Como parte del proceso de resistencia del pueblo indígena Kankuamo y en el marco del mandato del tercer congreso realizado en el año 2005 y del documento de autoprotección colectiva  se volvió a integrar desde el mes de marzo de este año la mesa de acompañamiento y solidaridad con el pueblo Kankuamo. Dicho espacio agrupa a una serie de organizaciones sociales y de derechos humanos que vienen acompañando y aportando a la materialización de la estrategia de autoprotección de los Kankuamos.

 

Los objetivos de la mesa son: visibilizar la situación del pueblo indígena Kankuamo, impulsar el fortalecimiento organizativo  y de formación política del pueblo indígena Kankuamo, obtener el retorno digno de los desplazados, recuperar el territorio ancestral, consolidar el pueblo indígena Kankuamo en la Sierra Nevada de Santa Marta y coordinar este trabajo con el Consejo Territorial de Cabildos de la Sierra Nevada de Santa Marta.

 

Dentro de las actividades de apoyo al proceso de resistencia se realizará la segunda misión de acompañamiento en el territorio Kankuamo con el objeto de hacer el seguimiento a los compromisos adquiridos por las autoridades locales en el mes de noviembre de 2005, durante la primera visita de acompañamiento al pueblo Kankuamo. Además de esta labor de seguimiento se tiene previsto dar comienzo al proceso de formación política y jurídica en cuatro de las doce comunidades, abordando temáticas referidas a los derechos humanos, políticas públicas y desarrollo, con miras a contribuir al proceso de fortalecimiento organizativo  de los Kankuamos en su territorio ancestral.

 

La iniciativa de aglutinar a diversas organizaciones en torno a la consolidación del proceso de resistencia hace parte de la respuesta que desde el ejercicio de la autonomía y lo propio han formulado los Kankuamos frente al conflicto social y armado que desde hace varios años ha puesto en evidencia el lento y a veces silencioso proceso de desarraigo, que pone en riesgo la pervivencia de una cultura indígena.  Esta situación ha sido evidenciada no solo por los organismos nacionales, sino también por los organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos, quienes no solo se han pronunciado frente a la situación de los Kankuamos, sino que también se han visto obligados a intervenir a favor de la protección de sus derechos, ante la poca efectividad del accionar estatal.

 

Es así como la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en sus informes correspondientes al año 2005, coincidieron al señalar la continuidad de las acciones violentas en contra de los pueblos indígenas y como uno de los mas afectados durante el año anterior resulto ser el pueblo Kankuamo.  En ese sentido, la Comisión expresó su preocupación respecto al impacto que ha tenido el conflicto armado en el ejercicio de los derechos humanos particularmente, al interior de los pueblos indígenas, pues señala que en ese contexto se encuentran en riesgo “no sólo la vida e integridad personal de sus miembros sino también su existencia como pueblos”.  

 

Estos pronunciamientos continúan efectuándose a pesar de que tanto la Comisión como la Corte Interamericanas de Derechos Humanos durante los años 2003 y 2004, respectivamente solicitaron al Estado colombiano la adopción de  medidas cautelares y provisionales para preservar la vida e integridad de los indígenas Kankuamo, en el marco de procesos de concertación respetuosos de su identidad cultural. Aunque ya se han implementado algunas acciones como la formulación de un plan de acción, la presencia permanente de un defensor comunitario en  la Sierra y la realización de cuatro visitas a la zona, existen otros aspectos como la investigación y juzgamiento por los crímenes cometidos respecto a los cuales aun no se registran avances importantes, pues hasta el momento no existe ninguna condena penal.

 

De otra parte, cabe mencionar que entre los días 20 y 21 de junio una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos visitó la ciudad de Valledupar y “pudo comprobar que existe temor generalizado en los miembros del pueblo Kankuamo y que muchas veces éste lleva a las víctimas  de actos de violencia y a los familiares de las víctimas fatales a mantener silencio y no denunciar”. Aunque podría pensarse en una mejoría de la situación humanitaria de los indígenas luego del proceso de desmovilización del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia y del grupo paramilitar comandado por Hernán Giraldo, la situación no ha cambiado, pues recientemente  varios indígenas, habitantes del resguardo han sido amenazados por desmovilizados. A  esto se suma el fenómeno de la reintegración o conformación de nuevos grupos paramilitares que como en el caso de la Guajira y el sector de San Jorge en la Sierra Nevada de Santa Marta continúan intimidando a la población.

 

Adicionalmente, los señalamientos por parte de los efectivos de la fuerza pública en el sentido de considerar y acusar a los indígenas de hacer parte o de apoyar a los grupos subversivos ha venido justificando una serie de detenciones arbitrarias, sin que medien pruebas al respecto. Esta situación la pudieron constatar los participantes de la primera misión de acompañamiento  al pueblo Kankuamo.

 

De esta manera, la iniciativa de resistencia desde lo cultural formulada por el pueblo Kankuamo y apoyada por las organizaciones que integran la Mesa de Solidaridad y Acompañamiento aparece como un proceso a largo plazo que puede contribuir a la consolidación de  los procesos organizativos en el territorio ancestral, de manera que sea posible reivindicar desde lo cultural los derechos individuales y colectivos de los Kankuamos.

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