El 4 de Julio de 2006, se cumplieron 15 años de vigencia de la Constitución Política de Colombia de 1991. La Constitución fue expedida por una Asamblea Nacional Constituyente, integrada por 70 ciudadanos, elegidos por voto popular el 9 de diciembre de 1990. En la Asamblea tuvieron representación distintos sectores políticos y sociales, minorías étnicas, grupos de excombatientes, empresarios, sindicalistas, jóvenes y mujeres de distintas regiones del país.

La Constitución significó un importante avance institucional y se instauró con el fin de dar una salida democrática a la crisis que vivía el país en aquel entonces, y por otra parte para fortalecer los derechos humanos, el pluralismo y la convivencia pacífica. En ella se consagraron varios mecanismos de protección de los derechos, como la acción de tutela, las acciones colectivas y de cumplimiento. Sus principios fundamentales son la democracia participativa, el Estado Social de Derecho, la transparencia en la gestión pública y la paz. A pesar de ser un texto que vincule a todos los sectores de la sociedad, la realidad nacional es otra, y la violencia, la exclusión social, la inequidad, y la corrupción, persisten 15 años después.

La huella de las minorías en la Constitución

En cuanto a los grupos minoritarios, hubo avances en cuanto a participación política, la nueva Constitución permitiría a indígenas y afrocolombianos su representación segura en el Congreso de la República, “Con la elección de dos constituyentes indígenas, Lorenzo Muelas (20.083 votos) y Francisco Rojas Birry (25.880 votos) se empezó a reconocer una realidad que hasta entonces había sido invisible para nuestro país: su evidente carácter multiétnico y pluricultural”, afirma Beatriz Londoño Toro, en su escrito “La Constitución de 1991 y los indígenas”.

Según Londoño Toro la influencia de estos 2 constituyentes fue notoria en tres aspectos enfáticamente: el ordenamiento territorial; la apertura de espacios políticos y sociales de participación para los indígenas y los demás grupos étnicos, en especial la circunscripción especial indígena para el Senado y la circunscripción especial para los grupos étnicos; y por último en el reconocimiento del carácter multiétnico y pluricultural del país y la garantía a derechos territoriales y culturales de los indígenas en la nueva Constitución.

Los pueblos indígenas y afrocolombianos hoy, ya tienen el garante de su representación en el Congreso de la República; por su parte las comunidades indígenas participan en el gobierno nacional con dos representantes en el Senado de la República y un representante a la Cámara. Para el caso de las comunidades afrocolombianas, la ley 649 de 2001, reglamentario del artículo 176 de la Constitución Política, garantiza la participación de dos representantes a la Cámara.

Un balance general desde la perspectiva étnica

María Lydyalu Perea Henríquez, coordinadora nacional del Movimiento Étnico de Mujeres Negras de Colombia, afirma que la ley 70 de 1993 visibilizó a la comunidad negra como grupo étnico, permitiendo preservar su cultura desde sus propias particularidades, y además les reconoció 2 cupos directos, dentro de la Circunscripción Especial, asegurando así su participación en la Cámara de Representantes. “A pesar de que la Constitución es muy bella, sus leyes no se cumplen; actualmente el 99% de la comunidad negra vive en la pobreza absoluta y sumado a esto no hay una política de etnodesarrollo concreta para nuestras comunidades, creo que es deber de quienes ocuparán las curules próximamente, que hagan surgir una política pública que nos beneficie de manera más directa”.

En el encuentro realizado el jueves 6 de julio, en el Hotel Bacatá de Bogotá, por el cumpleaños de la Constitución, Pedro Cortés Lombana, funcionario de la Secretaría de Gobierno y de la oficina de Participación Ciudadana, aseguró que después de la Constitución se dieron varios logros para las comunidades indígenas y afrocolombianas: por ejemplo ser reconocidos como sujetos de derechos colectivos, además estableció la libertad de cultos, y la participación segura en el Senado, “A pesar de que hay muchas falencias en la ejecución de los artículos que benefician a los indígenas, el Alcalde de Bogotá Luís Eduardo Garzón, ha promovido una política conjunta que pretende fortalecer la identidad de los indígenas residentes en la capital, que no pierdan su lengua y sus costumbres, que se les garanticen los derechos de salud, y se le brinde una educación gratuita”.

