En un momento del relato de José, se me ocurrió preguntarle si tenía conocimiento de ex militares instructores de las AUC, que hayan   recibido entrenamiento, en algún momento, en la tenebrosa escuela de Los Kaibiles en Guatemala, y la respuesta fue:

 

-¡Kaibiles!... que es eso…   Esa escuela no la he oído, no sabía que existiera.

 

La escuela de los Kaibiles -le explico de forma rápida- es una milicia élite de contrainsurgencia en Guatemala, que fue clave en la guerra que vivió este país centroamericano entre 1960 y 1996 y su centro de entrenamiento está ubicado en la selva del departamento de El Petén.

 

Algunas de las máximas de la escuela de   “Los Kaibiles” que en Guatemala también se conoce como “El Infierno”,   dice: “Una máquina para matar” (…) Si avanzo sígueme, si me detengo aprémiame y si retrocedo, mátame".

 

Los Kaibiles -cuentan los guatemaltecos- podían destazar a sus víctimas y beber su sangre, además de alimentarse de raíces y de animales de la montaña durante prolongadas campañas de guerra… Son sanguinarios, sanguinarios y esta probado que oficiales y suboficiales colombianos recibieron entrenamiento en esta escuela creada en 1974.

 

-Bueno -interrumpe José- Si los Kaibiles son los que usted me esta contando, yo no descartaría que algunos de los instructores de las autodefensas hayan pasado por esa escuela, a mi   no me consta, pero como hay tanta semejanza en los métodos, todo es posible, porque la realidad es que la gran mayoría de los instructores allá son ex militares bien formados para matar y para enseñar a matar, de eso no hay duda.

 

 Y con una leve sonrisa agregó: Si uno de los lemas de los tales Kaibiles, es preparar máquinas para matar, las escuelas de instrucción de las autodefensas, son verdaderas maquinas de la muerte.

 

José -pregunto- ¿cómo es la relación de las AUC con las unidades militares y policiales de las regiones? y responde con   un   largo monologo:

 

“Mira, los estados mayores de las autodefensas controlan lo militar, político y económico de las regiones. En las zonas se tiene una relación directa con los comandantes de batallones y de brigadas, porque hasta ese nivel se llega. A los coroneles y mayores que trabajan con las autodefensas se les llama “derechos”, es decir, que ese coronel o mayor es una persona con la que se puede trabajar y se les paga.

 

“ (…) Los militares son baratos realmente. Hay una nómina establecida   y según la importancia del grado es la importancia de la nómina. Si es capitán, mayor o sargento, tienen un salario y   con los policías   se tiene otro trato. A los agentes (de policía), se les da solo la comida.

 

“Generalmente les mandan un mensajero o el   militar saliente les informa de cómo se trabaja aquí en esta zona. Cuando usted quiera algo, contacte a esta persona. Hay unos que ofrecen resistencia pero después ceden porque no logran hacer nada, sin el apoyo de las autodefensas.

 

“(…) A ellos (militares) se les acuerda una nómina, según el marrano, según lo que aporten. Pienso que entre los más colaboradores están los del Rifle de la Brigada 17, en Caucasia (en el noroccidental de partamento de Antioquia). Allí hay muchos militares que son más paracos que los mismos paracos. Ahí el único que ha sido una piedra en el zapato siempre ha sido “el Coyará”.

 

-¿Qué es el Coyará? -interrumpo-  

 

“Ese es un batallón contra guerrilla que ha tenido renombre, una de las unidades más fuertes y opera en Córdoba y Urabá. Han sido buenos y ellos dicen que no les copian nada a ningún paraco, aunque hay gente que se ha salido del Coyará y ahora son de las autodefensas. Pero cuando estaban dentro no les copiaban nada a las AUC y se han dado fuertes enfrentamientos entre ellos y   las autodefensas.

 

“Con los Coyará hay muchos líos, porque   con ellos   no se puede coordinar nada, en cambio los del Rifle hay una coordinación perfecta. La ventaja de trabajar con estos militares es que ellos manejan la zona como tal. Lo que es delincuencia, rateros, las autodefensas los entregan a la policía para que ellos los presenten en sus informes ante sus superiores como positivos y así mantienen su nivel operativo en sus áreas.

 

“Incluso, si ellos no han logrado hacer muchas cosas, entonces piden ayuda porque deben pasar un informe de gestión, y las autodefensas les entrega pedazos de fusiles viejos, granadas, explosivos… Si se va a ejecutar alguna persona, se les entrega a ellos como positivo o para que ellos lo maten   y lo lleven como guerrillero o como extorsionista, y   si a ese man (víctima) hay que colocarle explosivos o un fusil viejo, pues se le coloca y que ellos lo muestren como positivo.

