“Hermanos indígenas y campesinos llego el momento de estrechar las manos para continuar en el tejido social por la vida, la existencia y la dignidad de nuestros pueblos”

 

  

Para nadie en el nudo de los pastos es desconocido que la existencia milenaria y actual del pueblo de los pastos esta latente y seguirá luchando por la prolongación de la vida. En este caso sus habitantes se reunirán este 19, 20 y 21 de junio del 2005 para compartir experiencias, pensamientos, semillas y sobre todo realizar el culto al “PADRE SOL” con un sentido homenaje al SOLSTICIO DE VERANO.

 

En nombre de quienes estamos recorriendo este camino presente e intenso y de quienes lo van a seguir recorriendo…. En nombre de quienes siempre supieron de la importancia de unificar los sonidos sagrados y aún lo siguen haciendo a través de nuestros instrumentos ancestrales; En nombre de la eternidad que vive en cualquier tiempo y en cualquier espacio. Desde Los Andes, donde el corazón eterno siempre brilla, te invitamos a emprender la peregrinación en este Primer Encuentro para unificar nuestros corazones, a través de los instrumentos sagrados acompañando la transición de un nuevo recorrido del Sol.

  

En este encuentro sagrado, nos toca recuperar nuestro sentimiento y corazón ancestral, nuestra fuerza y experiencia generacional guardada en nuestra sangre. También de consolidar el proceso que ya hemos emprendido de volver a nuestra identidad y sabiduría que emergen de la conciencia y la armonía.

 

Este tiempo es de unificación, no solamente de intenciones; hablamos de una unificación que busca la armonización con nuestra naturaleza interna, con la Pachamama (Madre Tierra) y con el "Multiverso" que nos abrazan.

 

A Ti, Hermana, Hermano, si alguna vez te ha inquietado ver el brillo de las estrellas, o sentiste que el viento conversaba y acariciaba tus cabellos, que tal vez percibiste el amanecer del sol en tu corazón, que el agua te haya cantado muchos versos en tu caminar, a Tí te llamamos, para que continuemos caminando en la armonía siempre presente en el corazón de la historia de Los Andes. Es tiempo de retomar y retornar a nuestra fuente y fuerza inicial eterna y natural. Hermana, Hermano, sabemos de tu caminar y que podemos reconocernos al andar, aún si nuestros ojos jamás se vieron, porque nuestros corazones laten en una misma vibración.

 

Hermanos indígenas en este encuentro el Sol y la Luna llena están en oposición “21 de Junio del 2005” que es nada mas, ni nada menos que la celebración del solsticio de verano, tan antigua como la misma humanidad. Se puede decir que todo empezó desde hace cerca de 5,000 años, cuando nuestros antepasados, tan asiduos a observar las estrellas, se dieron cuenta que en determinada época del año, el Sol se mueve desde una posición perpendicular sobre el trópico de capricornio, hasta una posición perpendicular sobre el trópico de cáncer.  En un principio se creía que el Sol no volvería a su esplendor total, pues después de esta fecha, los días eran cada vez más cortos.

 

Por eso desde tiempos inmemorables, nuestros ancestros, realizaron ceremonias con la vibración de la música y la danza unida al sentimiento y a la conciencia, teniendo plena sabiduría de la fuerza del sonido y de lo que se podía transmitir a través del mismo. Lo que es LA CEREMONIA DE OFRENDA Y PEREGRINACIÒN PARA EL DESPERTAR DE LOS ANDES con razón, fogatas y ritos de fuego de todas clases se iniciaban en la víspera del pleno verano, o 21 de junio, para simbolizar el poder del sol y ayudarle a renovar su energía.

 

Para los nosotros los indígenas pastos, en estos tiempos este rito se confunde en el sincretismo religioso  que impuesto y fundamentando por las ideologías de occidente en especial  de la religión católica, lo han cambiado con la ofrenda de fuego a “SAN PEDRO Y SAN PABLO” diciendo “Taitico San Pedro y San Pablo deje las puertas del cielo abriendo y las del infierno atrancando y vengase a calentar”,

 

Dentro del sistema simbólico ritualistico se celebran las fiestas solsticiales desde dos puntos de vista; el primero Místico como amor a Dios y el segundo Astronómico como amor a la Naturaleza. La adoración a la naturaleza es una devoción religiosa dedicada tanto al Universo como a un ser colectivo deificado incluyendo los elementos de la materia, los cuerpos celestiales, las plantas, los animales y la humanidad.

 

La adoración a los elementos no parece darse en las religiones más toscas pero, con frecuencia, surge en etapas más tardías del desarrollo religioso. La adoración al fuego, comprobada entre muchos pueblos primitivos, alcanzó su desarrollo más alto en la antigua secta parsi de Persia. Los cuerpos celestiales han sido deificados en los sistemas religiosos tanto de pueblos primitivos como de pueblos altamente civilizados. Los khoikhoi de Suráfrica adoraban a la luna; el culto al sol era practicado por los iroqueses y otras tribus norteamericanas, y alcanzó un alto grado de desarrollo entre los pueblos indígenas de México y Perú.

 

El sol era también una deidad hindú, considerada maléfica por los dravidianos del sur de India, pero benevolente para los munda de las zonas centrales. Los babilonios adoraban al sol y reverenciar al sol en la antigua Persia era parte integral del elaborado culto a Mitra. Los primitivos egipcios adoraban al dios del sol Ra; deificaron también a la luna y a la estrella Siria. Otras divinidades egipcias incluían las constelaciones y las estrellas circumpolares.

