Las  negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y los Estados Unidos, tendrá que tener muy en cuenta que en el país existen leyes y convenios internacionales que protegen el conocimiento ancestral y la biodiversidad de regiones que hacen parte de los territorios indígenas.

 

La preocupación por los derechos de propiedad intelectual que se ven amenazadas, así como  el interés que se tiene por los recursos de biodiversidad que hoy se encuentran  en juego dentro de las negociaciones, ponen en tela de juicio unos acuerdos que podrían afectar gravemente las culturas que, como en el caso de Colombia, son poseedoras de  conocimientos ancestrales que podrían ser avasallados.

 

No debemos olvidar que la mayoría de la biodiversidad se encuentra entre los países del sur; por consiguiente, este esquema del mecanismo facilitador tiende a la privatización del conocimiento, pues el acceso a la información de los países del sur es libre, pero quien quiera acceder a las bases de datos tiene que acogerse a las normas sobre propiedad intelectual  que desde 1995 viene imponiendo como estrategia de negociación económica la Organización Mundial del Comercio (OMC).

 

Si bien no existe una oposición a que se realice una negociación bilateral para abrir el comercio entre los estados, los negociadores colombianos deben conocer de cerca cuales son las posiciones  de los diferentes  pueblos indígenas cuyo conocimiento propio es un patrimonio cultural y el no tomarlos en cuenta implica serios riesgos para la  supervivencia de las minorías étnicas en el país.

 

La firma de un Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia, va más allá de pensar en que con esto se va acabar los problemas de desempleo y que el país  va a entrar en una senda de crecimiento impredecible, pues existen serios planteamientos  frente  a los derechos intelectuales y el caso de la patentes  que ponen en entredicho la formulación de la negociación que se adelantan, pues las multinacionales ya tienen los ojos puestos en  los recursos genéticos, no solo de  la biodiversidad, sino de los  recursos humanos de nuestros indígenas  ahora que  la biotecnología ha iniciado la carrera imparable  de patentar la vida de cuanto organismo se encuentre sobre la tierra.

 

Los líderes indígenas desde ya están haciendo un llamado a consultar con sus comunidades para evitar que  la oleada por la riqueza de las selvas y bosques pluviales en la búsqueda de recursos y materias primas termine por empobrecer más nuestro territorio. Hasta ahora no está claro como se manejaran las negociaciones y si estás asegurarán una adecuada y efectiva protección de los derechos de propiedad intelectual.  

 

Para hacer un  llamado de atención  en lo que a las patentes se refiere,  aún sin existir un tratado de libre comercio entre Colombia  Y otros estados,  basta señalar  la intención de patentar el Ayahuasca, el  bejuco de donde se extrae  el yagé, utilizado en la medicina tradicional y en los rituales  de los pueblos indígenas  de la cuenca del río amazonas, El hecho  que  la empresa Plant Medicine Corporación quiso patentar en 1986  para desarrollar nuevas medicinas psiquiatritas, pero que no tuvo su fin,  gracias a que  la Confederación Indígena de Comunidades del amazonas, solicitó la cancelación de la patente  al demostrar que esta planta ha sido cultivada   por los pueblos de la zona desde hace cientos de años es un hecho contundente. Como este caso existen otros más que sirven  para que los negociadores del gobierno colombiano, no bajen la guardia y terminen por entregar recursos que hacia el futuro nos pueden representar importante beneficios y que dejan un cuestionamiento  sobre la voluntad  de  respetar  los derechos y el conocimiento ancestral en medio de la negociación de los tratados de libre comercio. 

 

Ahora es cuando más debemos estar atentos todos los colombianos para que el uso y aprovechamiento de  la biodiversidad  con fines comerciales, no degenere fallas  en el convenio de biodiversidad biológica y este termine por convertirse en un instrumento para legitimar  la trasferencia del germoplasma  del Sur al Norte, bajo la formas de acuerdos de libre comercio poniendo en peligro la estabilidad de nuestros recursos futuros.

* Senador de la República.

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