 

“Cuando se va a pasar por un pueblo, siempre hay un coordinador. Por ejemplo, si hay que pasar por Uré o   Planeta, entonces se va y se habla con el coordinador y ellos determinan una hora y uno esta pendiente para hacer lo que tiene que hacer. Si usted tiene que darle a una persona al interior de una población, simplemente se coordina con ellos y listo. Eso sí, sin coordinación es muy poquito lo que se hace, siempre hay coordinación con los militares y policías de las regiones, siempre”.

 

-¿Y cuál es la relación con los gobiernos locales?

 

“A los alcaldes, con apoyo o sin apoyo se les llama casi siempre a una reunión con el patrón y se le marca la línea por donde tiene que trabajar, porque de lo contrario no se le deja trabajar. Esto no tiene discusión.   A los Políticos que están en la zona se le llama a puyengue (al orden), apoya o apoya. A algunos se les va la mano y hablan   mucho y   en ese caso vuelve y se le llama y se les dice: Usted está hablando mucha mierda o nos apoya o vamos a ver que tenemos que hacer. Generalmente ahí se arregla todo y no hay mucho pataleo.

 

- ¿Y con los congresistas de las regiones?

 

“Ahí en el Congreso no hay discusión. Todos estos turcos de Córdoba por no decir la totalidad, tienen el apoyo irrestricto a las autodefensas. Primero porque ellos lo hacen por convicción, porque ellos están protegiendo sus intereses. La mayoría de sus intereses están por esa zona. Entonces es obvio que ellos quieran mantener su hegemonía. Es más, ellos son conscientes que están en una zona donde la mayoría del personal apoya a las autodefensas. Si ellos se van en contra de las autodefensas, pierden la votación.

 

El mayor control político de las autodefensas está en la costa norte, lo que es Antioquia, Córdoba, Bolívar, Magdalena, Atlántico, Cesar y Guajira es donde cogieron más fuerza las autodefensas, esto no lo discute nadie”.

 

V

 

El narcotráfico y   su conexión histórica con los grupos paramilitares, era otro de los temas que me interesaba abordar con José y solo quería que me contará esa parte que en las AUC se conoce como “los traquetos”, es decir la estructura que esta dedicada al negocio de las drogas.

 

En los distintos foros sobre el tema de los   paramilitares que permanentemente se realizan en Colombia por universidades, medios de comunicación y en los análisis   de los más respetados académicos e investigadores nacionales e internacionales se plantea la tesis que las AUC en su esencia son organizaciones que surgieron del seno de los carteles de la droga como una fuerza contrainsurgente con el aval de agentes del Estado.

 

El investigador Mauricio Uribe, consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cree que más del 70 por ciento de las finanzas de los paramilitares provienen del negocio de las drogas y calcula que estos recursos pueden estar cercanos a los 300 millones de dólares.

 

Para el director de Acción Andina, Ricardo Vargas Meza, quien es un estudioso del fenómeno del narcotráfico, plantea que en Colombia   hay   un aumento del tráfico de drogas a través de un proceso de re-localización de áreas productivas y ruralización de los carteles y los grupos paramilitares juegan un papel importante en este re-acomodo

 

A juicio de Vargas Meza, la producción real de droga   en la región andina estaría entre 950 y mil toneladas, de las cuales le corresponde a Colombia 670 toneladas de droga al año.“Estas cifras nos muestran   que en Colombia estamos en un afianzamiento del narcotráfico”.

 

Desde la caída del jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar, en diciembre de 1993, el   “poder del narcotráfico aumenta y en especial en el norte del país, que esta bajo control de los paramilitares”, le contó Meza a este corresponsal.

 

En la costa caribe colombiana crecen las áreas de cultivo y la mayor parte de los laboratorios los están ubicando cerca de los puertos de salida de la droga para garantizar la sacada de los cargamentos al exterior en menos tiempo y con más seguridad.

 

En este sentido, lo que se está presentando en Colombia, es un fenómeno de “relocalización” de los cultivos que se trasladan de los departamentos del sur a los del   norte, que esta bajo control paramilitar.

 

Los paramilitares empezaron a montar laboratorios, abrieron nuevas rutas y se consolida definitivamente un poder impresionante de las AUC y   además   se da inició a un proceso de ruralización mafiosa. De los carteles de la droga, como lo califica Vargas Meza.

 

“Antes se   hablaba -recordó- solo de los carteles de Medellín y Cali, hoy hay unas estructuras extremadamente descentralizadas, ubicadas estratégicamente en el área rural, lo cual le   da un poder mucho mayor del que tuvieron los carteles de   las ciudades”.

 

Con   el proceso de desmovilización de las AUC, que impulsa el gobierno de Alvaro Uribe Vélez,   se abre paso “una segunda generación” de paramilitares para mantener el negocio de la droga.

