Al finalizar la II misión de acompañamiento al Pueblo Kankuamo, Titta Vadala, delegada oficial del Partido Verde italiano, compartió con Actualidad Étnica sus primeras impresiones de la visita al resguardo indígena. Desde Roma, los Verdes calificaron a los kankuamo como un “símbolo de la resistencia civil de los pueblos frente a la guerra y la devastación del medio ambiente”. En un comunicado oficial, Massimo Fundaró, coordinador nacional del Partido Verde en este país, expresó su solidaridad y apoyo a estas comunidades en “la lucha civil por la defensa de la naturaleza y una solución del conflicto social y armado”.

 

Como miembro del partido ecologista europeo, los megaproyectos que se quieren adelantar en esta zona, llamaron especialmente su atención. La construcción de la represa de Los Besotes, lugar sagrado para los cuatro pueblos de la Sierra Nevada de Santa Marta, ubicado en el río Guatapurí, Valledupar (Colombia), se constituiría, dijo Vadala, en un atentado no sólo contra Colombia, sino contra la humanidad.

 

De allí que uno de los compromisos resultantes de esta acción, será el hacer un permanente seguimiento a este tema, más aún cuando el desarrollo de cualquier proyecto afecta de manera directa a los pueblos indígenas, los ecologistas por antonomasia, pues ellos, al contrario que muchos de los habitantes del mundo “civilizado”, no requieren de mediaciones para relacionarse con la naturaleza, su compresión con la madre tierra es personal, intuitiva.

 

Otras de las preocupaciones, tiene que ver con la situación jurídica de los 24 kankuamo  detenidos, en su mayoría por el cargo de rebelión, y quienes según su comunidad han sido víctimas de detenciones arbitrarias y señalamientos injustos, pues no existen pruebas que los vinculen con los grupos insurgentes.

 

Las detenciones, han fragmentado el tejido familiar de estas comunidades. A los hogares infantiles de Atanquez, Chemesquemena, Guatapurí y La Mina, asisten un gran número de niños, quienes por cuenta del conflicto armado han perdido a sus padres, o no los ven desde hace más de un año, porque éstos se encuentran privados de su libertad. Por esa razón se adelantarán proyectos para fortalecer la figura de las madres comunitarias respetando los usos y costumbres indígenas de los kankuamo. Del mismo modo es viable la realización de micro-proyectos para el cultivo, producción y comercialización de alimentos orgánicos propios de estas comunidades.

 

Actualidad Étnica: ¿Cuál es su primer balance de la misión?

 

Muy positivo porque el pueblo kankuamo nos abrió las sus puertas de sus comunidades; nos hablaron, nos contaron todo lo que queríamos escuchar, y nos brindaron una información muy importante sobre cada unos de los casos, especialmente sobre el tema de los presos políticos, a quienes los detuvieron de manera violenta y contra la ley. La situación de derechos humanos sigue siendo igual o peor que antes y los compromisos adquiridos por las autoridades locales en la primera misión aún no se han cumplido.

 

La cosa que más me impactó es la absoluta falta de derecho. En Colombia existen las leyes pero se quedan en el papel. Por eso se puede apreciar que no se respeta la constitución y la   fuerza pública hace presencia al interior de las comunidades, lo cual afecta a las comunidades en lo relacionado con el conflicto armado y alimenta la cultura de la violencia en el país.

 

Pero por el otro lado, tras la visita se puede concluir que el resguardo del pueblo kankuamo es el paraíso de la biodiversidad. Cualquier persona que tenga un mínimo de sensibilidad ambiental estaría encantada en esta zona. Los indígenas están haciendo un trabajo muy importante de la recuperación de su cultura tradicional, y este esfuerzo no es sólo para ellos, los pueblos de la Sierra Nevada de Santa Marta y de Colombia, sino para todo el mundo.

 

La elaboración del ordenamiento ancestral del territorio, basado en lo que ellos llaman la Ley de Origen, debe transformase una realidad, en algo práctico y que se constituya en una verdadera institucionalidad. Creo que esta sería una experiencia muy importante. Si se pone en práctica los que estos pueblos piden, sería una innovación. Entonces hoy Colombia tiene la oportunidad de recoger esa sabiduría ancestral y crear un precedente a nivel internacional.

 

AE: ¿A qué se compromete el partido Verde en el desarrollo de este proceso?

 

Continuaremos monitoreando y haciendo presión sobre las instituciones colombianas para que se resuelvan estos problemas. Seguiremos no sólo verificando el avance en materia de derechos humanos, sino en la salvaguardia del medio ambiente. Nos preocupa especialmente el tema de los megaproyectos, como la construcción de la represa de Los Besotes.

 

Para los Verdes, hacer un monitoreo, significa fortalecer su relaciones con todas las organizaciones indígenas del país, no sólo con los kankuamo, y financiar proyectos a través de las organizaciones no gubernamentales para brindar un apoyo económico al pueblo kankuamo, que les permita mejorar sus condiciones de vida. En ese sentido por ahora apoyaremos de forma directa a las madres comunitarias y es posible desarrollar algunos microproyectos de agricultura orgánica para después comercializar estos productos en el mercado del comercio solidario.

 

AE: ¿Qué opinión le merece el proceso del pueblo kankuamo?

 

Los kankuamo están haciendo una labor extraordinaria, porque recuperar la dimensión de la cultural ancestral en una situación de violencia y de conflicto es un esfuerzo encomiable. Nos hemos dado cuenta que existen una dificultades al interior de la comunidad y que hay una división en el voto político, lo cual se pudo apreciar en las últimas elecciones, sin embargo estamos seguros que es justamente la recuperación cultura la base par adelantar cualquier tipo de proceso y de trabajo en el territorio.

 

AE: ¿Qué aprendizajes le ha dejado esta experiencia con los indígenas kankuamos?

 

En mi primer viaje en Colombia participé en una ceremonia muisca en el municipio de Cota cerca de Bogotá y ahora lo he hecho con los kankuamo en la Sierra. Para mí esta es una experiencia extraordinaria porque como europea la conciencia ambiental es un problema ideológico e histórico. He apreciado que para los pueblos indígenas es absolutamente diferente. Es algo personal, una relación directa entre el hombre y la naturaleza.

 

Entender la naturaleza inmediatamente, sin ningún tipo de mediación, es increíble. Esto marca la diferencia entre alguien como yo, una mujer europea y la población indígena. Confrontarse con la diversas antropologías es un dato extraordinario; algo  que te enriquece, que te hace comprender cuán importante es la defensa de la biodiversidad, no tanto por la cuestión económica sino porque es el fundamento de una nueva civilización.

 

Los europeos hemos perdido la relación directa con la naturaleza. En la ceremonia al interior de la kankurua, al quitarse los zapatos y sentir el contacto de los pies descalzos con la tierra, experimenté una sensación especial. Este tipo de cosas te hace usar una parte más elevada de la mente que no se utiliza casi nunca.

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