 

Las plantas y los árboles han sido adorados como tótem o debido a su utilidad, belleza y aspecto intimidante. Son considerados por igual como santos en sí mismos o como lugares donde habitan los espíritus. Tanto la planta soma de India y la coca de Perú han sido adoradas por las propiedades narcóticas de sus derivados. Las cosechas fueron consideradas como albergues protectores de los espíritus de la fertilidad y han sido exaltadas tanto por tribus primitivas.

 

Retomando el Solsticio de Verano; La palabra "solsticio" viene del latín "sol staticus", que significa "sol quieto". Se llama así porque durante unos días el sol sale por el mismo sitio y  El día 21 del solsticio de junio se considera el más largo del año en el hemisferio norte además en el solsticio de junio, los días son los más largos del año, el sol sube muy alto en el cielo, y las noches son cortas y durante el solsticio de diciembre pasa todo lo contrario que en el de junio: el sol sale al sur del este, los días son cortos, las noches son largas, y el sol nunca sube mucho. Es decir cuando el Sol se encuentra en los solsticios de verano1 (21 de junio) y de invierno1 (21 de diciembre), alcanza la máxima distancia con respecto al ecuador celeste, 23°.5, tanto hacia el Norte como hacia el Sur. En este caso la terminología que se utiliza es la siguiente: solsticio de junio con el principio del verano astronómico y solsticio de diciembre como el principio del invierno astronómico

 

En el aspecto astronómico de las fiestas de los Solsticios El 21 de junio se celebra en el hemisferio norte y es el día más largo del año. Definitivamente no es un día como los demás, la naturaleza, el hombre y las estrellas se disponen a celebrar una fiesta, cargada de gran poder y de magia. Hadas y deidades de la naturaleza andan sueltos por los campos; los agricultores dan gracias al verano, por las cosechas, las frutas y por disponer de más horas para cumplir con sus tareas y entregarse a la diversión. También es el momento justo para pedir por la fecundidad de la tierra y de los mismos hombres.

 

En el hemisferio Norte el solsticio de verano se produce el 21 o 22 de junio, mientras que el solsticio de invierno lo hace entre el 21 o 22 de diciembre. La situación en el hemisferio Sur resulta opuesta como consecuencia de la inversión estacional. En ambos casos, se trata de los puntos donde la órbita aparente del Sol alcanza la máxima distancia angular norte y sur con respecto al ecuador celeste.

 

"..la oposición del Sol con la Luna llena representa los «mecanismos conceptuales» necesarios para codificar el cruce solsticial, porque la Luna llena se encuentra, por definición, a 180º a lo largo de la eclíptica respecto del Sol. Si, por ejemplo, hay Luna llena la víspera del solsticio de junio, al ponerse el Sol por el noroeste, la Luna llena sale por el sureste, que es por donde saldrá el Sol en el solsticio de diciembre. A la mañana siguiente, cuando la Luna se pone por el mismo punto del horizonte por donde su pondrá el Sol en el solsticio de diciembre, el Sol naciente completa el trazado a lo largo del horizonte del cruce del solsticio. Con ello, el trazado ideal del calendario del año agrícola aparece dentro de una sola noche,. (William Sullivan, El secreto de los Incas, Grijalbo, Barcelona, 1999.)"

 

La música en Los Andes es espiritual, expresa en cada nota el sentimiento de unicidad entre el ser humano y el Universo en toda su manifestación, dándonos la posibilidad de conectarnos plenamente con el Cosmos, con el gran espíritu, de retornar a la Pacha, a la Gran comunidad, y de poder recuperar los sabios mensajes de tiempos ancestrales donde nuestros grandes abuelos y abuelas, forjaron un sentimiento y un Gran Plan para el tiempo actual, en que Occidente sumergió en un olvido a muchos seres, queriendo borrar la memoria de aquellas enseñanzas sabias que nos legaron nuestros ancestros.

 

El sonido profundo de los bombos y tambores conectan la fuerza telúrica de la Pachamama, con los latidos del corazón.  Por estas grandes enseñanzas de las cuales somos herederos, inspirados por un sentimiento común, unidos en este tiempo por un sueño que es el Nuevo Amanecer de Los Andes, y siendo nuestro menester el ser partícipes activos de este proceso, es tiempo ya de unificar energías para despertar en el nuevo tiempo, y cumplir con nuestra misión por el emerger pleno de Los Andes para el mundo, con todo su esplendor y su ímpetu.

 

“Unificar el sonido de quenas, flutas y tambores, en una ceremonia para armonizarnos desde lo interno con el Universo a través del sonido, y hacer emerger el mensaje de Los Andes para este tiempo, despertar nuestras Wacas sagradas, canalizar la fuerza telúrica de la Pachamama, y de los nevados sagrados, unirnos a la vibración del Universo y despertar del aletargamiento en el que se han sumergido muchas personas, para el bien comunitario de todo el Universo. Recuperarnos plenamente, estar lúcidos del tiempo que estamos viviendo y ponernos a la altura del mismo, a fin de ser capaces de responder con conciencia y poder construir los pilares de una nueva sociedad, en base a la enseñanzas de nuestros ancestros, con  la armonía de la Naturaleza con los puntos de partida para recuperar el Ayllu, la vida en comunidad, el Asan Bulu conformado por toda expresión Unidos por la sangre y la comunidad.”.

  

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