Llegó el MAIS

Por Mario Serrato

Llegó MAIS al congreso de Colombia, y ojalá muy pronto a la conciencia de la humanidad,  es hora de indicarle al país y a los habitantes del mundo que es lo verdaderamente importante y cual es modo de hacer que lo importante ocupe su lugar en la tierra.

 

Las cosas son importantes o pasan desapercibidas de acuerdo a la naturaleza de los hombres. En Brasil se está invirtiendo dinero que no existía, en la adecuación de la infraestructura para el mundial de futbol, mientras sus favelas de hambre y miseria siguen intactas. En Colombia se emplean miles de millones de pesos al mes en la seguridad de un hombre que llegará al congreso a hablarnos de la amenaza del castro-chavismo y de las virtudes del consenso de Washington. En los Estados Unidos se invierte una suma astronómica en crear y poner en marcha la infraestructura para escuchar a una abuelita en Condoto quejarse hemorroides y a Angela Merkel hablar mal de los griegos. 
En Rusia un hombre inescrupuloso, frio como un témpano de hielo, aprovecha el inconformismo y la protesta popular de sus vecinos en Ucrania para invadir parte de su territorio con el único  propósito de ostentar mayor poder.  En la China, un puñado de industriales aliados con funcionarios del partido comunista chino corrompidos por el dinero, generan una afectación del medio ambiente suficiente para asfixiar al planeta en menos de cien años. En Francia cientos de miles de personas marchan por la calles de Paris para oponerse a que “un marica y otro marica” se puedan casar. 
En España, cuya economía mantiene al 25% de la población sin trabajo, millones de sus nacionales se vuelcan sobre las revistas del corazón para saber como se sintió la hija del rey al declarar en relación con el modo en que se apropió de un dinero que no necesitaba.  
Estas y muchas cosas más acontecen en este mundo de contradicciones incomprensibles, frivolidades ridículas e inconciencia sin medida. 
Por fortuna en alguna parte del mundo un grupo de personas se apersonó de estos temas: Seguridad alimentaria para todos los habitantes del planeta. El cuidado y la protección del agua. La libertad de las semillas. El respeto intenso y el aprovechamiento moderado de la naturaleza y por el último, la recuperación de lo público, de lo general, de lo colectivo en contraposición del individualismo mezquino y depredador. 
Llegó MAIS al congreso de Colombia, y ojalá muy pronto a la conciencia de la humanidad,  es hora de indicarle al país y a los habitantes del mundo que es lo verdaderamente importante y cual es modo de hacer que lo importante ocupe su lugar en la tierra.

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