La propuesta, presentada por los congresistas Pedro Arenas, Lorenzo Almendra, Carlos Gaviria y Efrén Tarapués, tiene por objeto que la hoja de coca en estado natural y en cantidades moderadas pueda ser utilizada por las poblaciones indígenas para usos estrictamente culturales, medicinales, alimenticios y para procedimientos de orden industrial como la extracción de fibras.
De acuerdo con el parlamentario Pedro Arenas “en el país la hoja de coca está satanizada, ya que la política de drogas parte de la prohibición total. Ante esto tenemos una gran diferencia con países como Perú y Bolivia, donde la hoja de coca es legal, combatiéndose los excedentes que están destinados a los narcóticos, pero en ningún momento con políticas como la de fumigaciones".
Uno de los elementos más interesantes del proyecto es que no plantea la palabra “legalización”, teniendo en cuenta que los indígenas hablan de protección a la hoja de coca. “Las familias interesadas, según como lo reglamente el gobierno a través de los ministerios de Agricultura y del Interior, tendrían la obligación de inscribirse ante una autoridad competente para que puedan hacerles seguimiento, vigilancia y control", explicó el representante.
