Por: Héctor Pineda S. *

Confieso que me costó trabajo principiar a escribir esta nota. Al principio, la idea de garrapatear algunas letras,  surgió después de escuchar en la radio la noticia sobre la foto de portada que se había ganado el autor de la frase que aquí cuelga a manera de titular, Michel Alejandro Valencia, un transgenerista (creo que es la manera correcta de calificar su condición)  periodista que, desde hace unos meses, trabaja como presentador de noticias en el canal Capital, que dirige Hollman Morris.

Después de hilvanar algunos recuerdos sobre lo difícil de abordar el tema de las opciones sexuales, sin caer en la vulgaridad, en  la estigmatización o los prejuicios, decidí  rememorar varios escritos de ficción, escudriñar las letras borrosas de relatos y tratar de traer las imágenes de personajes (domésticos y de otras latitudes) que vivieron con intensidad la sexualidad que le dictaba el corazón, aún en contravía a los dictámenes de la anatomía con la habían llegado al mundo.

En  el tropel de recuerdos, no sabría si por mera casualidad, coincidió con los comentarios que  se escucharon (¿como colofón de opiniones derivados de la publicación de la foto de Michel Alejandro en la portada de la revista?) sobre la sexualidad de los personajes de tiras cómicas conocidos,  por lo menos en la infancia que nos correspondió vivir, como los “súper héroes”. Peroraba uno de los conductores del programa de radio, dejando escapar algo de sorna en el tono de la voz, que a diferencia de lo que por mucho tiempo se había rumorado sobre la homosexualidad de Robin, el entrañable amigo de Batman, había trascendido que el gay de los súper héroes resultó ser “Linterna Verde”. “Linterna Verde es una lámpara”, comentó alguien.  También, a través del parlante de la radio, trascendieron varios  chistes: “el hombre invisible salió del closet pero nadie lo vio”, fue uno de los tantos gracejos flojos que emitieron durante el programa radial.

Mientras la idea de escribir sobre el asunto me zumbaba en la cabeza, recordé que mi primer escrito lo hice para el desaparecido Diario del Caribe, en nota que titulé “La homosexualidad a calzón quitao: cinco opiniones desnudan el tema”, a propósito de un informes de una comisión científica sobre sexualidad mundial. Un homosexual preso, un prestante siquiatra, un maestro, un militar y un sacerdote,  expresaron las opiniones, publicadas sin censura en la edición dominical del Diario del Caribe. En  ese entonces estudiante de arquitectura, amigos de la “zurda” de aquella época, esparcieron el rumor de una eventual homosexualidad del autor.

Mientras atravesábamos las calles atestadas de prostitutas y travestis de los moteles sórdidos de las callejuelas de la “Zona de Tolerancia” de la Localidad de Santa Fe, recordé, en los tiempos de la confrontación bélica, la manera como se utilizaba la estigmatización de la homosexualidad en la guerra. En las trochas de la cordillera Central por donde transitábamos, era usual encontrar panfletos descoloridos por la humedad en la que se invitaba a la deserción, con el impreso de una foto de Antonio Navarro en compañía de Roberta Close, un despampanante travesti brasilero, modelo y artista en su país que nos visitó por los tiempos del “diálogo para la paz”, por allá en 1984. “Deserta, tu expones la vida mientras los comandantes se dan la buena vida con los homosexuales”, recuerdo, decían los panfletos botado en vuelos rasantes desde las avionetas de la inteligencia del ejército.

La inclusión, desde luego, nos enseña a poner mirada de respeto sobre estos asuntos del sexo y el cuerpo.  Michel Javier, desde canal Capital, inicia un ciclo profesional sin complejos ni tapujos, así lo declaró para la revista, como “una mujer con pipí”.

Constituyente de 1991

Escribir un comentario

Código de seguridad
Refescar