 

“Esta segunda generación, es menos visible, menos quemada, menos publica”, que los actuales jefes de los paramilitares que negocian con el gobierno   Uribe Vélez.

 

A este panorama   diversos   sectores políticos y sociales en Colombia, se preguntan: ¿ Los paramilitares están entregando   las rutas   y todo el negocio del narcotráfico?.

 

Algunas   de estas inquietudes fueron planteadas a José, quien también hizo parte de la llamada estructura de “los traquetos” de las AUC y con toda claridad confirmó lo que se dice en los foros, es más, detalló situaciones, lugares y formas de como opera este negocio al interior de los paramilitares.

 

-Es cierto qué el 70 por ciento de las finanzas de los paramilitares tienen su origen en el narcotráfico? -pregunté- después de un descanso en el conversatorio   con José, y sin titubeos respondió:

 

“No mi hermano, cual 70 por ciento, yo diría que el 98 por ciento.

Manejar una tropa es impresionante. Tome usted una base de mil hombres armados, sostenlos en nómina mensual con alimentación y medicina.   Eso es un billete grande y eso a punta de vender ganado en una subasta, no se hace. Eso tiene que ser con droga, pura droga…

 

“Dotar a un paraco eso vale aproximadamente 15 millones de pesos (cerca de siete mil dólares), con fusilería, reatas, munición, granada. En alimentación se van 150 mil pesos al mes por hombre (68 dólares). Y, ojo, no estamos contando las medicinas para el personal que se enferma o para los heridos.

 

“Algunos bloques lo que hicieron fue crear clínicas. Hay unas espectaculares como la de Guaimaros   (en Tarazá) y la de Caramelo (Tierralta).   Las dos estuvieron prácticamente compitiendo con salas de cirugías, con todos los fierros (dotación) y llevan especialistas   de Bogotá o Medellín para   apoyar las operaciones (cirugías).  

 

“Las operaciones son programadas. Otros se trasladaban a Medellín. Allí se trabaja muy bien con la gente. Se tiraban a los muchachos en las clínicas normales como San Vicente de Paul   y los recibían sin problemas. Ahí lo que vale es el billete, según la importancia del cliente se le mandaba para Medellín.

 

“Tanto es así que en Guaimaros se operó Carlos Castaño (jefe fundador de las AUC, quien desapareció en abril de 2004) de una vaina que tenía en una mano. Llegaron especialistas de Medellín. Allá también se operó Ramón Isaza (jefe paramilitar y negociador). Hoy la clínica en Guaimaros ya perdió importancia, ahí ahora atienden casos menos difíciles. La dejaron como un puesto de salud.

 

“En la del Caramelo también llegaban los duros, porque tenían todo lo esencial. Ahorita montaron otra. Una súper clínica que es la de Tarazá. Solo que ahora es legal, totalmente legal. Imagínese que la Clínica El Pajonal que es de las mejores del Bajo Cauca, le quedó en pañales.

 

“Usted si cree que esto se maneja con simples cuotas de los ganaderos y los comerciantes. Ellos aportan a las buenas o a las malas, pero todo   el billete grueso viene del negocio del narcotráfico, ahí esta   la plata, no en limosnas.

 

“Por eso te digo que la base de la financiación es la droga, la coca. Eso es independiente a la parte militar. El que trabaja en el traqueteo es el  que hace el acopio de la droga, el transporte y es personal diferente, son de mucha confianza de los patronos.

 

“El negocio se establece por zonas y es manejado por un familiar del patrón o un amigo muy cercano. Generalmente   es un amigo, porque un comprador se dispara mucho económicamente, porque les dan un porcentaje bastante alto. Pueden dar en una zona hasta 90 mil pesos (41 dólares),   por coso o kilo de base de coca. Por ejemplo en una zona donde se acopia mil o mil 500 kilos, es rapidito que te llenas de plata como comprador.

 

José me explicó que un coso, es   un kilogramo de base de coca, que las compras, son los sitios donde los paramilitares compran la pasta básica de coca a los campesinos y cada uno de estos lugares están controlados por   el jefe paramilitar que tiene dominio militar en la zona.

 

Cada bloque paramilitar tiene una zona delimitada bajo su mando, que es respetada “de forma sagrada”, por los otros jefes de las AUC, en las que tienen entre uno y cinco   sitios para comprar la pasta básica de droga.  

 

La tropa o los patrulleros, como se conoce a los paramilitares rasos saben que sus salarios, la alimentación y las medicinas salen del negocio que se hace en la compra-venta de la droga en la región donde operan.

 

Los patronos -repunto José- no van a vender ganado para pagarle a la gente y mucho menos lo van hacer con su propio ganado, ¡olvídese de eso! El único negocio que ha dejado ingresos   altos, después del narcotráfico, es   el robo de gasolina   en el M

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