Por Mario Serrato/ Foto Primicia

Indígenas, afrodescendientes, gitanos, raizales, campesinos y trabajadores pueden estar seguros de algo: las políticas del presidente Santos ya fueron reelegidas.

 

El nombre de quien las ejecute es lo de menos: German Vargas, Oscar Iván Zuluaga, Alfredo Ramos (así esté preso), Carlos Holmes Trujillo o el mismísimo putas, darán continuidad al modelo económico.  Alguno repartirá más casas que otro; el peor, según los poderosos, de pronto destine algo de presupuesto importante a la educación; el más atembao apoyará la construcción de una carretera (sin que se termine por supuesto) y otro, algo más sensible que los demás, incrementará el presupuesto del Ministerio de Defensa. En conclusión, Santos ya fue reelegido. 
El sistema financiero seguirá con sus privilegios atajando el dinero para que no llegue al campo y sea usado en transacciones de bolsa, compra de acciones y préstamos inicuos. Los costos del combustible seguirán siendo los mas altos de américa latina y las imposiciones tributarias continuarán agobiando al que produce y facilitando la vida de quien se beneficia con el trabajo ajeno. 
La inversión extranjera seguirá llegando con unos beneficios tributarios de país invadido y nuestra legislación, o nuestros burócratas, permitirán la explotación de los recursos naturales sin miramientos ambientales o sin limitaciones de orden cultural, gremial o sectorial. 
Los palmicultores seguirán apropiando grandes cantidades de tierra y los ganaderos seguirán dándole a una vaca o a un caballo, más espacio que el que tienen cien familias en un tugurio de Bogotá.  
Los indígenas seguirán siendo un juguete para mostrar a los extranjeros cuando pasan por aquí hablando de derechos humanos, y los afrodescendientes seguirán siendo representados por ministros a los que se les incrementa la melanina en el acto de posesión. 
La seguridad seguirá siendo un tema exclusivo de combate a la guerrilla, y no una estrategia  a largo plazo de generación de empleo, creación de oportunidades y educación.  Los partidos políticos, si así se les puede llamar, seguirán en un trabajo de conquista burocrática, y sus miembros, hoy hijos de quienes adoptaron el modelo,(o las políticas de Santos) seguirán en el poder y prepararan el camino para que sus propios hijos, en su momento generacional, se apropien de los lugares que la edad o la cárcel ya no les permite ocupar.

El asunto no consiste en establecer quien ganara y quien perderá, el asunto consiste en buscar el modo de tumbar el modelo económico para que el campesino, el indígena o el afrodescendiente no sea siempre el que pierdan. No lo olviden, Santos ya fue reelegido.

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