Cortés Lombana también asegura que se ha trabajado mucho para erradicar la discriminación frente a las minorías como indígenas, negros y grupos de LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas). Por su parte el despacho del Alcalde propuso que para la próxima semana se haga una reunión, con líderes indígenas, para concretar el plan de acción antes de que termine este periodo de mandato del Alcalde.

La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), enfatiza que para los pueblos indígenas el haber participado de la redacción de la Constitución Política de 1991, fue un producto de procesos de lucha que antecedieron la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente, y que el principal elemento diferenciador de la Constitución Política de Colombia fue considerar al país como una nación pluriétnica y multicultural.

La ONIC asegura que entre los logros más importantes estuvieron: el reconocimiento de los territorios indígenas como entidades territoriales con autonomía administrativa, política, cultural y jurídica; otro logro fundamental fue el derecho a la Consulta previa, pues se establece que la explotación de recursos naturales en los territorios indígenas solo son posibles si se cuenta con la aceptación expresa de los miembros de los pueblos afectados y siempre y cuando no se afecte su cultura. Esto en correspondencia con lo estipulado en el Convenio 169 de OIT, también ratificado en Colombia en 1991 mediante la ley 21.

“En este mismo sentido, la diversidad cultural trasciende al plano lingüístico. Son idiomas oficiales en los territorios indígenas las lenguas propias de cada pueblo y como segunda lengua se encuentra el idioma español. Esto debería tener toda la importancia en el plano institucional pues las políticas educativas y de formación deben partir de los universos simbólicos y de pensamiento que encierra cada idioma”, ratifican los líderes indígenas.

Pero por otra parte aseguran que lejos de haberse consolidado y recuperado sus territorios, se ha perdido la autonomía. “Hoy no se han saneado nuestros territorios, no se han titulado nuestras tierras, no se ha dotado de tierras a nuestra población que aumenta. Por el contrario se han generado procesos de desplazamiento, que tiene a nuestra población en las ciudades engrosando los cinturones de miseria, sin expectativas de mantener y desarrollar sus culturas”.

En cuanto al proceso de consulta previa, afirman que se ha constituido en una formalidad o requisito, que solo se cumple según la incidencia que tenga el respectivo pueblo indígena y no se respeta como un derecho fundamental, y que incluso en sus propios territorios, las autoridades indígenas son irrespetadas, los territorios siguen intervenidos por megaproyectos, por las políticas de seguridad del Estado, por los actores armados y finalmente todos los derechos de autodeterminación son desconocido en la cotidianidad.

Finalmente líderes de los grupos étnicos llegan a un acuerdo referente al balance que se le hace a esta Constitución, y es que se debe hacer efectiva. Todo, según ellos, esta ahí presto para funcionar, pero la corrupción y la negligencia de los funcionarios no ha permitido que se lleven a cabo todos esos planes de vida que se tenían para el desarrollo de estas comunidades, y que sumado a esto con el tiempo se han reducido los espacios de desarrollo dentro de las diferentes instancias públicas.

Por todo ello, 15 años después los grupos étnicos reconocen, que este texto fue construido colectivamente y por ello lo defienden, rechazando las modificaciones del mismo, “que instituyen los procesos de discriminación y desconocimiento de la diversidad étnica y cultural y nuestros derechos especiales”.



LONDOÑO TORO Beatriz; La constitución de 1991 y los indígenas. Nuevos espacios de participación política; Publicado: Biblioteca Virtual del Banco de la República; Edición original: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 146; Febrero de 2002.

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