éste bloquea aquellos mensajes que puedan provocar interferencias, conflictos, rupturas e incluso diferencia de matices a la organización conceptual establecida". En otras ocasiones, no se da ni la posibilidad de que el receptor exprese ningún mensaje, afín de que las estructuras del emisor no se vean afectadas. Pero, para que exista un verdadero proceso comunicativo, es necesario que se de ese proceso de retroalimentación, ya que entonces el proceso se convertirá en enseñanza-aprendizaje, elemento primordial en el tema que nos ocupa.

Por otra parte, cuando la comunicación se produce por agentes externos, entra en juego, en la inmensa mayoría de las ocasiones, el factor de aculturación. Si estamos de acuerdo en que la cultura son nuestras representaciones mentales, nuestras formas de vida, nuestro patrimonio, etc., entenderemos que "aculturarse" significa cambiar todo eso y asumir valores culturales por parte de un grupo humano que son propios de otro. En este proceso la comunicación se convierte en un hecho importante bien para la aculturación, o bien para el desarrollo y fortalecimiento de la cultura, y por tanto, la comunicación en el desarrollo no será un elemento aleatorio, sino central del proceso.

Así, podremos proponer que "es importante que el mundo exterior tome conciencia de la vida y los derechos de estos grupos. Sin embargo, resulta igualmente importante el hecho de que las comunidades indígenas desarrollen sus propias políticas de comunicación, encargándose de las imágenes presentadas e incorporando el uso de los medios audiovisuales de comunicación a su vida cotidiana".

Esto último nos sitúa mejor el problema en lo que atañe a los pueblos indígenas, dado que nos permite afirmar que cualquier trabajo en el área de comunicación y desarrollo debe ir enfocado a reforzar la identidad cultural, por lo que debe ser controlado en todo momento por los miembros de dicha comunidad, sino incidirá negativamente en ese refuerzo, convirtiéndose en un elemento aculturizador

 

  

CONTEXTO ESPECÍFICO EL PROBLEMA DE LA COMUNICACIÓN

 

Como ya hemos apuntado anteriormente, los medios de comunicación juegan hoy en día un papel determinante en todos estos procesos, y son un exponente más de las características negativas que señalábamos al proceso de globalización, pues inciden y reproducen, en su generalidad, la desigualdad y jerarquización propias de ésta.

De forma cada vez más evidente, los medio media influyen en la vida cotidiana de todas las personas y, directamente, en su capacidad de interacción en el campo social, cultural y político. De otra parte, las transmisiones que se dan en los medios de comunicación, visuales incluidos, siguen transmitiendo mayoritariamente imágenes estereotipadas y etnocéntricas respecto a los pueblos indígenas, cuando no suponen una invisibilidad de éstos, tanto en el plano internacional como en el local o nacional. Sin embargo, en el campo alternativo, se desarrollan intentos serios por ocupar un espacio y transmitir una realidad de estos pueblos, trabajando desde puntos convergentes (uso de lenguas, recuperaciones culturales, presentación de problemáticas sectoriales...) hacia un verdadero uso de la comunicación en el desarrollo, reivindicando el derecho a comunicar como un derecho humano fundamental y un requisito de las prácticas verdaderamente democráticas.

Una de las expresiones de este trabajo es la constitución de redes de intercambio de información y de experiencias (festivales de cine y vídeo indígena, centros de información y documentación....) como canales que permitan socializar la información. Es necesario señalar que dos de los sectores más dinámicos en este campo han sido y están siendo los pueblos indígenas y las organizaciones de mujeres en la lucha por introducir la perspectiva de género en la comunicación.

Por último, indicar en este punto que se reconoce, al menos en teoría, que para que el mundo sea capaz de avanzar en la búsqueda del desarrollo sustentable, la paz , la justicia social, la igualdad étnica y de género, es fundamental que los grupos y organizaciones de ciudadan@s a través del mundo tengan una mayor participación en las decisiones que les conciernen y desarrollen su capacidad para proponer alternativas viables y prioridades para el desarrollo económico y social.

Esta posibilidad depende cada vez más del acceso de estos grupos a los beneficios que les ofrecen las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información. No obstante, el acceso a estas tecnologías es altamente desigual en las distintas regiones geográficas y grupos sociales. Esta desigualdad contribuye al aumento de la brecha entre aquell@s que tienen acceso a abundantes fuentes de información y l@s que se ven desprovistos de las mismas, reforzando la marginación que ya existe en términos de desarrollo y de recursos técnicos. 

