El pueblo Wiwa se reunifica de la mano de uno de sus mamos más reconocidos, el Mamo Ramón Gil, quien luego de una consulta espiritual con sus ancestros (zhátukua), los mamos y las autoridades de diferentes cuencas de la Sierra Nevada de Santa Marta, al norte de Colombia, se dio la tarea de volver a unir a su pueblo.

Desde la década de los 60 el pueblo wiwa ha estado dividido geográficamente, en tres departamentos: Cesar, la Guajira y Magdalena, por la influencia de los Capuchinos, los traficantes de la marihuana, los grupos guerrilleros y los paramilitares, que los obligaron abandonar sus tierras, sus costumbres y su ley de origen.

Así lo recuerda Saúl José Gil, hijo del reconocido mamo Ramón Gil: "desde un principio nuestro padre y nuestra madre nos dejó unificado en los sitios llamado Yuimke Atshintukwa en la parte baja de la Sierra Nevada, pero desde la conquista de los españoles trajeron muchas cosas y nos impusieron lo de ellos y tuvimos que adaptarnos a lo de ello, desde ahí fuimos dispersando la etnia wiwa en varios lugares".

Los wiwa son una de las cuatro etnias indígenas que viven en la parte baja de la montaña. Conservan su cultura, (Dumuna) el lenguaje propio, la vestimenta, los trabajos tradicionales o pagamentos y la ley propia; comparten la responsabilidad de conservación del equilibrio entre el hombre y la naturaleza con los otros tres pueblos de la Sierra a través de las consultas y ceremonias rituales. Sin embargo, las imposiciones de personas extrañas los hicieron perder sus valores.

En el siglo pasado los sacerdotes capuchinos, les impedían realizar sus ritos y hablar en su propia lengua, les obligaban a cortarse el cabello y les prohibían sus formas de vestir y finalmente los terminaban mezclando con otras etnias.

En la época de los sesenta, llegaron los colonos y empezaron a incentivar en los indígenas la siembra de cultivos de marihuana y la compra de armas. Esto generó violencia entre ellos, "matándose y robándose los unos a los otros", y llevó a que gran parte de su población desertara de sus pueblos, ignorando su cultura.

Luego vinieron las guerrillas, el ejército y los paramilitares, quienes con sus enfrentamientos causaron terror entre sus comunidades causando su desplazamiento.

El desorden espiritual y material es lo que desequilibra al hombre con la naturaleza. A mediados del 2008, el excabildo José Manuel Chimuquero, le dijo al mamo Ramón Gil que "ellos tenían un reconocido mamo pero que los tiene olvidado; él, al escuchar estas palabras del Cabildo, se dio a la tarea de reunir a los mamos y autoridades tradicionales de 27 comunidades de diferentes parte de la sierra en Atshintukwa, para capacitarlos, enseñarles historias de sus ancestros y cómo comportarse con la madre naturaleza, ya que esto será la mejor manera de mantenerlos unidos espiritualmente como pueblo indígena".

Del origen como pueblo, cuentan los sabedores que "desde que empezaron a existir tuvieron vida en el agua; antes de amanecer, antes que se creara el mundo, todo era agua, eran burbujas de agua. Cuando todo estaba oscuro, se originó el pensamiento wiwa".

"Cuando amaneció, la madre punkusa fue creando todo lo que existe, lo femenino y lo masculino, el hermano menor, las diferentes lenguas, todo los animales y plantas, ese lugar se llamo Yuimke, que es uno de los sitios sagrado en la creación del mundo wiwa".

"Los padres Sealukukui y Seizhankua fueron los creadores, los que convirtieron a los wiwa en persona. Cuando estaba amaneciendo echó un pensamiento en una olla de barro, lo calentó hasta que éste se cuajara y cuando amaneció ya fue hombre. Los hombres y mujeres que salieron de ahí eran liso, no tenían nada y Abu Yuimke les dio las herramientas, o sea los órganos sexuales para que se produjeran y siguieran viviendo".

En el pueblo wiwa las relaciones de interacción cotidianas están cruzadas por relaciones de autoridad y jerarquía, en esta medida los mamos son mayores, no sólo por su edad sino por el conocimiento del mundo espiritual y la relación que ellos tienen con la naturaleza. De igual forma los gunamas (habitante de la comunidad) son menores, no porque sean inferiores, si no porque su nivel de conocimiento no tiene las herramientas ni la fuerza para equilibrar y manejar el saber sagrado.

Así mismo nació la Organización Yugumaiun Bunkuanarrua Tayrona, de la necesidad de los mamos y autoridades, para que sirva como puente paralelo entre ambos horizontes.

Después de varias reuniones y de un extenso trabajo interno, los wiwa tomaron la decisión de construir un pueblo comenzando por la construcción de una Unguma en Atshintukwa, para organizarse de manera que se conozca como pueblo wiwa y reunificarse en su lugar de origen, aunque estén en diferentes partes.

Con esto se ha logrado la integración de las otras comunidades y el Cabildo actual Rafael Uribe Malo está dispuesto a apoyarlos para que se siga fortaleciendo la cultura y se sigan haciendo las reuniones de mamos de diferentes cuencas, con el fin de vivir bajo un mismo techo, caminar por un mismo camino y con sólo pensamiento como pueblo que son.

"Los Indígenas wiwa no están permitiendo que personas extrañas o foráneas los vuelvan a manipular, porque son consientes de que la imposición y la dispersidad afectan sus forma de vivir y de pensar, causando un gran desequilibrio con la madre naturaleza", dijo Saúl José Gil.

 

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