Por Ciro Pineda Ariza.

Ser poseedor  de un producto o de una  materia prima para producir tecnología puede  llevar a promover la envidia de los  vecinos  o de  aquellos que la necesitan y no la tienen entre  sus haberes.

El  cuarzo es un cristal de silicio de formas simétricas en sus varias caras, utilizado por los indígenas de numerosos grupos étnicos como materia prima para la  confección de ralladores.

En la Amazonia la economía indígena depende básicamente de la cacería,  la pesca, alguna recolección de frutas del bosque y de la agricultura de la yuca conocida como la yuca brava.

La yuca brava es altamente venenosa y gracias a la milenaria observación y conocimiento de la naturaleza han logrado las mujeres mediante un minucioso proceso llegar a extraer el veneno (acido prúsico, acido cianhídrico) y hacer de este tubérculo un elemento indispensable para la dieta básica de los pueblos indios de la amazonia, entre ellos los Kurripacos, Kubeos, Tucanos, Guananos, Desanos, Baraxanos, Sirianos, Piratapuyos y muchos mas.

Para su preparación, la yuca luego de desenterrarla de su chagra de cultivo, se deja pudriendo en el rio o en algún caño cercano ya sea en el agua,  en un canasto o en una canoa. Dos Noches se deja en el rio, se retira de allí, se pela, se lleva a la maloca, se ralla y se deja en reposo. Pasados tres días se introduce la  masa en el extractor  de veneno o mata frio, se saca  y se cierne, luego se pone a tostar en el tiesto para hacer fariña (harina) o cazabe  (torta).

La yuca brava fresca rallada se cuela, y se le deja asentar el almidón. El jugo  sobrante se somete al  fuego y al cabo de horas de ebullición el veneno se volatiliza, dicho jugo denominado manicura puede tomarse como refresco. El almidón se envuelve en una tela y se pone a secar entre cenizas. La masa que queda se deja en reposo y poco a poco se va utilizando, revuelta con almidón, para también hacer cazabe.

Uno de los muchos secretos para poder alimentarse de esta yuca venenosa está en el rallador, artefacto elaborado con una buena porción de tronco o madera al que se le da la forma de arco para facilitar el trabajo. A este tronco arqueado se le adhieren pequeños trozos de la roca de cristal de cuarzo fijado dentro de pequeños orificios en la madera  y pegados con la untura de wansoco.

Para tener el gran poder de fabricar el rayador es necesaria la utilización del cuarzo.

En el nororiente del Vaupés afloran los yacimientos del mineral del cuarzo y en alguna época muchos grupos étnicos quisieron disputar el predominio hegemónico, territorial y económico de esta  zona. Se tiene información que se dio la guerra por el cuarzo y que duro mas de 50 años (finales 1.800 y entrado el año 1.900) y comprometió a los indígenas de los ríos Isana, Papunagua, Surubí, Camanaos, Querarí, Cuduyarí, Vaupés, junto con puntos conocidos hoy como Yuruparí, Umarí, Piramirí y Mandí.

En Yacayaca se pueden observar las anchas y profundas fosas  con puntas de lanzas enterradas en el suelo construidas por los residentes de la época para que sirvieran de defensa de su localidad y como trampa para los enemigos que osaran en atacarlos. Hoy todavía se escucha hablar de los numerosos retenes y peajes instalados en el rio, el impuesto o tributo de guerra a quien por allí pasara consistía en el decomiso de harina de yuca o mambe (polvo de coca).

Pudiera creerse que la guerra por el cuarzo era la guerra por la yuca, por la yuca brava, base de la alimentación.

Foto archivo http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/faunayflora/orinoco/orinoco12d.htm

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