 

 

COMUNICACIÓN PARA EL DESARROLLO

  

Desde una concepción antropológica, el desarrollo debe ser descrito como un proceso de cambio, propiciado por la acción social, con el fin de mejorar la calidad de vida de todos los miembros de un grupo humano. En esta línea, "muchos cambios son posibles si se orientan a la preservación de los sistemas locales, a la vez que se hace que éstos funcionen mejor. (..) El desarrollo eficaz se apoya en las prácticas culturales y en las estructuras sociales indígenas". Paralelamente, parte de esta acción de cambio debe consistir en remover las limitantes estructurales y sociales que inhiben el mejoramiento de la calidad de vida, entendida ésta como el conjunto de necesidades individuales y colectivas del ser humano.

En este mismo sentido, debemos entender que para maximizar los beneficios sociales, y económicos, de cualquier acción de desarrollo, todo proyecto tiene que tener en cuenta cinco cualidades:

1.ser culturalmente compatible,

2. responder a necesidades percibidas localmente,

3. implicar a la gente en la planificación y puesta en práctica de los cambios que les afecten,

4. aprovechar las organizaciones tradicionales, y

5. ser flexibles.

El desarrollo indígena está ligado tanto al derecho de estos pueblos a determinar y dirigir procesos de desarrollo en sus territorios, como de negociar oportunidades más justas en el marco de desarrollo de sus estados. Esto quiere decir, mantener el control sobre sus procesos culturales, decidir sobre el uso de los recursos naturales y productivos, y tener acceso a los mercados.

Entre los diversos factores que hacen posible el desarrollo sustentable, podemos destacar dos: 1) la participación y toma de decisiones compartida y, 2) la apreciación de la cultura como fuerza mediadora en el desarrollo; por otra parte, ya señalados anteriormente a la hora de buscar el éxito en cualquier proyecto de cooperación.

La comunicación se convierte en un instrumento vital para alcanzar y desarrollar estos dos elementos. En las comunidades indígenas los procesos de conocimiento, información y comunicación que tiene que ver con el desarrollo y, en general, con los procesos de modernización y cambio, se operan a través de canales diversos, tanto formales (institucionales) como informales (tradicionales).

Los canales formales están conformados por: las instituciones del estado, las escuelas, los sistemas de salud, los servicios de asistencia técnico-productivo, los programas de desarrollo y las ONGD, los bancos y los fondos de crédito, las empresas particulares, las instituciones de carácter religioso, los medios de comunicación, y otras instancias que atienden a la población. Estos canales, mayormente actúan en función de objetivos específicos ajenos a las culturas indígenas, y tratando de orientar las decisiones de éstas (no olvidemos la base de producción agrícola de estas poblaciones) en función del mercado, del aumento de la producción y de la productividad, informando y capacitando sobre tecnologías, créditos, inversiones, formas de organización y de comercialización, etc..

Por el contrario, los canales que llamamos informales, se dan a nivel de la familia, de las unidades productivas, de la comunidad, de las organizaciones tradicionales. Se estructuran en base a sistemas tradicionales de conocimiento y comunicación, que permiten reproducir la cultura y las formas productivas y de manejo del territorio en base a recursos y métodos de alcance de la persona. Es necesario decir que los sistemas tradicionales de comunicación y conocimiento están permanentemente sufriendo fuertes procesos de cambio, los cuales varían dependiendo del proceso de aculturación por la presión de la sociedad no indígena.

En el marco de un enfoque de comunicación para el desarrollo, estos canales deben ser aprovechados para generar, integrar y difundir conocimientos e informaciones útiles y culturalmente adecuados y permitir en un proceso de retroalimentación continua entre varios interlocutores o grupos étnicos, lo que se ha dado en llamar comunicación participativa. Así, un uso planificado y participativo de los canales existentes por parte de protagonistas indígenas en el marco de procesos de desarrollo sobre base cultural es una condición para la creación de sistemas de comunicación intercultural.

