Pocas veces en mi vida he visto tantos colores en una sola persona. Con una cámara en la mano es capaz de algo que no pueden hacer muchos políticos: decir la verdad.

Con sus estudios de antropología social ha hecho más conciencia sobre la problemática de los pueblos indígenas y el medio ambiente, que 10 o 20 ministros del ambiente o de la cultura juntos.

Sus trabajos, en los que usa personajes conocidos en facetas desconocidas, gozan de una creatividad y  una imaginación que llaman a la reflexión de inmediato.

Sus intervenciones en los conciertos para jóvenes tienen tanta sonoridad y musicalidad como el más afinado de los  instrumentos y la más emotiva de las bandas.

Consulta previa, derechos humanos, respeto a la diversidad cultural y racial, visibilización del invisible y recuperación del patrimonio cultural entre otras, son las motivaciones y facetas en las que invierte lo mejor de su creatividad y de su tiempo.

Todas las actividades en que está inmerso se encuentran contempladas y reconocidas en la constitución y la ley. También por las Naciones Unidas en donde fe reconocido como personalidad amiga de Unicef en 2013. Cada vez que toca un tema visibiliza en otro un derecho o pide que se reconozca.

En sus doce años en  París aprendió a ver el mundo a través de la lente de la diversidad y de la tolerancia. Allí comprendió que nadie tiene porque ser pobre, y menos indigente, en un país tan rico y tan amplio.

También entendió que todas las personas tienen derecho a expresar sus opiniones y que las opiniones de los que nunca se han  expresado son válidas y legítimas y las requerimos para hacer de nuestro país una nación más grande y más justa.

Juan Pablo Gutiérrez, el antropólogo, el documentalista, el fotógrafo, el periodista, el hermano y el amigo, fue amenazado de muerte por las  águilas negras a través de su “Bloque Capital”.

Lo criminales de ultraderecha no pueden soportar tanto color y tanta vida. Les incomoda ver a los indígenas organizados y reclamando sus derechos. No soportan que los afrocolombianos, los gitanos y los homosexuales se asomen a la democracia porque la ensucian.

En la opinión de los extremistas de derecha Juan Pablo Gutiérrez daña a los indígenas colombianos. La derecha intolerante y armada reclama indígenas que no protesten, Indígenas sumisos que engendren a sus hijas para que se conviertan en sirvientas en las casas de los mestizos de las grandes ciudades.

Juan Pablo Gutiérrez es su objetivo militar debido a que consigue que los indígenas exijan que las grandes empresas que explotan su territorio y sus recursos, lo hagan con respeto al medio ambiente y con beneficio para las comunidades.

La ultraderecha armada de las Águilas Negras considera que Juan Pablo Gutiérrez debe morir porque ha procurado que los derechos de las personas afrocolombianas cuenten en nuestra democracia. Ellos quieren negros con alma de esclavos que solo sirvan para hacer los oficios menores en las fincas de nuevos amos, mientras estos se deleitan paseando en un caballo una taza de café.

Juan Pablo Gutiérrez ha hecho un trabajo en favor de las comunidades que brotará mucho más alto y llegará mucho más lejos que las balas asesinas de las Águilas Negras.

Pero lo más importante consiste en saber, porque así lo ha demostrado la experiencia y ratificado la historia, que aquellos que atacan a quienes trabajan por las comunidades y por los derechos de estas, un día caerán bajo la espada de la justicia.

Y la voz que los denuncie saldrá de sus propias entrañas. Las ollas podridas por dentro se abren.

Juan Pablo Gutiérrez cuenta con toda nuestra solidaridad  apoyo.

      Adelante Juan  Pablo. Aquí estamos.

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