Dos últimos aspectos que quisiera señalar en todo este proceso de entendimiento de la comunicación y la necesaria formación en ella por parte de los pueblos indígenas para propiciar verdaderos modelos de autodesarrollo, y que desde Mugarik Gabe (Organización No Gubernamental) compartimos plenamente con l@s compañer@s de CEFREC-CAIB (Centro de Formación y Realización Cinematográfica-Consejo Audiovisual Indígena de Bolivia), los cuales están abriendo un importante camino en este campo, son aquellos que colocan a la comunicación en una verdadera dimensión para el desarrollo desde el mundo de la cooperación. Así, la comunicación para el desarrollo y la comunicación para la información y la expresión, son dos aspectos esenciales en este enfoque.

La comunicación para el desarrollo debe ser entendida en una concepción integral, donde intervienen factores económicos, sociales, políticos y culturales, definiendo el espacio de realización de la comunicación en la cultura y las relaciones humanas individualizadas y sociales. El fin es fomentar el desarrollo de acciones solidarias dirigidas a elevar la calidad de vida de la población indígena para que desarrolle de manera digna sus potencialidades físicas e intelectuales, fomentando el intercambio de conocimientos, experiencias y revalorizando las prácticas tradicionales. Igualmente, consolidando la democratización de la propia comunicación en función del desarrollo y respetando la noción que sobre este concepto manejan los pueblos indígenas, relacionada siempre a la realidad concreta donde se desenvuelven.

Al entender de esta forma la comunicación para el desarrollo se piensa más allá del tecnicismo de los medios y del extensionismo de propuestas pre-elaboradas, para considerarla como una instancia de construcción y negociación en un marco de reafirmación de entidades culturales y sociales. En este sentido, la comunicación, que ha sido vista en la inmensa mayoría de los proyectos de cooperación como un elemento secundario o marginal (sin análisis y con una simple función de apoyo a otros sectores, prefijada), se convierte en elemento central que articula verdaderos procesos de discusión y reflexión en los que los pueblos van definiendo su presente, su futuro y las líneas de su propio desarrollo, algo que debería entenderse siempre como previo e irrenunciablemente necesario a todo proyecto de desarrollo.

El segundo aspecto sería la comunicación para la información y la expresión. Ésta, con el objetivo de facilitar la reflexión crítica y constructiva de la realidad, no solamente para conocerla y comprenderla, sino para ubicarse en ella y comprometerse en la búsqueda conjunta de posibles soluciones. Esto es, que la comunicación sea un medio viable para articular una circulación de información y un contacto verdaderamente intercultural (igualitario y respetuoso) provechoso que haga posible un mayor protagonismo indígena en la generación de propuestas sobre temas referidos al mejoramiento de su situación, su desarrollo y supervivencia.

La expresión se entiende, como vehículo para revitalizar la cultura y reforzar la identidad indígena, condiciones necesarias para fomentar su autoestima, propiciar la creatividad y la iniciativa y propender a una mayor participación de la comunidad en los procesos consiguientes.

En toda esta estructura que hemos construido, no podemos dejar de señalar la vital participación de las personas en todos los niveles, etapas y sectores en los que englobamos el proceso comunicativo. Es precisamente la premisa de la participación la que vincula directamente el concepto de desarrollo con el comunicación.

Hasta aquí el marco teórico en el que se ubica la comunicación para el desarrollo y los pueblos indígenas. Como podemos comprobar, el planteamiento nos exige valentía, saliéndose de concepciones estrechas de la cooperación al desarrollo, que nos constriñen a actuaciones y sectores que no han podido demostrar su plena validez para articular realmente nuevos mecanismos y posibilidades de actuación hacia verdaderas condiciones de desarrollo definidas por los pueblos indígenas, aquellos que deben ser sus verdaderos protagonistas.

Para concluir, decir que las puertas están entreabiertas y sólamente necesitan un respaldo real por parte de instituciones y organizaciones no gubernamentales para que nuevas formas de trabajo y campos se abran paso, siendo las propias organizaciones indígenas las que definen estas alternativas y están comprometidas en su desarrollo.


Jesus González Pazos, antropólogo y responsable de Proyectos de la Organización No Gubernamental para el Desarrollo de los Pueblos Mugarik Gabe

Fuente:  Página web, Eusko Ikaskuntza - Sociedad de Estudios Vascos. 

 
En el lado positivo, debemos destacar el impulso a la comunicación intercultural, poniendo en contacto gentes y culturas muy diversas, algo que hasta hace poco tiempo no era posible.
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